ROMA.- Los curas y monjas católicos estresados, en parte debido a que la propia imagen se ha depreciado o porque se sienten también solos, corren el riesgo de padecer estrés y terminar en el "diván de Freud".
A esa conclusión llegó un grupo de estudiosos reunidos en la Universidad Salesiana de Roma para hablar de "Los curas en el diván", ingenioso título del encuentro. Unos doscientos religiosos, curas y monjas, provenientes de varias partes del mundo, participaron activamente en el simposio.
Según el profesor inglés Leslie Francis, un anglicano que ha estudiado en Gran Bretaña y Australia el perfil de los curas católicos y anglicanos, estima que el 59%, la mayoría, son personas introvertidas y 41% son extrovertidas. Es por ello que muchos prefieren actividades individuales, estudiar, alimentar una vida interior, pero pueden caer en el "agotamiento" debido a las exigencias de la propia labor, y porque en ocasiones no se sienten capaces de responder a los requerimientos de la sociedad moderna.
"La iglesia recluta a muchos introvertidos, nuestro labor es ayudarlos" a enfrentar las relaciones con los demás, dijo.
Para numerosos participantes, tanto psicoanalistas como psicólogos, no es obligatorio que los religiosos en crisis se sometan a terapias, aunque deben tener la libertad de poder "golpear a la puerta" del especialista.
"Si en Africa uno va al psicólogo dicen que es un loco y lo desprecian. Imagínense si es cura", comentó un religioso africano.
El tema del matrimonio para curas no fue abordado, aunque sí se trataron argumentos complicados, como la relación con un superior de sexo femenino, lo que es considerado positivo.
Igualmente se habló de la respuesta más adecuada a los pedidos de afecto de jóvenes frágiles y de las reacciones ante los vicios, como por ejemplo el alcoholismo.
"¿Qué podemos hacer cuando descubrimos vacía la única botella de whisky de la comunidad? ¿Es mejor poner cara de no haber visto nada?", fue uno de los interrogantes.
El sacerdote y psicólogo Giuseppe Crea mencionó también a los curas que se dedican en un "150%" al trabajo, los cuales corren el riesgo de manifestar malestares tales como individualismo, narcisismo, ambición desmedida, comportamientos excesivos.
La historiadora Lucetta Scaraffia, editorialista del diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, sostiene que si bien entre los candidatos al sacerdocio figuran jóvenes "creativos" y abiertos, muchos terminan afectados cuando entran a formar parte de la Iglesia, porque les ofrecen "un mundo extremamente conformista, una cultura encerrada en sí misma".
Para ella los seminaristas deberían estudiar sobre todo "historia de la revolución sexual", más que textos complejos sobre la familia y la sexualidad cristiana. "Necesitan una formación humana integral", sostiene Fabrizio Mastrofini, jefe de redacción de Radio Vaticano, autor con Crea del libro "Los curas en el diván".
Para el jesuita Hans Zollner, es necesario que "el cura integre su propio mundo psicológico con el espiritual", de manera de vivir su "propio yo" plenamente. Indagar en el propio inconsciente, como recomiendan Freud y Jung, es una terapia reconocida y aceptada por la Iglesia, como hace alusión el último filme del italiano Nanni Moretti, "Habemus papam", aunque para todos la oración y la contemplación siguen siendo la ayuda más preciosa, insistieron los participantes.