“En los últimos años, desde que me titulé, me volví adicta a las compras. Solo comprando me sentía bien, con ilusiones y expectativas. Recientemente conseguí un trabajo. Solo debía una pequeña cantidad (de dinero), que podía liquidar con dos quincenas, pero comencé a comprar y comprar cosas que según yo necesitaba, hasta que mis tarjetas de crédito requieren hoy en día de uno a un año y medio para poderse liquidar. No sé cómo parar. He intentado de todo; corté las tarjetas, las dejaba en casa, pero siempre hay algo que me hace seguir comprando (...) No se lo he dicho a nadie. Temo que la gente crea que soy estúpida”.
Este relato compartido por una usuaria de internet en un foro, revela la pesadilla que muchos compradores compulsivos sufren día a día. Porque si bien es cierto que suelen estar llenos de cosas nuevas y bonitas, muchas de ellas caras, viven constantemente preocupados no solo de las deudas que acarrean, sino que también por la incapacidad de controlar los nuevos gastos que probablemente surjan.
No se trata de comprar solo cosas lindas y sofisticadas, ni de aprovechar las liquidaciones de las tiendas por los buenos precios que ofrecen. La oniomanía, o compra compulsiva se caracteriza por adquirir objetos que no son necesarios, tanto así, que no es de extrañar que en el clóset de un adicto a las compras aparezcan prendas, aún nuevas y con la etiqueta puesta, meses después de haber sido comprado.
En momentos en que los psiquiatras estadounidenses consideraron incluir este problema en la lista de trastornos del Manual de Diagnóstico y Estadística de las Enfermedades Mentales (en su quinta edición que será lanzada en Mayo de 2012), un 6% de las mujeres de su país y un 5,5% de los hombres lo sufrían.
Tal como lo demuestran los números, no es un tema solo femenino, como podría creerse antelas preferencias de ellas por las compras. En su caso, los objetos de deseo suelen ser joyas, ropa y maquillaje y en el de ellos, tecnología.
“Nuestras primeras evidencias sugieren que los afectados por el comportamiento compulsivo de adicción a las comparas suelen tener, además, niveles elevados de depresión y ansiedad cuando se les compara con los que no sienten esta urgencia por gastar”, aseguró en 2007 el doctor Lorrin Korad, en un estudio realizado por la Universidad de Stanford.
A eso, se sumó en el estudio el hecho de que este tipo de trastorno vaya acompañado con problemas alimenticios y abuso de sustancias tóxicas, además de los consecuentes conflictos financieros en el bolsillo.
“Ir de compras puede ser una fuente importante de autodefinición, autoexpresión, creatividad e incluso curación. Sin embargo, hecho de forma excesiva, puede salirse de control y traer serios problemas”, asegura la psicóloga de Nueva York, Lane Benson, en su página
Stopping overshopping, un sitio creado exclusivamente para ayudar a las personas que no pueden parar de comprar.
“Cuanto más utilices las compras como una forma de llenar un vacío interno, controlar tus sentimientos, mejorar tu ánimo o perseguir una ‘imagen perfecta’, lo más probable es que debas fijarte detenidamente en lo que te está costando este comportamiento”, agrega.
Para tener una idea de si estás cerca de ser un/a comprador/a compulsivo/a, Terrence Shulman, asesor que trabaja con personas que sufren comportamientos de este tipo en cuanto a compras, gastos y hasta robos -al estilo Winona Ryder-, publicó en su libro “Bought Out and $pent: Recovery from Compulsive $hopping and $pending”, un extenso cuestionario en el que las personas que tienen este problema, responden al menos siete de estas preguntas de manera afirmativa. Algunas de ellas son:
1.- ¿Has perdido tiempo de estudios o trabajo por destinárselo a las compras y a gastar dinero?
2.- ¿El comprar o gastar te ha traído alguna vez problemas en tus relaciones?
3.- ¿El comprar o gastar ha afectado en algún momento la opinión que el resto tiene de ti?
4.- ¿Has sentido culpa, vergüenza o remordimiento después de comprar?
5.- ¿Has robado dinero para pagar deudas?
6.- ¿Alguna vez has experimentado demasiada excitación al comprar?
7.- ¿Alguna vez has utilizado el comprar y gastar para evadir problemas? ¿Son las discusiones o frustraciones un motivo para ir a comprar?
8.- ¿Las compras y el gastar dinero te han traído problemas para comer o dormir?
9.- ¿Cuando te controlas para no comprar en exceso, sigues sintiéndote tentado/a? ¿Te has propuesto a que sea la última vez que compras tanto, y vuelves a recaer?
10.- ¿Has guardado tus comprar y gastos en secreto, para que los que te rodean no sepas lo que hiciste?
11.- ¿Has seguido comprando, a pesar de haber tenido un problema legal de dinero?
12.- ¿Sientes constantemente que es tu derecho tener o comprar lo que quieras?
