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¿Cómo afecta la infancia a las relaciones de pareja?

Las vivencias ocurridas en la niñez sin duda se ven reflejadas en el cotidiano de una relación y pueden determinarla.

11 de Mayo de 2012 | 16:02 | Por Francisca Vargas V.
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“Lo que se aprende en la niñez se llevará durante toda la vida”, dicen los expertos y los tratados en psicología. Una verdad cierta, pero que no hay que tomarlo como una sentencia, porque la posibilidad de cambiar, evolucionar y girar la conciencia hacia un lado luminoso es posible.


Ahora, si no sé es consciente de ello, ni se trabaja en aquellas heridas que causó la infancia, la mochila emocional causará más perjuicios que beneficios y esto se aplica también a las relaciones afectivas.


Por ejemplo, las carencias afectivas. Si no se tuvo suficiente apego, arrullo maternal y el padre no mostró el mundo ni reconoció la individualidad del niño, seguramente se buscarán relaciones dependientes donde nunca será suficiente el amor ni la atención de la otra persona. Entonces para aumentar la herida se buscarán personas poco comprometidas y que tienen el cartel en la frente de “te abandonaré”.


Al mismo tiempo, aparecerán los complejos de inferioridad. “No seremos dignos de ser amados por alguna indescriptible razón y nunca nadie se ajustará al molde que hemos ideado”, dice la terapeuta Alejandra Carmi (j.skandar@gmail.com)


En ese sentido, también habla de la sumisión y el temor al enfrentamiento, producto, a veces, de padres muy sobreprotectores o autoritarios y severos.


“Entonces piensan que la única manera de mantener su relación es decir que sí a todo porque tienen miedo a ser abandonados si opinan o quieren algo distinto”. Lo negativo es que en algún momento estallan y sus alegatos pasan a ser desproporcionados.


“Es que te quieres ganar a la persona y hay un sentimiento enorme de no merecer. Entonces, cedes, no pones límites y aceptas todo lo que te den, sea correcto o incorrecto, porque no desarrollaste tus intereses ni sabes lo que quieres”, argumenta.


En el extremo, prosigue, si una persona creció en una familia donde tuvo fácilmente todo lo que quiso, las exigencias irracionales serán pan de cada día, “pues se piensa que la pareja tiene que hacer lo mismo, sin darse cuenta que nadie está obligado a dar lo que no se quiere y que el amor es una construcción de a dos”, dice Carmi.


Otros de los problemas heredados a trabajar individualmente serán el excesivo perfeccionismo, la desconfianza, el aislamiento social, el mal carácter y la negligencia.


“Si te aguantaron muchas rabietas cuando chico y conseguiste siempre todo de esa manera será un pésimo hábito; para cambiar ese temperamento rabioso habrá que trabajarse y ver qué hay detrás, porque ojo, siempre las rabias encierran una gran pena”, afirma.

Otra mirada

La psicoanalista, Constanza Michelson (psicoanalisisylaciudad.blogspot.com) aborda el tema de la infancia, refiriéndose primero a que hay relaciones de parejas tóxicas y otras que hacen bien. Explica, que esto se produciría no porque se esté buscando al papá o la mamá, según sea el caso, sino lo que se quiere es repetir la forma de la relación.


“Si es intensa, tormentosa y fatal es porque estás repitiendo el amor materno. Ese tipo de relación es hiper demandante donde uno espera todo del otro, igual como eres con tu mamá. Te pegoteas y te confundes con tu pareja”, cuenta.


Mientras que las relaciones marcadas por lo paterno, estarán impresas con la diferencia y habrá una adecuada separación.


Agrega que cualquier persona a lo largo de su vida tendrá aspectos emocionales no resueltos y que efectivamente, éstos provienen de la infancia pero no por eso son impedimentos para tener una buena convivencia y ser feliz en el amor.


“Cada uno va con sus cosas a la relación y nosotros decimos, en psicoanálisis, que no hay complementariedad con el otro y nunca te encuentras totalmente con el otro, sino que haces un síntoma con el otro. Esto quiere decir que mis propias determinaciones y complejos pueden hacer una buena relación o mala relación con los síntomas del otro”, asegura la psicoanalista.


Por lo tanto, alienta Constanza Michelson, las personas están marcada por sus complejos, formas de gozar, deseos y por la particularidad de cada uno, que inevitable e inconscientemente, hace que uno nunca esté en tabla rasa con el otro.


“Siempre vas a ir con tu mochila al hombro y a veces, en ese encuentro, las mochilas de ambos pueden generar una relación que funcione o no”, afirma.


Por tanto, lo que se cargue del pasado será una tarea individual e irrenunciable superarlas, trabajarlas, ya que las relaciones de pareja se podrán evaluar, disfrutar y vivir bien, desde la perspectiva de Michelson, dependiendo de lo que se produce al estar juntos, si se sabe resolver conflictos y si sacan lo mejor o peor de ti.