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Las novias del 2012, vestidos de tul y muchos bordados

Después de la boda de Kate Middleton, los diseñadores retoman el cuento de la princesa para sus creaciones.

06 de Enero de 2012 | 16:51 | Por Valeria Barahona, Emol
Desde niñas, más que en el novio, pensamos en el sonido de las campanas de la iglesia, el altar lleno de flores, el vals y, por supuesto, el vestido que luciremos para dar el “sí” ante el hombre que nos haga volar, idea que se torna más recurrente si pensamos que en 2011 una hija de comerciantes entró en la línea de sucesión al trono británico.

De este modo, Kate Middleton nos recordó los cuentos de hadas luciendo un modelo de Sarah Burton, directora creativa de Alexander McQueen. Así, los vestidos con amplios ruedos -cual princesa Disney- retornarán a las pasarelas para 2012 con modelos que aparte de ser confeccionados con telas pesadas especiales para acompañar el ritmo del vals, incluyen la variante del tul, material que otorga mayor volumen y una gota de glamour al vestido de novia.

Además, evocando también al vestido de la duquesa de Cambridge, Óscar de la Renta y Rosa Clará incluyen mangas con delicados bordados florales en sus colecciones de novias para 2012.

Junto a esto, para futuras esposas más osadas, marcas como Jordi Dalmau y Pronovias decidieron incluir en la pureza del blanco toques de azul, verde, rojo, e inclusive negro, mediante inserciones en el ruedo de los vestidos, el lazo de la cintura, guantes, o bordados. A esta tendencia se unen los trajes creados íntegramente en telas azules y fucsias de Mori Lee.

La torta, una dulce preocupación
Para el pastel de bodas, este verano se deja atrás a las miniaturas de los novios tomados de la mano para dar paso a diseños animal print en fondo de crema blanca, decorados por delicadas flores de mazapán rosadas y amarillas, además de novias que besan a su príncipe azul convertido en sapo u otras más osadas que deciden llevarlo a él en brazos.

Un diseño así de rupturista se adelantó en Chile, hace algunos años, cuando la modista Catalina Musalem vistió a una novia de rojo y negro. La creadora chilena no devela tendencias para este año, porque fiel a su estilo, cada vestido surge de la entrevista personal que tiene con la novia. Es en ese momento cuando les pregunta cuál es el concepto con que definirían su vestido, y las novias se explayan en las ideas más entretenidas que pueden: María Antonieta, árbol, ángel, Cenicienta, princesa hippie, entre otros.

Otra corriente son los vestidos estilo vintage, como el que usó Kate Moss para su matrimonio con el guitarrista de The Kills. La modelo británica dio el “sí” enfundada en un ceñido diseño de John Galliano con meticulosos bordados en hilos dorados y pedrería. Lucir un Galliano son palabras mayores, pero con un poco de creatividad -y una buena modista-, el vestido con que la abuela entró a la iglesia puede lucirlo también la nieta, revistiendo a la prenda de, aún, mayor significado.

Pero si la novia quiere lucir algo más moderno o minimalista, los trajes de caídas y cortes rectos, provistos de amplios ruedos y escotes, también son una tendencia este año.

Ante vestidos que evocan la calma y simplicidad de lo bello, un elemento que adquiere protagonismo es el ramo. Tradicionalmente de flores naturales, en la actualidad hay quienes buscan ramilletes que representen su personalidad. De este modo, surgen los ramos compuestos por bolitas de lana, mariposas de papel, botones, figuras de alambres, mostacillas, o figuras de fibras naturales como el mimbre o el ratán. No obstante, estos bellos artefactos al momento de lanzarlos a las amigas deben ser reemplazados por un bouquet natural para evitar accidentes. 

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