"Lo mejor es que reconozcas y admitas en tu dieta los alimentos que más te gustan. Si encuentras alguna alternativa poco calórica que te sirva para sustituirlos, ¡perfecto! Si no, no te prives: opta por ellos, de vez en cuando, y disfrútalos", aconseja María Tránsito.
3.- Corrige tu actitud ante la comida: en esto lo principal es pensar antes de comer, para que así seas consciente de cómo, cuándo y qué has comido. Asimismo, el hecho de reflexionar antes de echarte algo a la boca, te ayudará a hacer elecciones más sanas y ligeras.
4.- Piensa antes de elegir: "Una dieta sana ha de ofrecerte la energía y nutrientes que necesitas", dice la autora. Por esta razón, es básico saber elegir de una manera inteligente, para lo cual es necesario tener nociones básicas de nutrición y conocer un poco mejor los alimentos: los nutrientes que aportan y las calorías que suponen. En "Comer, disfruta, adelgaza" puedes encontrar la información necesaria para que puedas elegirlos y combinarlos de la mejor manera posible, según tus gustos, asegura.
5.- Una imagen vale más que mil palabras: Como el objetivo del libro es facilitar el trabajo para que cada uno aprenda a planificar sus comidas de forma sana, equilibrada y con un bajo aporte de calorías, la autora ofrece ejemplos gráficos que ayudan a distinguir fácilmente cuáles son las combinaciones alimentarias que aportan más nutrientes y muchas menos calorías. Así, por ejemplo, a través de imágenes se puede saber que comerse una donut de 50 gramos y 250 calorías es lo mismo que consumir 300 gramos de fruta fresca picada, más 125 ml de yogurt descremado, más una cucharadita de miel. O bien, dos rebanas de pan (50 gramos), más una cucharadita de mermelada sin azúcar, más 60 gramos de queso fresco. En el fondo, la idea de María Tránsito es dejar en claro que puedes comer mucho más de lo que seguramente comes ahora, al mismo tiempo que ingieres menos calorías y te nutres mejor, "lo que hará que te sientas mejor, con más energía y de mejor humor".
¿Qué tomar para bajar de peso? |
No aporta calorías, calma la sed y ayuda al funcionamiento de nuestro organismo. Se trata del agua, la que María Tránsito califica como “la mejor bebida para adelgazar”. Aunque la mayor parte de este líquido la obtenemos de lo que comemos, igual es recomendable beber unos ocho vasos diarios. También existen otras alternativas que hidratan y, a la vez, son sanas y bajas en calorías: las infusiones (tanto frías como calientes), limonadas caseras (una parte de limón en cinco partes de agua), y los jugos de frutas y verduras caseros. Estos últimos además de ser ideales para reponer líquidos, contienen los mismos nutrientes que los productos que se utilizan para elaborarlos (a excepción de la fibra que se queda en la pulpa que luego se bota). Si te gustan los refrescos que se venden en el comercio, hay que considerar que muchos de ellos contienen azúcar. Por eso, lo más inteligente es optar por las versiones light, las cuales sustituyen el azúcar por edulcorantes no calóricos. Por último, es importante tener en cuenta que las bebidas alcohólicas aportan una cantidad considerable de calorías “vacías”, es decir, sin nutrientes. De esta manera -afirma la autora-, “lo más inteligente es prescindir de ellas, tanto si se pretende perder peso como si sólo se desea mejorar la salud”. |