¿Has seguido todo tipo de dietas y por más que te esfuerzas sólo bajas un par de kilos? ¿Sudas la gota gorda en el gimnasio y a pesar de eso no logras adelgazar? Es probable, entonces, que debas recurrir a una solución un poco más radical como lo es, por ejemplo, la instalación de un balón en tu estómago. Quizás pienses que esa alternativa no es para ti, ya que no tienes mucho sobrepeso, pero debes saber que en la actualidad es un tratamiento que se puede usar en personas que tienen entre cinco y 20 kilos de más, es decir, no caen en la categoría de obesas.
Según cuenta Marcos Berry, jefe de la unidad de cirugía bariátrica de Clínica Las Condes, durante los últimos años eran pocos los médicos que indicaban a sus pacientes la instalación de un balón gástrico, ya que cuando llegó a Chile hace unos 10 años atrás se consideraba como una alternativa a la cirugía, pero hoy es más un complemento, "parte de las herramientas que tienen los cirujanos bariátricos para combatir la obesidad".
De esta manera -sostiene el médico-, en la actualidad este tratamiento tiene dos indicaciones muy precisas. En primer lugar, se utiliza en las personas que tienen más de 80 kilos de sobrepeso y que, por lo tanto, son de alto riesgo para una cirugía. "A ese grupo de pacientes le instalamos un balón, esperamos durante seis meses a que pierdan unos 20 a 25 kilos de peso, y posterior a ello continuamos con una cirugía definitiva", afirma.
Por otro lado, en el último tiempo también se indica para personas que buscan bajar de peso con fines estéticos, en otras palabras, para quienes tienen sobrepeso, han intentado otros tratamientos médicos y, sin embargo, no han logrado controlar su peso. "En ése grupo de pacientes (el balón gástrico) aparece como un aliado, es decir, como una alternativa que no es ni medicamentosa, ni quirúrgica. Y ahí yo diría que está el gran foco hoy día (...), pacientes que lo buscan con fines estéticos para perder entre cinco y 20 kilos", señala Berry.
De esta manera, podemos hablar de una especie de "relanzamiento" del balón gástrico, el cual viene -según el cirujano bariátrico- más que nada desde los países desarrollados, donde antes sólo se indicaba para pacientes con obesidad, es decir, con un Índice de Masa Corporal (IMC) sobre 30. Además, hoy el tratamiento no sólo consiste en la instalación del dispositivo, sino que contempla una mirada más multidisciplinaria.
"El sistema se llama Orbera e incluye a todo un grupo de apoyo, es decir, no sólo basta con que el endoscopista coloque el balón y lo retire en seis meses, sino que además el paciente debe ser apoyado por un grupo de nutricionistas y psicólogos. Entonces, hoy en día tiene un enfoque más integral y se constituye como un buen aliado para lograr bajar de peso", asegura Marcos Berry.
El especialista explica que el trabajo del equipo multidisciplinario se extiende durante los seis meses en que el balón está instalado en el estómago del paciente, el cual debe asistir mensualmente a controles tanto con la nutricionista como con la psicóloga. Sin embargo, para evitar el efecto rebote, es decir, que la persona recupere su peso, se le insta a comprometerse para continuar con los controles luego de haber terminado el tratamiento con el dispositivo.
A juicio del cirujano bariátrico, la instalación de un balón gástrico es una buena opción sobre todo para los jóvenes de entre 13 y 18 años que presentan sobrepeso, ya que los ayuda a modificar hábitos. "Si a esos adolescentes uno los coloca en un equipo multidisciplinario que los va a estar controlando, les va a enseñar a comer, les va a ordenar sus hábitos, es una buena ayuda. Además que en los pacientes adolescentes es menos frecuente la indicación quirúrgica, a no ser de que tengan grados muy altos de obesidad", sostiene el médico.
Una solución a corto plazo
Marcos Berry resalta que la instalación de un balón gástrico es un tratamiento bastante eficaz para perder peso en poco tiempo. "En eso hay que ser súper claro con los pacientes: éste es un tratamiento a corto plazo, no es un tratamiento definitivo como sí lo es una cirugía", aclara.
En este sentido, el especialista explica que con el balón gástrico las personas logran bajar entre un 10 y un 15% de su peso, es decir, "si alguien pesa 100 kilos, va a perder entre 10 y 15 kilos durante los seis meses" en que el dispositivo permanece instalado. Asimismo -agrega-, se ha visto que disminuyen alrededor de tres puntos de su IMC.
En relación a la función que cumple el balón en el estómago, el médico sostiene que el dispositivo tiene dos mecanismos de acción. "Por un lado ocupa alrededor de un 50 o 60% del espacio del estómago (...) Y por otro, permite un vaciamiento más lento, es decir, si una persona se come una ensalada, en vez de vaciarla en 30 minutos, puede dar vueltas entre dos y tres horas dentro del estómago", explica.
Tanto la instalación como el retiro del dispositivo se hacen en forma ambulatoria y con apoyo anestésico, en procedimientos (endoscopías) que se extienden por entre 15 minutos y media hora. Posteriormente, el paciente permanece dos horas en recuperación y luego puede volver a su casa.
Respecto al postoperatorio, el cirujano bariátrico afirma que es probable que los pacientes presenten cólicos y algunos vómitos durante los tres primeros días. Estas molestias se calman con medicamentos e hidratación. Por otra parte, se les indica seguir un régimen de líquidos y papillas por un período de tres semanas, luego de lo cual pueden retomar una alimentación normal, pero de carácter hipocalórico.
Una vez completado el tratamiento, el paciente puede elegir el retiro del balón, o bien la reinstalación de uno nuevo, es decir, se le extrae el que tiene y se le reemplaza por otro.
Marcos Berry sostiene que un estudio realizado a 3.400 pacientes demostró que el tratamiento con balón gástrico es seguro y sólo un 4 o 5% de quienes se lo instalan presenta complicaciones. Éstas más que nada corresponden a una intolerancia al dispositivo, es decir, personas que presentan vómitos por varias semanas y solicitan el retiro del balón antes de los seis meses.
Asimismo, el balón cuenta con un sistema de seguridad que consiste en un colorante azul que, en caso de que el dispositivo se filtre o rompa, llega a la orina del paciente como una forma de alertarlo. "Eso nos indica que hay que retirar ese balón porque si se desinfla por completo podría ir a obstruir el intestino más abajo", dice el especialista.
Y aunque se trate de un método seguro para bajar de peso, de igual manera tiene sus contraindicaciones. "Los pacientes no deben tener una patología gástrica, es decir, deben tener un estómago sano, sin gastritis, sin úlcera. Además, no deben haber tenido una hernia al hiato, ni una cirugía gástrica resectiva, es decir, que le hayan sacado un pedazo del estómago", puntualiza el cirujano bariátrico.