Están más que contentos y no es para menos. Los hermanos idénticos, Raúl y Gabriel Peralta, que llevan años ganando fama en shows y apariciones televisivas bailando hip hop, han tenido un año redondo. Primero, fue la inauguración de su propia escuela,
Power Peralta Dance Studio, y el broche de oro lo puso la mismísima Jennifer Lopez, quien los clasificó para viajar este verano a Los Angeles y pelear por su lugar en “Qué viva! The chosen”, el programa que la cantante tendrá con su ex, Marc Anthony.
“Estamos a la espera de lo que viene, así como fue la estadía de JLo en Chile, es bien hermético todo. No podemos hablar mucho. Estamos contentos de representar a Chile si es que se da la oportunidad”, dice Raúl, antes de que Gabriel agregue que la artista norteamericana tiene toda el aura de una estrella. “Ella quiere darle una mano a este lado del mundo, donde sabe que hay pocas oportunidades de darse a conocer de manera internacional”.
Ambos tienen 29 años, y nacieron un 2 de septiembre de 1982, en una familia de bailarines. La disciplina y compromiso de sus papás, miembros del Ballet Nacional Chileno, se hizo algo normal en sus vidas, y es por eso que hoy se han empeñado en hacer del baile el protagonista de sus espectáculos.
“Nos gusta llevarlo a otro nivel. Muchas veces, aquí en Chile, el baile es un agregado, un relleno. Pero nosotros siempre hemos querido que la gente lo vea como una expresión artística que no deja nada al azar”, comenta Gabriel, sentado junto a su hermano, en una de las salas de baile de su escuela en Apoquindo con Manquehue.
Cada vez que alguno habla, el otro aprovecha de ver su reflejo en los espejos de las paredes y hacer algunos movimientos sentados. Se nota que no paran nunca, y no lo hicieron ni siquiera cuando entraron a estudiar a la universidad.
Si bien ya habían aparecido en “Extra Jóvenes” y “Rojo” -en este último caso, Raúl-, nadie de su familia quería que se dedicaran al baile. Había sido algo natural que pusieran una y otra vez los VHS de Micheal Jackson cuando chicos, e imitaran sus pasos, al igual que los que aparecían en los videos de New Kids on The Block en el recién llegado TVcable a Chile.
Pero se supone que harían algo distinto en sus vidas, sobrte todo por la insistencia de sus papás, y es por eso que Raúl entró a publicidad y Gabriel a diseño industrial. Sin embargo, su destino ya estaba trazado, y sin importar pruebas finales, trabajos y asistencia, fueron desarrollando paralelamente una carrera como bailarines hasta el día de hoy. Con todo, su show como Power Peralta comenzó exactamente el año 2006, en las calles de Nueva York. No podía ser de otro modo.
-¿Pero cuándo fue el momento en que decidieron entregarse al baile?
R: “Yo terminé la carrera, sabiendo lo que íbamos a hacer después. Ése fue un momento de máxima alegría, porque me iba a poder dedicar cien por ciento al baile, que era también para lo que me había preparado. Fuimos cimentando esto de manera paralela a la carrera, pero teníamos más que claro que cuando termináramos de estudiar nos íbamos a dedicar a esto”.
G: “Dentro de los primeros años de la universidad, yo siempre puse por delante mi carrera como bailarín. Muchas veces tenía pruebas o había que entregar trabajos, pero si tenía que ir a ensayar, me ganaba el uno. Nunca privilegié los estudios. Muchas veces me gané mis notas ofreciéndole a los profesores bailar en el cumpleaños de la hija, y mis compañeros me ayudaban poniendo mi nombre en los trabajos”.
-Entiendo que la primera vez que bailaron en la calle, fue en Nueva York. ¿Qué tiene esa ciudad que no se motivaron antes a hacerlo en Santiago?
R: “Es que es muy común allá que hagan diferentes show artísticos de varieté, y fue en esas calles donde nació la cultura hip hop, que es la que seguimos, donde nació el street dance.
Eso nos impulsó a hacerlo y ahí partimos como dúo. En Santiago habíamos estado en diferentes programas de televisión, y no queríamos pasar a llevar a otros colegas que también hacen arte callejero”.
G: “También surgió la necesidad de buscar una forma de hacer plata. Nos habíamos ido por tres meses, y ahí vimos la opción de ganar algo a través de nuestro show. Ahí sentimos que nació Power Peralta. Por primera vez nos vestimos iguales para actuar, como una forma de gritarle al mundo que este era un espectáculo de hermanos gemelos. Y de ahí en adelante, nunca paramos ni cambiamos la fórmula. La esencia es como Pimpinela, que siempre han hecho lo mismo”.
R: “¡Qué mal ejemplo!”.
G: “Está bien, si era un chiste”.
-¿Cómo es esto de tener un hermano idéntico?
G: “A mí, a estas alturas, ya me da hasta lata (ríe)”.
R: “No es algo que pensamos, estamos acostumbrados. Tampoco andamos pensando que estamos caminando con alguien igual al lado, porque somos personas diferentes. Pero ha sido un camino lleno de historias, toda una vida. Y si algo tenemos claro es que juntos nos potenciamos, juntos logramos comprendernos, hacer algo único y especial, y eso ha hecho que hayamos construido lo que la gente ha visto”.
-¿Cuáles son los pro y contra detener un hermano gemelo?
G: “Creo que tiene más pro, porque nosotros hemos sido siempre amigos. Hemos construido la vida juntos, y desde chicos hemos sentido que tenemos un compañero al lado. Algunas personas pueden pensar que tener un hermano tan parecido puede generar conflictos de identidad, como ‘qué lata que la gente me confunda siempre y no sepa que yo soy Gabriel’. Pero a nosotros siempre nos ha dado lo mismo. Solo es fome cuando te confunde una chica que te gusta”.
-Pero hay historias de gemelos que han aprovechado su parecido para tratar con el sexo opuesto...
G: “¡No! Dile a todos esos gemelos que eso está muy mal. Eso no se hace, no es de caballeros”.
R: “Lo hicimos en pruebas. Alguna vez ayudé a mi hermano que le iba mal en el colegio, pero con mujeres, ¡por favor!”.
-¿Cuáles son sus vicios privados?
R: “Yo colecciono esas figuritas que regalan en las Cajitas Felices”.
G: “Pero eso es malo que lo cuentes”.
R: “¡Pero si me gusta! Por ejemplo, tengo unos monos chicos que se llaman ‘homies’, y autos antiguos que antes regalaban en las bombas de bencina. Son figuras antiguas que me recuerdan a cuando era chico”.
-¿Y tú, Gabriel?
G: “Tengo una colección de zapatillas y gorros, que es lo que más tengo en mi casa, más que platos y vasos. Debo tener unos cien gorros y cien pares de zapatillas. A veces tomo jugo en un gorro (sonríe)”.
R: “También Gabriel hace la música que bailamos y eso lo relaja. A mí me gusta diseñar, hacer los flyers, logos, tipografías. Eso me hace salir un poco del baile”.