Alex Valdés, El Mercurio.
BERLÍN.- El proverbial rigor alemán se extiende también a la educación en el hogar: casi la mitad de los padres germanos golpea de vez en cuando a sus hijos, según un sorprendente estudio presentado hoy en Berlín.
Un 40 por ciento reconoce que castiga a sus hijos con golpes en el trasero, mientras que la bofetada es el medio preferido por el por diez ciento.
El estudio representativo del instituto Forsa para la revista
"Eltern" (Padres) señala que otro cuatro por ciento se inclina incluso por castigos más duros, como "azotar en el trasero". Otro dato indica que los niños reciben más golpes que las niñas.
Los padres explican que acuden a la violencia física no por convicción, sino cuando los nervios les hacen perder el control. Así, un 75 por ciento dice sentirse culpable tras propinar una bofetada al niño.
Pese a los alarmantes resultados del sondeo, las cifras indican un retroceso en los castigos corporales a los hijos con respecto a los estudios de hace cinco años.
La encuesta se realizó del 10 al 24 de noviembre en base a consultas a 1.003 padres alemanes con al menos un hijo de hasta 14 años.