Las variadas frutas que nos acompañan en verano con su sabor y textura, deberían impulsarnos a sacar una buena olla de cobre, recoger los frutos más maduros y llenarse de energías para hacer mermeladas.
Ramón Roselló ha publicado "Mermeladas naturales en casa" de editorial Océano-Ambar, en la cual nos introduce en este mundo de sensaciones que nos acompañarán todo el año.
Paso a paso nos devela secretos fundamentales para conseguir preparaciones exactas en consistencia y dulzor. Por ejemplo, advierte de entrada que el exceso de azúcar blanca puede convertir la mermelada en una confitura.
También dedica un capítulo completo a la correcta conservación de las mermeladas considerando que diferentes factores las pueden echar a perder: las enzimas que aceleran las reacciones químicas, los microrganismos y bacterias, las levaduras que crecen en medios ácidos y los hongos.
Otro de los acápites del libro al que vale la pena ponerle atención es aquel que hace un detenida diferencia entre lo que es una confitura, una compota, una jalea, el chutney, el arrope, la marmalade, la fruta cristalizada y, obviamente, la mermelada.
También hace presente que los cuatro factores que van a determinar el producto final son la acidez de la fruta, el azúcar, la pectina de algunos frutos y el tiempo de cocción.
En fin, todo un manual para no errar en el intento.