Así de sencillo: "Pégale a tu hijo", es el primer consejo que entrega el libro “Cómo educar a tu hijo” (To train up a child), escrito por el pastor evangélico de Tennessee, Michael Pearl y su esposa, Debi Pearl, quienes tienen cinco hijos y han vendido casi 700 mil copias del manual, desde su primera edición en 1994, siendo traducido a numerosos idiomas, entre ellos el español.
Sus sugerencias son sencillamente crueles. "Una experiencia particularmente dolorosa para la madre lactante es el bebé que muerde. Mi esposa no perdió tiempo para encontrar un remedio. Cuando el bebé la mordía, ella le tiraba del cabello (hay que buscar una alternativa para los bebés sin pelo)", escribe.
La tesis central del libro es que la Biblia aconseja el uso de la fusta, a la que llama "varita mágica": "Puede ser que experimentes sentimientos que te impidan pegarle a tu hijo, pero eso no es amor. Dios, que creó a los niños, y sabe lo que más les conviene, ordena a los padres que usen la fusta".
¿Hasta dónde pueden llegar los padres el castigo corporal?
El video que circula en YouTube desde hace algunos días y que da escalofríos no es más que la cruda realidad de un padre pegándole a su hija con un cinturón. Lo han visto cerca de seis millones de personas y la indignación aumentó en Norteamérica, cuando las autoridades tejanas anunciaron que ha pasado demasiado tiempo para presentar cargos contra el magistrado desde el incidente y además, el juez está protegido por la difusa línea que legalmente separa el castigo corporal “razonable” del maltrato en 21 estados de ese país.
La muerte como consecuencia
Este manual de castigo es muy popular entre los padres que educan a hijos en casa. Al parecer, una práctica muy común entre los 80 millones de cristianos evangélicos del país americano.
Sin embargo, sus consejos han sido llevados al extremo. Como prueba, están las denuncias han surgido después que tres niños adoptados murieran en el 2006, el 2010 y este año por castigos de padres que seguían el libro.
Incluso, Jeri Carr, que mantiene una web para madres cristianas conservadoras lo cuestiona. “Los extremos métodos de castigo de los Pearl, unidos a la dinámica de nosotros contra ellos entre padres e hijos, donde los padres creen que deben ganar, pueden ser muy peligrosos”, afirma. Esta web fue una de las tantas que ha pedido responsabilidades a los Pearl por la muerte de Lydia Schatz, una niña de 7 años adoptada en Liberia, a la que sus “padres” azotaban durante horas, con pausas solo para rezar. La niña, que tenía ocho hermanastros, murió por las heridas y hemorragias provocadas. Los padres se declararon culpables y están ambos en prisión.
Frente a las acusaciones, el pastor evangélico en una entrevista por CNN, en el programa de Anderson Cooper 360, aclaró que el libro estaba dirigido a “cristianos fundamentalistas” y negó ser responsable de la gente mala que interpreta su libro.
“La investigación ha demostrado que las nalgadas crea a niños en el más alto nivel educativo, menos agresivos… y más emprendedores”, indicó y aseguró que pegarles a los niños pequeños los hace mejores ciudadanos.
Brutales palizas
El libro no se anda con rodeos. Pearl recomienda, por ejemplo, dejar armas de fuego por casa, cargadas, para poner a prueba a los niños, y pegarles con la vara cuando se acerquen a ellas. Sus consejos son muy específicos:
"Para el menor de un año, basta una vara de sauce, de 25-30 centímetros de largo y medio centímetro de diámetro, sin nudos que le puedan cortar la piel". Aconseja enfáticamente pegarles a los niños con una tubería flexible de plástico, de 0,6 centímetros de diámetro, porque duele, pero no daña gravemente la piel.
Fue esa tubería la que acabó, entre muchas otras penurias, con la vida de la pequeña Hana, nacida en Etiopía pero adoptada, junto a su hermano menor, por el matrimonio formado por Larry y Carri Williams, del Estado de Washington. Hana, de 11 años, que se comportaba con cierta rebeldía, apareció muerta en el patio familiar en mayo, desnuda, desnutrida y congelada. Sus padres, fieles seguidores de la doctrina Pearl, la habían sometido a un castigo corporal implacable.
El pasado 30 de septiembre, comenzó el juicio por homicidio contra ellos, y se declararon inocentes.
La responsabilidad legal de los Pearl está en entredicho, pero nunca nadie ha presentado cargos en su contra. En otra entrevista con The New York Times el pastor aseguró que no es culpa suya si padres inestables maltratan a sus hijos.
Según informaciones publicadas en Estados Unidos, el castigo corporal es una realidad casi universal en el país, lo sufren el 94% de los niños en forma crónica (tres veces o más por semana) y a menudo severa, con uso de instrumentos como cinturones y de larga duración.