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Las siete preguntas “riesgosas” que cada esposa debería hacerse

Una autora estadounidense entrega siete reflexiones que una mujer con pareja debe pensar, para evaluar cuán bien lo está haciendo en su matrimonio.

23 de Diciembre de 2011 | 13:57 | Emol
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NYT
Muchas veces, y sobre todo en crisis, una mujer se cuestiona su relación. ¿Qué tan bien nos estamos llevando? ¿Podré aguantar por mucho tiempo más esas cosas que me molestan?, pueden ser consultas comunes durante una mala racha con la pareja. Pero muy pocas veces, las preguntas van dirigidas hacia su propio comportamiento.

“¿Cómo es estar casado conmigo?”, se preguntó Lida Dillow, una autora estadounidense que lleva 46 años casada con su esposo, Jody. Y es precisamente esa frase la que dio título a su libro lanzado este año en su país, donde entrega una serie de reflexiones -a veces, difíciles de hacer- que cada mujer debería contemplar en una relación.

Linda y Jody fueron gran parte de su vida misioneros. Ambos cristianos, debieron paralelamente a sus responsabilidades religiosas, criar a sus tres hijos -nacidos en años seguidos- y más tarde con un cuarto, que adoptaron siendo ya adolescente.

No fue fácil, pero la autora aseguró en un artículo escrito para Beliefnet –medio electrónico también cristiano-, que fue valiente en un comienzo y se cuestionó algunas cosas de su actuar como esposa. “Me di cuenta que no podía esperar hasta que la vida se calme para pensar en mi matrimonio”, agregó.

De la misma forma, compartió algunas de sus “riesgosas” preguntas, que, si bien involucran su propia fe en el modo de responderlas, bien podrían servir para todas las que quieran pensar en cómo son como esposas.

1.- ¿Qué es realmente importante para mí?

La llegada de los hijos no es un acontecimiento menor y como madre, todas intentan desdoblarse en sus responsabilidades, con tal de tenerlos felices. Pero en el hogar, también convive la pareja a quien no se debería olvidar.

“¿Te das cuenta que tus elecciones revelan lo que es importante para ti? Cuando tuve a mis tres hijos, me di cuenta que mis elecciones debían demostrar que mi esposo era mi prioridad. Podría haber empujado la relación con mi esposo, hasta que la vida se hiciera más llevadera, pero decidí que tener una vida normal significa ‘agitado’, que el tiempo es escaso, que el tiempo con la pareja es difícil de encontrar”, comenta la autora, quien asegura que en vez de seguir su relación dejando a la suerte cómo ésta resultara, decidió tomar las riendas, y ahora, con el nido vacío, recoge los frutos de esa elección.

2.- ¿Qué se siente ser mi esposo?

“Veo a mi esposo como algo asegurado. Él se lleva la peor parte de mí en mis días malos y lo que queda de mí casi todos los días”, comenta Dillow, citando a una mujer que lleva casada 34 años.

“Cuando el marido se siente criticado y fastidiado, el matrimonio se desliza por una pendiente resbaladiza”, dice Dillow, quien pide ser consciente de las palabras que salen de las bocas de las esposas.

3.- ¿Estoy dispuesta a cambiar mi actitud?

Para Dillow, la palabra más importante en el mundo es “gracias”. “¿No sería mejor ser conocida como una esposa agradecida en vez de una que alega y se queja?”, pregunta la autora.

En su caso, no deja de mencionar dar las gracias a Dios cada día, pero entrega un buen consejo que puede ser seguido por todos, como lo es la utilización de un “diario de agradecimiento”, en el que cada semana se escriben las cosas del marido por las que se está agradecida.

“Mientras mi lista crecía, también lo hizo mi corazón de gratitud. Mi actitud cambió”, asegura.

4.- ¿Qué necesito para estar más cerca de ti?

“Solo diga lo que ayuda. Cada palabra es un regalo”, dice la autora, citando la Biblia. Con esto se refiere al tratar a la pareja en un marco de respeto y admiración.

"Veo la intimidad emocional como entrar en la vida del otro y escuchar no solo sus palabras, sino que también su corazón. Y luego, al hablar, le das coraje a la persona que amas. Es como ir acompañando a tu marido en su viaje por la vida y darle palabras de aliento cuando la vida es dura”, dice Dillow.

5.- ¿Qué se siente hacer el amor conmigo?

“¿Alguna esposa se hace esta pregunta? ¿Cuál sería la respuesta de tu esposo?", se pregunta la autora, y agrega que en sus viajes por el mundo como misionera, se ha preocupado de enseñarle a las mujeres cristianas la alegría de la intimidad sexual.

“Me entristece decir que muchas esposas están asustadas del sexo, desilusionadas de la intimidad sexual, obstaculizadas por la culpa de sus malas elecciones o confundidas acerca de lo que una esposa piadosa y sexual debe ser”.

6.- ¿Por qué quiero seguir enojada contigo?

Muchas veces, ceder, dejar de mostrarse molesta por un hecho o situación, es algo que se evita para que la pareja no crea que lo sucedido dio lo mismo o que tuvo razón en hacer o decir algo que molestó.

Pero la autora recuerda que al mantener el enojo lo único que logra es endurecer la relación.

7.- ¿Es posible crecer juntos cuando las cosas parecen fracasar?

Consciente de que la vida conlleva problemas inevitablemente, Dillow recuerda que si bien una crisis puede separar a un matrimonio, también puede ser la oportunidad de acercarse más. Y todo dependerá de la manera en que se supera el mal momento.