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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 11:53
PARÍS. - El creador indio Manish Arora se inspiró en el arte de la calle para una deslumbrante colección, la casa fundada por Cristóbal Balenciaga presentó una pasarela elegante y fluida y Barbara Bui y Lutz jugaron con el blanco y el negro, en el tercer día de la Semana de la Moda de París.
La colección para el otoño e invierno próximos de Balenciaga unió sencillez y sofisticación, acompañando amplios pantalones y faldas de corte asimétrico con sudaderas, mientras que la propuesta de la también venerable casa francesa Carven fue fresca y "abordable", lejos de la "moda conceptual".
Vestidos cortos, de cortes precisos y faldas voluminosas bajo una cintura apretada fueron propuestos por Guillaume Henry, el joven director artístico de la casa fundada por Carmen Carven en 1945.
Algunos vestidos -pieza clave en esta venerable casa, una institución en la moda-, eran cerrados hasta el cuello, pero una apertura cerca de los pechos dejaba entrever furtivamente la piel.
La pasarela de Balmain mezcló terciopelo y cuero, en chaquetas estructuradas y bordadas con cientos de pedrería. A veces surgía una rosa en un vestido o una manga.
El creador indio Manish Arora ofreció un homenaje al arte de la calle, con un despliegue de colores iridiscentes y estampados inspirados en el trabajo de artistas del grafiti.
El tema urbano fue el hilo conductor de la colección del modista nacido en Bombay, que aunque inspirada en la calle tuvo también un toque opulento, con tonos dorados, relucientes metales y suntuosos tejidos bordados con flores y hojas.
La paleta de colores de Arora -verdes esmeraldas, azules zafiro, rosas encendidos, amarillos, rojos, naranjas eléctricos-, no es apta de ninguna manera para mujeres tímidas. Por eso es el modista venerado por las estrellas de Bollywood. "Yo adoro el color, el dorado es mi religión", admitió el modista indio, único representante en la Semana de la Moda de París de un país de casi 1.300 millones de habitantes. "Sin embargo, por primera vez he usado bastante el negro", dijo Arora, que calzaba como de costumbre zapatillas doradas.
El creador precisó que a la cuna de esta colección está la iconografía de Judith Supine, un artista de grafiti que vive y trabaja en Brooklyn, Nueva York, y en los trabajos de artistas de la calle parisinos, Rude, Vizion y Broke. "Creo que el grafiti es una forma de arte legítima, que está subestimada", opinó Arora, quien desde el 2011 es también el director artístico de la casa Paco Rabanne, del grupo catalán Puig.
"La vida es bella", escribía un artista de la calle en la pared de cemento de la Ciudad de la Moda y el Diseño, un moderno edificio levantado a orillas del Sena, donde Arora presentó su colección. "Para mí, un desfile es un espectáculo. Una colección parte de una idea, que luego se armoniza con un lugar, con una música. Un desfile es un todo", explicó.
El público -periodistas de moda, blogueros, compradores y estudiantes de moda y diseño-, estallaron en aplausos tras el desfile de quien ha sido calificado como el John Galliano indio... antes de la caída en desgracia del modista británico, hace un año, que aún no ha sido remplazado en la casa Dior.
La estilista Barbara Bui presentó cazadoras y largos abrigos blancos, acompañando sofisticados pantalones de largo tres cuartos, sobre altos zapatos. También ofreció conjuntos de pantalón, camisa y chaqueta en blanco y negro, para el día, y chaquetas en tejidos metálicos y vestidos flotantes en colores oro para la noche.
El diseñador Lutz declinó el negro en vestidos cortos y largos, asimétricos, en pantalones y abrigos, explorando el blanco sólo en algunas chaquetas y abrigos que hacían resaltar más la elegancia del negro. Se atrevió un poco, pero sólo un poco, con el gris.
En cambio, la casa Nina Ricci, una de las últimas en desfilar el jueves, ofreció tonos de vino profundo, en vestidos y botas altas que acompañaban faldas que mostraban el muslo, y vestidos y grises blancos decorados con pieles.
La semana parisina continúa el viernes con el podio de Dior y de Amaya Arzuaga, la única española presente en estas pasarelas.
