Carla Pinilla, El Mercurio.
A Francisco Saavedra lo mataron hace dos semanas en Twitter, donde aseguraron que el entonces malogrado comunicador había fallecido en un accidente de auto cerca de Buin. Pero el opinólogo de Alfombra Roja, aunque algo extrañado, sabe bien que “si los perros ladran, es señal que estamos avanzando” y eso lo demuestra su exitoso momento laboral actual, en el que le llueven buenas críticas por sus entrevistas en Alfombra Roja.
Ya hace algunos meses, Vasco Moulian no tuvo reparos en decir de Pancho que su “gran talento” son las exclusivas, por las que se han paseado Raquel Argandoña, Cecilia Bolocco, Belén Hidalgo -recién separada-, Daddy Yankee y cualquier otro personaje que está en la palestra del espectáculo.
“De cualquier cosa sabe el secreto oculto; se transformó en el gran entrevistador del espectáculo (...) Pero lo mejor de todo es que no se pasa todo el programa viendo mensajes en su celular, como tantos otros”, comentó el actor, de este hombre, que no tiene reparos en decir que es opinólogo “pero con dignidad”, y que si bien no estudió periodismo, se ha esforzado en hace su trabajo bien.
“Está lleno de opinólogos que mienten, de gente que a uno le provoca un poco de pudor. Ver gente sentada en un panel de televisión, que no tiene idea de lo que está hablando o que por un mensaje de texto que le llegó de la amiga del protagonista de la noticia, se luzcan y hagan toda una puesta en escena respecto a eso, me parece pobre y no quiero llegar nunca a eso”, dice este curicano, quien compatibiliza su trabajo en televisión con el pub y la discoteque que tiene en su ciudad natal. Eso sí, aclara -entre risas- que aunque sea “empresario del entretenimiento nocturno”, no quiere ser comparado con el Negro Piñera.
Tal vez pocos recuerden a Saavedra en sus comienzos, en “Extra Jóvenes”, junto a Martín Cárcamo, en “El futuro de Chile”, con Sergio Lagos, y después con el extraño y curioso personaje de “El señor cine”, presentando películas, vestido de esmoquin, en Chilevisión.
Pero tras crear y darle fin a su propia productora, y aparecer en varios fallidos matinales de Canal 13, hoy dice estar más que contento en el programa de espectáculos y farándula del mismo canal, donde ha desarrollado lo que llama su “sello” en su carrera”, y se ha consagrado como un opinólogo, y a mucha honra.
-¿Crees que la opinión de la gente hacia los opinólogos ha cambiado?
“No. Es que hay opinólogos y opinólogos. Hay algunos que hacen su carrera en base a las mentiras y ellos no duran mucho. Y hay otros que la hacen aportando algo que genere debate. Yo me considero de esa camada, de los que están en terreno, no de los que van a cobrar su sueldo no más a fin de mes, ni que se gastan la plata alisándose las pelucas o mandando a comprar ropa. Por eso creo que uno le da el grado de dignidad a su pega”.
-¿Te molesta que algunas personas hablen de los opinólogos con desprecio, mirando en menos?
“Es mal mirado pero yo me lo banco. Se cree que el opinólogo no hace nada y está puro cahuineando, pero ahí está el tema de la dignidad. Y mientras yo sienta que lo que hago es digno, el resto me importa un bledo. No estoy matando, ni asaltando, ni estafando. Hago mi trabajo con amor.
“Si voy a entrevistar a Daddy Yankee a la Luli o al que sea, lo voy a tomar todo con el mismo nivel de preparación y respeto. No soy quién para juzgar o mirar en menos. Muchos dicen que Edmundo Varas está loco y que hay que cerrarle las puertas, pero ¿quien es uno para hacer eso, cuando todos tenemos nuestros pecados y nuestro tejado de vidrio? Siento que la opinología es como una bolsa de gatos donde cabe cualquiera, pero está en uno salirse de ahí y buscarse un puesto digno dentro de esta labor que es opinar”.
-Hace unos meses, Vasco Moulian te alabó y te diferenció del resto de varios opinólogos en una de sus críticas. ¿Qué te pareció lo que dijo?
“Es un halago y estoy agradecido por el piropazo que me tiró, pero es algo que he ido desarrollando y se ido dando de forma natural. Se pudo pensar en un minuto que la gente me daba entrevistas para lavar su imagen, porque puede que mis entrevistas hayan sido un tanto melosas en el pasado. Pero creo que pregunto de todo, sin ser agresivo. No hay para qué ser punzante y preguntar ‘oye, ¿es verdad que anoche te acostaste con tal persona?’”.
-Se dice que tu gran talento son las exclusivas. ¿Cómo lo logras?
“Es que son cosas que se han ido dando con el tiempo. Por ejemplo, lo que pasó con Andrea Sanhueza, la mujer de Roberto Bruce. A ella no la conocía, pero se formó una buena onda a través del Twitter. Le mandé mi más sentido pésame, y le escribí, pensando que me iba a mandar al carajo, que cuando sintiera que estaba mejor de ánimo, si se animaba a darme una entrevista. Y me contestó ‘mañana, ¿dónde?’”.
