BOGOTÁ.- El caso del periodista estadounidense Chandler Burr, quien consiguió la custodia de dos niños colombianos pese a haber informado de su homosexualidad, resulta una excepción en la mayoría de países de América Latina, que no permiten este tipo de adopciones.
Únicamente Uruguay, Argentina, Brasil y, a nivel local, la Ciudad de México aceptan legalmente la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
En la práctica, no obstante, son contados los casos por la maraña de trámites a realizar.
Argentina se convirtió en julio de 2010 en el primer y único país de la región en aprobar el matrimonio gay a nivel nacional -Ciudad de México lo hizo a fines de 2009- con los mismos derechos que los heterosexuales. Sin embargo, desde entonces sólo se ha autorizado la adopción por una pareja del mimsmo sexo de un niño de 11 años en la provincia de Buenos Aires, dijo a la AFP María Rachid, dirigente de la ONG Federación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT).
El resto de naciones latinoamericanas no concede la tutela de niños a parejas del mismo sexo aunque las hay que, como Paraguay, permiten en la práctica la adopción a personas homosexuales siempre que no revelen su preferencia sexual.
Se ha llegado al extremo de retirar el cuidado de hijos naturales a personas de las que se conoce que tienen una relación homosexual, como le sucedió en Chile a la jueza Karen Atala.
Al estadounidense Burr, columnista del The New York Times, una defensora de familia de Bogotá le devolvió la patria potestad sobre dos niños colombianos que se le había retirado al revelar que es gay.
Para evitar casos como este, países como El Salvador exigen que los adoptantes sean un matrimonio formado por hombre y mujer.
Otros, como Nicaragua, dan también esta posibilidad a mujeres solteras, a las que exigen una serie de autorizaciones adicionales.
En Cuba, Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro y directora del Centro Nacional de Educación Sexual, ha impulsado una legislación para legalizar la unión consensual de parejas del mismo sexo con posibilidad de adopción, sobre la cual todavía no se ha pronunciado el Parlamento nacional.