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Encendida guerra contra el abuso del Photoshop demuestra que “las apariencias engañan”

Ya son varios países que se han sumado a la idea de pedir una ley que regule los retoques digitales que se hacen sobre modelos y famosos. Asimismo, muchos padres preocupados esperan evitar que sus hijos crezcan viendo cuerpos perfectos que, en la realidad, no existen.

02 de Marzo de 2012 | 16:56 | Por Ángela Tapia F., Emol
Cada uno de los anuncios dispersos por Gran Bretaña, en los que el rostro de la actriz Rachel Weisz  publicitaba una crema antiarrugas, fue sacado y prohibido para su exhibición. El motivo: los cientos de reclamos de personas que aseguraban que se había exagerado digitalmente a tal nivel los efectos del producto, que la protagonista de “El jardinero fiel”, ya de 41 años, no presentaba ni siquiera líneas de expresión.

“La industria de la belleza tiene que dejar de engañar a los consumidores con imágenes fraudulentas (...) debería haber mucha más diversidad en la publicidad, muchos más colores de piel, muchas más edades, muchas más formas... Las imágenes pueden ser muy seductoras sin necesidad de ser falsas”, declaraba a principios de febrero la parlamentaria inglesa Jo Swinson, ante el caso Weisz, solo a meses de que la empresa de la crema antiarrugas, L’Oréal, retirara también la publicidad de una base de maquillaje, con el rostro de Julia Roberts (44 años), por el mismo motivo.

Sin embargo, estos no son los únicos casos, ni rostros que se han visto envueltos en la lucha de algunos consumidores y órganos reguladores en contra del abuso de los retoques computacionales a modelos y estrellas del cine, ya sea para promocionar productos o, simplemente, para mantener la imagen de perfección que quieren expandir.

Hay casos tal vez más simples, como la inexistente cadera izquierda de Demi More en la portada de diciembre-2009 de la revista W, o el rollito que la revista Paris Match, le sacó a Nicolas Sarkozy, mientras éste remaba con su familia en una canoa.

Pero hay otros más extremos, y que preocupan sobre a todo a los padres de aquellos niños y adolescentes que ven en modelos y actores ídolos en los que quisieran reflejarse. Uno de ellos ocurrió el año 2009, cuando la modelo Filippa Hamilton terminó siendo desvinculada de la marca Ralph Lauren, luego de que ella reclamara públicamente el desmedido photoshopeo que hicieron en su cuerpo, en una fotografía publicitando la ropa del diseñador norteamericano.

Según sus palabras -y como se puede apreciar en la imagen-, la habrían dejado tan delgada, que parecía una mujer con problemas de desorden alimenticio. La marca de ropa, sin embargo, pidió disculpas en un comunicado: “Por 42 años hemos construido una imagen basada en la calidad y la integridad (...) Después de una remota investigación, hemos aprendido que somos responsables de la pobre imaginación y que la alteración causó una imagen muy deformada del cuerpo de una mujer”.

Con todo, la foto de Philippa abanderó ese 2009 los desastres del photoshopeo, que páginas como PSDisasters.com difunden en internet, como una manera de acusar los retoques digitales más terribles de la publicidad.

Una ley por la autoestima

Como The Self-Esteem Act (o ley de la autoestima) se conoce un hipotético proyecto legislativo que desde el año pasado, Seth y Eva Matlins, intentan que llegue al congreso estadounidense.

Seth, un ex publicista, decidió desde hace tiempo preocuparse por los cánones de belleza que llegaban a los menores, sobre todo, después de que a su hija, una niña afroamericana, le llegara de regalo una esbelta, blanca y rubia Barbie.

Su iniciativa, que cuenta con el apoyo de algunos parlamentarios demócratas de su país, intenta obligar a los medios y publicistas a incluir una etiqueta en las imágenes que indique que los modelos han sido photoshopeados o retocados en un grado significativo.

Los motivos que movilizan su causa, son entre otros, los datos aportados por la Fundación Dove Self-Steem -que hace unos años remeció a los televidentes con su propaganda que mostraba cómo arreglaban computacionalmente a una modelo para un afiche publicitario- y que señalan cifras tan alarmantes, como que tan solo el 4% de las mujeres de todo el mundo se sienten bonitas.

A esto se le suma que el 72% de las jóvenes dicen sentir una gran presión por verse bien. “No podemos ignorar que nuestra cultura de la belleza está teniendo efectos negativos en las niñas y mujeres”, dijo, por su parte, Eva.

Ya en años anteriores, en Francia, el Reino Unido y Noruega se han presentado proyectos para regular el abuso de Photoshop en los anuncios. Mientras, en Chile, si bien se ha discutido el tema entre publicistas y padres, aún no se plantea la discusión a nivel de consumidores, como para generar un proyecto de ley, tal como lo asegura Rossana Montalbán, de Conadecus, Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios.

“Creo que no se ha tomado conciencia de que, efectivamente, desde el momento en que se ofrece un determinado efecto o resultado, y no es el real (en el caso de los cosméticos), ya se está incurriendo en publicidad engañosa y se puede efectuar el reclamo con antecedentes”, aseguró.

Famosos al natural

Ante la serie de cuestionamientos que ha generado el tema, la mismísima Anna Wintour, directora de Vogue, defendió el uso de los retoques para corregir imperfecciones, aunque aseguró que al menos en su publicación no se adelgaza artificialmente a las modelos.

Sin embargo, en estos tiempos, mientras el no corregir las fotografías parece una falta de respeto para los sujetos retratados, algunos rostros como Brad Pitt, Kate Winslet y Uma Thurman han pedido explícitamente que no se arreglen computacionalmente sus caras ni sus cuerpos.

Otras actrices, como Emily Blunt (“El diablo viste a la moda”, “El hombre lobo”), han asegurado en sus entrevistas: “Odio cuando te estiran las piernas y te las hacen tres veces más largas de lo que deberían ser (...) Entiendo que corrijan cosas como sombras, algo muy normal después de una sesión fotográfica, pero es muy injusto que presenten una imagen corporal que no es real. Los espectadores van a ver nuestros cuerpos en las películas, así que, ¿por qué esconder los defectos en una foto”.
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