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Acusan a imán de usar sus sermones para incitar a la violencia contra la mujer

En dos ocasiones, el "guía espiritual" aconsejó a sus seguidores recurrir a los golpes si sus esposas los desobedecían o tenían "actitudes malas". "Tienen que ser discretos", también les dijo.

22 de Marzo de 2012 | 16:30 | EFE
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AFP
BARCELONA.- El fiscal de Delitos de Odio y Discriminación en Cataluña (noreste de España) interpuso una querella criminal contra el imán de Tarrasa (Barcelona) Abdeslam L., acusado de incitar a la violencia y la discriminación contra la mujer en dos sermones, que fueron grabados por policías de paisano.

En la querella, el fiscal Miguel Ángel Aguilar acusa al imán de incitar a la violencia y la discriminación contra la mujer en sus sermones de los viernes 16 de diciembre de 2011 y 20 de enero de 2012 en la única mezquita de esa localidad, que estaba abarrotada con cerca de 1.500 fieles en cada ocasión.

Tras recibir una denuncia sobre las prédicas del imán, dos agentes de la Policía local de paisano se infiltraron en la mezquita y grabaron los sermones del religioso, que tras ser denunciado fue citado a declarar ante las autoridades policiales el pasado 6 de marzo, aunque se negó a testificar.

Según consta en la querella, el imán, aprovechándose de su papel como "guía espiritual" y "autoridad moral" para los musulmanes profirió en sus sermones expresiones que incitan a la violencia y a la discriminación contra las mujeres, bajo el argumento de que "en el islam los golpes son una práctica tolerable".

En sus sermones, que el imán impartió en árabe y que fueron traducidos al castellano en la sede policial, Abdeslam L. profirió expresiones en las que en algunos casos directamente incitó a la violencia física y psíquica contra la mujer, y dio a entender que el hombre ostenta una posición de absoluta superioridad y de control sobre la mujer, según la querella.

En el sermón del 16 de diciembre de 2011 Abdeslam L. se dirigió a los 1.500 feligreses que abarrotaban la mezquita para revelarles las soluciones que, según su versión, el islam propone para abordar los problemas "que pasan dentro del hogar".

Según la querella, el imán sostuvo que, en caso de "desobediencia" o "actitudes malas" por parte de sus mujeres, los hombres musulmanes no deben "precipitarse al divorcio", sino seguir este consejo: "¡Amonestad a aquellas de quien temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas, Alá es excelso, grande".

Sobre los golpes a propinar, el imán señala que "no son los que provocan las fracturas de los huesos, no son los que hacen correr la sangre, no son los golpes en la cara...no".

El imán, que según los agentes infiltrados no leía ningún texto y además gesticulaba sobre cómo golpear, abundó en sus consejos para que los golpes no dejaran señales.

"No afees, no golpees en la cara, no hagas correr la sangre, esto es el islam. Puede ser que en algunos momentos los golpes se limiten a dar golpes con el siwak (una barra de madera que tiene la medida de un dedo)", exhortaba.

Según el guía religioso, "en el islam, los golpes son una práctica tolerable, pero los golpes tienen límites a los que se llega cuando las otras soluciones no son efectivas", y son métodos que "tienen que ser discretos", de manera "que nadie sepa de ellos fuera de la vida conyugal".

En aquel mismo sermón, el imán denunció que una de las causas del divorcio es que la mujer "sale a la calle a trabajar y se convierte en una mujer independiente, con su propia cuenta bancaria, quedándose los niños sin educación".

"Esta mujer que tiene su propia independencia, que tiene trabajo y dinero, mira al hombre con una mirada de desprecio. El hombre en este caso tiene que trabajar también en casa, como preparar la comida y lavar la ropa, y esto conlleva a una ruptura y conflicto entre el hombre y la mujer", censuró el imán.

En su sermón del 20 de enero de 2012, indicó a los feligreses que en España hay leyes contrarias a la doctrina islámica y advirtió de que, aunque la mujer, las chicas o los hijos puedan llamar a la policía, "en el día del juicio final no habrá nadie que las pueda cubrir".

Según los agentes infiltrados, los días que grabaron los sermones la presencia de mujeres era meramente testimonial, ya que no llegaban a las cincuenta entre unos 1.500 fieles.
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