¿Por qué al estar en pareja se exacerban las carencias afectivas? ¿Será que las relaciones afectivas producen dependencia emocional? Tal vez.
Es que estar en pareja -se dice- es como tener en forma constante un espejo enfrente, donde se refleja sin velos y con mayor amplitud, el estado emocional íntimo que cada persona tiene.
Entonces, que surjan estas necesidades de reconocimiento por parte del ser que se ama, formarían3 parte del repertorio natural de cualquier relación y que parte de cómo fue la relación con los padres. Bueno o malo, sano o enfermizo dependerá de la intensidad con que se busquen y de las carencias personales que vayan apareciendo.
Francisca Parrado, psicóloga de la Clínica Dávila afirma que en el estado de enamoramiento se tiene la ilusión de que el otro completa las carencias y necesidades porque se vería en el otro, el reflejo de sentirse completo.
“Luego, con el paso del tiempo, quienes no han tenido el proceso de conocerse y aceptarse en sus propias carencias, tienden a sentir que el otro les priva de cierta forma de afecto”.
Esas personas serían dependientes y manifiestan dificultades emocionales, incluso anteriores a definir las propias necesidades. “Al igual que lo hace un bebé, pretenden que su pareja reconozca sus necesidades y las cubra sin siquiera mencionarlas. No tienen conciencia de la intensidad de sus demandas y manifiestan severos problemas para reconocer los límites o el nivel de saturación que provocan en otros”, sostiene.
Es decir, piden atención y confirmación de que lo están haciéndolo bien, pero no saben exactamente lo que quieren ni tampoco son empáticas con el otro, lo cual puede terminar agotando una relación.
¿Qué necesitas de mí?
“Querer aceptar y ser aceptado, proteger y ser protegido, atender y ser atendido, deben ser aspectos aprendidos, internalizados y experimentados a lo largo de la vida para poder comprender lo que queremos y considerar al otro, como un legítimo otro y no como una extensión de nosotros mismos y por otra parte, nos ayuda a desarrollar la seguridad y confianza en nostros mismos”, reflexiona la psicóloga Jessica Piña de Clínica Vespucio.
Para ella, el asunto solo se volverá conflictivo cuando la relación gira en torno a esas necesidades y no se permite al otro (pareja, amigo, pariente, etc.) compartir tiempo y atención en nada ni nadie más.
Entonces para no caer en relaciones enfermizas, la psicóloga Francisca Parrado propone preguntarle al otro, qué necesita de mí, y expresar y pedir directamente lo que se necesita.
“En ambos casos cabe la posibilidad de una negativa, la que no hay que asumir como una confrontación o rechazo, sino a veces simplemente como los límites del otro”, sostiene.
Otra forma que aconsejan será evitar las comparaciones con los otros, porque cada persona es un individuo diferente con cualidades y habilidades diferentes a las propias.
“Quizá alguien sea mejor en un tema, pero uno mismo es bueno en otros, y eso se debe tener presente y reforzarlo, porque eso ayudará a darse cuenta de que se es capaz”, afirma Jessica Piña.
En esa línea, ambas aconsejan revisar y desarrollar la autoestima, teniendo claro que uno es como es y siendo consciente de cómo se trata a uno mismo. Observar los diálogos internos y preguntarse, ¿son cariños o solo palabras ofensivas las que utilizo?
En definitiva, insisten en autovalorar más lo que se tiene, en el aspecto físico como emocional, y no pensar ni entramparse en lo que no se tiene.
“También resultará interesante atreverse a desarrollar ciertas tareas o actividades que se cree que no se puede hacer. Hay que probar y eliminar la palabra ‘no puedo’ y cambiarla por un ‘no me resulta’. Eso ayuda bastante para evitar la autolimitación”, aporta la psicóloga Piña.