-¿Puede ser que te has ganado la confianza de algunos?
“Ella me dijo que había visto la respetuosa manera con que tratamos el tema del accidente, sin ser morbosos, sin ser descriteriados como han sido muchos. O sea, ponerte a hablar de que hay apariciones de espíritus y mandar a una mentalista, a mí me parece una falta de respeto, cuando todavía hay familiares que no encuentran a las víctimas de la tragedia de Juan Fernández. Ahí se traspasaron todos los límites y me alegré de estar en este programa y no en otro”.
-Belén Hidalgo, recién separada del Negro Piñera, la mamá de Vale Roth y la mismísima Raquel Argandoña son algunos de tus aciertos...
“Yo no pago por las entrevistas. Muy distinto a otras personas o programas que pagan por ir a contar tus alegrías y miserias. Creo que me he ganado un sitio en la opinología o el espectáculo que tiene como la gran gracia, el que yo no pago por las entrevistas. Si la gente quiere venir y conversar conmigo, está bien, pero yo no saco ningún peso ni un canje, como a veces me preguntan”.
-¿Netamente por un tema moral?
“Es que cuando cobras por contar una intimidad, finalmente estás firmando un papel con el demonio. Pero conmigo no se van a encontrar con eso, aún cuando les vaya a preguntar lo mismo, pero de otra forma o con más cariño. La diferencia está en que, si ellos quieren, me lo pueden responder o no, e irse indignados. Pero conmigo no hay un vínculo económico de por medio ni un amarre”.
-¿Cuál es el entrevistado que más te ha impactado?
“Marlen Olivari, que hablamos y ella se decidió a romper su silencio, enfrentando los temas del lesbianismo y las drogas. Me acuerdo que fue portada de Las Últimas Noticias. Tito El Bambino también, porque lloró, porque me llevó a pasear en su yate, y por la cercanía que logramos. Y bueno, la Andrea Sanhueza, porque esa entrevista la hice a las cuatro de la tarde y a las 19 me iba a Las Vegas. Fue una entrevista con mucha presión y cuando me senté frente a ella y le dije que no sabía cómo enfrentar esta entrevista porque no quería herirla... Ella lloraba y yo lloraba”.
-Difícil no emocionarse.
“Eso me ha pasado varias veces, porque quiero conectarme con lo que me están diciendo. Trato de conectarme emocionalmente, y esa es una carga súper fuerte. Porque así como la entrevisté a ella, al otro día tenía que hacer una nota sobre Daddy Yankee, con glamour y pura fantasía. Así que esto es como una montaña rusa de emociones”.
-¿Te ha afectado?
“Yo me tuve que terapear para poder resistirlo, porque me iba con la pega y los problemas de los otros a la casa. Pero gracias a Dios aprendí con el tiempo a desconectarme. Aún me sensibilizo, pero ya no me afecta porque no es mi problema”.
-¿Qué proyectos tienes? ¿Algún programa solo, irte al extranjero?
”A mí no me gustaría ser conductor. Me encanta lo que hago hoy como comunicador y creo que el tema de las entrevistas es lo mío. Me encantaría tener un programa de entrevistas, de viaje. Algo como los ‘Patiperros’, ‘La cámara viajera’, porque sé que logro tocar una fibra que no cualquiera puede tocar.
“Han tratado de descalificarme, diciendo que yo no soy periodista de profesión, pero creo que me he descrestado tanto, que ya no le aguanto a nadie que me venga a decir eso. Sin sonar soberbio, sé que a veces hago la pega de manera mucho más rigurosa de la que lo puede hacer un periodista. Y si fuera un delito el no ser periodista y estar realizando el ejercicio periodístico, debería estar la mitad de la gente en los medios de comunicación, presa”.
-¿Cuál crees que es tu sello?
“Amo las coberturas de las alfombras rojas, los Grammy, los MTV... Y si hago harto viaje, es porque siento que ese es mi sello, y voy a pelear hasta el último día en la televisión por eso. No cualquiera va a cubrir esas premiaciones. Le agrega un grado de dignidad a lo que hago. Me siento distinto, me siento importante por lo que hago”.
-Y puedes ver a los más famosos a la cara.
“Sí, y las pifias de todos también. Por ejemplo, a Shakira la vi frente a mis ojos y la entrevisté, y pude ver que su piel no es tan linda ni lisa como todos creen”.
-¿Como Ricky Martin y sus supuestas marcas de acné?
“¡Así! Con su espinillita, su nariz media grasosa y la zona T. Son humanos también. Me acuerdo que Daddy Yankee ya tiene su pancita más o menos importante (ríe)”.
-¿Y cómo es Paulina Rubio?
“Más pesada que una vaca en brazos”.
-¿Cuál es tu vicio privado?
“Colecciono películas originales”.
-¡El Señor Cine colecciona películas!
“Tengo más de 700 películas en mi departamento, se me va mucha plata en eso. También me encanta la cocina. Soy un muy buen anfitrión y creo que a través de la cocina conquisto. Y me va muy bien en el amor, gracias a los buenos platos que he hecho. Mi especialidad son las pastas con camarón, queso, ostiones, y un poco de centolla”.