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Los secretos que se esconden detrás de una voz bajita

Puede deberse a un problema físico o de personalidad. Sin embargo, para ambos casos existen soluciones.

13 de Abril de 2012 | 15:22 | Por Francisca Vargas V.
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-¿Qué dijiste? No se escucha, ¡habla más fuerte!
-No puedo hablar más fuerte. Ésa es mi voz.
-Es que hablas tan bajito que no te entiendo.

"La voz es el reflejo de cómo son las personas", dice afirma Carlos Tapia, otorrinolaringólogo de Clínica Dávila, y ejemplifica que si una persona tiene una personalidad avasalladora jamás hablará despacio y, por el contrario, una que es tímida va a tender a hablar con un menor volumen.

Por lo tanto, la voz es una característica de la personalidad y, agrega, también es un reflejo de la cultura en que se crece.

"Los chilenos hablamos como no queriendo que los demás escuchen, achatados, para adentro, y ése es un tono bajo. Además, hablamos muy mal, no modulamos", afirma.

Sin embargo, para estar seguros de que esa baja emisión no corresponde a un problema físico, es necesario un buen diagnóstico, acompañado primero de una buena autocrítica y apertura mental, para recibir los comentarios de los demás sobre cómo se habla. Cuestión que no siempre es tan fácil de digerir.

"Hay que descartar que no haya dificultades en el oído, porque una persona habla de acuerdo a lo que escucha y si el sonido no logra llegar al oído interno, puede que se deba a un problema con el oído medio, una perforación timpánica, una otitis crónica o puede haber un tapón, todo ello puede ser causa de que la persona cuando habla disminuya el tono de la voz, porque piensa que está hablando muy fuerte", señala el doctor Tapia.

Descartada una afección al oído, el diagnóstico se mueve a la emisión de la voz, que se genera en los pulmones, desde donde parte el aire que llegará hasta las cuerdas vocales y luego irá hacia los resonadores que son las cavidades, faringe y la nariz.

"Si se tiene un problema de baja capacidad pulmonar, la persona no va a tener un buen volumen de voz, porque no va a tener mucha presión de aire para emitir su voz", cuenta.

Otro problema médico es tener parálisis de las cuerdas vocales, lo que produce que el aire se escape y no se tenga una buena voz. "Éstas tienen que estar funcionando bien, deben cerrarse o mantener ciertos cierres", dice.

¿Qué hacer?

Si no hay trastorno del aparato vocal, las razones de ese hablar bajo habrá que buscarlas en las características de personalidad, en la biografía de la persona, sus patrones medioambientales, cómo aprendió a hablar y en la postura corporal. Es decir, todo aquello que va más allá de las bases orgánicas del cuerpo, según cuenta el fonoaudiólogo de Canal 13, Ricardo Álvarez, quien también es director de la Escuela de Artes Vocales  (ralvarezn56@hotmail.com).

"Tenemos que descubrir de dónde viene la voz chica y lo primero que preguntamos es cómo se habla en la familia, si lo dejaban hablar en la mesa, cuál es el estado psicológico, emocional y ahí se trabaja, porque todos los estados emocionales y los factores ambientales se depositan en el cuerpo".

Para salir de ese tono mal escuchado por los demás, Ricardo Álvarez explica que se trabaja con técnica vocal y orgánico corporal, entendiendo que la voz se educa y que existen herramientas que sirven para que la voz se haga más fuerte en los momentos en que se necesita que sea de ese tono.

Lo que se enseña es cómo tener mayor presión de aire en el volumen de la voz. "Se trabaja la presión subglótica, que está debajo de la cuerda vocal y se mejora a partir de los músculos respiratorios, para que tengan la suficiente fuerza para botar el aire y tener la intensidad de voz adecuada", comenta el especialista.

Es decir, las presiones irán cambiando según el volumen que se necesite. A nivel orgánico, lo que se incrementa es el contacto con las cuerdas vocales. "Mientras mayor contacto entre una cuerda y la otra, obtendrás la intensidad de la voz adecuada para lo que necesites decir".

Aprobados esos dos aspectos, se procederá a manejar la resonancia, que es la amplificación del sonido.

"Eso se produce básicamente en la faringe, la boca y las fosas nasales y se llama tractoresonancial, que tiene que ver con la articulación, el habla o lo que la gente llama modulación. Algo no menos importante, porque una persona que tiene una buena dicción tenderá a aumentar el volumen de su voz".

El proceso más arduo durará 3 meses con sesiones dos veces a la semana, pero el tiempo que tome mejorar la voz dependerá de la complejidad del caso y la necesidad comunicacional que se requiera.

Por lo tanto, para hablar en el volumen adecuado existen soluciones. Solo hay que querer sacar la voz y de paso, aceptar los cambios de personalidad que pueden ocurrir. Y ¿por qué no? Tal vez ese cambio también implique sanar aquellos aspectos psicológicos que quedaron atascados en una voz bajita, que no quiere molestar, pero que ya es hora de cambiar y hacerse notar.
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