Los resultados de la prueba Inicia fueron categóricos: un 69% de los egresados de carreras de pedagogía no domina las materias que deben enseñar.
Los datos no fueron una sorpresa para nadie, pero pareciera que por primera vez quienes se relacionan directamente con la educación en Chile asumieron que las universidades deben hacerse responsables de la formación de sus alumnos y que “no están haciendo bien su pega”.
Así lo cree la socióloga Jimena Cosso, miembro de la fundación Educación 2020 que desde algunos años promueve el debate en torno al tema y ha presentado una serie de iniciativas respaldadas transversalmente por diversos actores.
“Se acabó el recreo” es uno de los slogans que utilizan para remover conciencias frente a cifras tan relevantes como que el 40% de los escolares de 4 básico no entiende lo que lee o que el 35% de los profesores no sabe interpretar un gráfico.
“El dato de que casi el 70% de los egresados no tienen ni las habilidades ni los conocimientos para ejercer sorprende, pero hay otro que lo hace más como que 21 de un total de 25 instituciones tienen más de un 50% egresados en nivel insuficiente. Esto es algo que se tiene que relevar”, señala.
Jimena Cosso agrega: “lo dramático de esta situación es que muy pocas instituciones están haciéndolo bien”.
-¿Estos datos son una buena forma para graficar la afirmación de que nos encontramos ante una profunda crisis en educación?
“Es un termómetro, pero no nos puede decir mucho porque hay que tomar en cuenta que la Inicia es voluntaria, entonces las instituciones que rinden esta prueba son muy pocas. Sólo queda preguntarse cómo estarán las que no se anotan para darla.
“Hay que tener presente que los profesores son la clave. Llevamos hablando de crisis desde hace mucho tiempo y de lo que más se habla es de la calidad y formación de los profesores, pero está claro que ellos necesitan de una formación continua más allá de su egreso”.
-El panorama no es alentador si los profesores lo que necesitan es seguir formándose en aquello que les falta en vez de capacitarse para actualizarse.
“Es por eso que nosotros decimos que la prueba Inicia más que evaluar al futuro docente, lo que está haciendo es evaluar a las instituciones que imparten pedagogías, el cómo éstas se están haciendo cargo del hecho que sus egresados salen sin las competencias y habilidades necesarias”.
-¿Y cómo se están haciendo cargo?
“De ninguna manera, no se están haciendo cargo”.
-¿Después de todo lo que se ha hablado de la formación de los profesores?
“Así es, así es. Tenemos que ver este problema como algo sistémico; los que están ingresando a estudiar pedagogías son estudiantes que, en su mayoría, sacan puntajes bien bajos en la PSU; entonces no tienen una base. Si ingresan con 400 puntos ya sabemos que esos alumnos de pedagogía no saben entender lo que leen, por ejemplo.
“Hay institutos que no tienen puntaje de corte y también hay una explosión irracional de programas pedagogías”.
-Sí, a un tercio de los alumnos de pedagogía no se les exigió puntaje de PSU. ¿Eso debería prohibirse?
“Si prohibimos eso haríamos que muchos estudiantes no pudieran estudiar pedagogía. Lo que creemos necesario es generar programas propedéuticos para nivelar la cancha de todos los que entran a estudiar pedagogías. Por ejemplo, la Usach tiene este programa y con ello se trata de equiparar los conocimientos de todos. No sólo hay que preocuparse al final de ese alumno, sino que desde el inicio, porque sino tras 5 años, los estudiantes con mala base no podrán ejercer la docencia en forma adecuada”.
-¿Es realista pensar que en 5 años se puede nivelar a un alumno que trae deficiencias que no aprendió en sus 14 años de escolaridad?
“Es que por eso hablamos de problema sistémico. El que haya puntajes de PSU tan bajos tiene que ver con las falencias del sistema escolar y ese sistema atrae profesionales de educación que han tenido bajos resultados en la prueba Inicia. Ya hay un paper que asegura que quienes tienen los peores resultados en la prueba Inicia serán los que van a ejercer en el sector municipal”.
-¿O sea, se perpetúa el círculo de la mala educación?
“Así es y es terrible. Por eso, nosotros estamos proponiendo medidas que vayan al fondo; el proyecto de ley docente establece que la prueba Inicia sea habilitante y obligatoria, pero hace recaer toda la responsabilidad en el individuo y no en las instituciones formadoras. Nosotros creemos que es esencial que las instituciones se hagan cargo de sus malos resultados y que esto repercuta, por ejemplo, en la acreditación”.
-¿Con esto buscan terminar con este libre mercado que ha permitido la explosión de carreras de pedagogías?
“Sí, se requieren buenos docentes para el sistema educativo y esa responsabilidad recae en las instituciones formadoras; si ellas no se hacen cargo nunca vamos a tener buenos profesores al frente de las salas de clases.
“Ahora esto apunta al final de las carreras, pero hay que hacer, como decía, algo al inicio. El proyecto de ley de carrera docente hace obligatorio rendir la PSU, pero no se pone un puntaje mínimo; si eso se mantiene, entonces hay que hacer algo para nivelar a los alumnos de 400 puntos.
“También proponemos que todos los estudiantes se enfrenten a entrevistas motivacionales, porque en pedagogía eso es altamente necesario. Y sumar a eso, convertir la carrera en algo atractivo tanto en sueldos como valoración social”.
-¿Ha servido de algo que exista la beca vocación de profesor para los alumnos de más de 600 puntos?
“Ha sido un buen incentivo para que los buenos estudiantes o con buen puntaje PSU quieran estudiar esta carrera, pero es necesaria la entrevista motivacional porque no puede ser la razón de estudiar el tener la universidad liberada”.
Jimena Cosso apunta también otro de los problemas de esta crisis: la acreditación. Indica que algo está fallando en este sistema si al final los resultados de carreras acreditadas son malos. Agrega que esto regularía la explosión irracional de carreras.
-¿Cómo se explica que los malos resultados se den tanto en las universidades privadas como tradicionales?
“No existe un proceso de fiscalización adecuado. Esperamos que cuando comience a actuar la Superintendencia de Educación Superior esto se regule; el problema de las mallas curriculares, de los estándares que se han fijado son parte del todo. En definitiva hay que preguntar quiénes son los encargados de enseñar a enseñar, quiénes evalúan a los profesores de los que serán profesores, son personas capacitadas”.
-Tiempo no nos queda....
“Sí, se requieren medidas urgentes de corto y mediano plazo. El proyecto de carrera docente en trámite estaría en funciones en 2 o 3 años y eso es mucho. Por lo tanto, las universidades se deben tomar ahora en serio el rol que cumplen en la sociedad y en esto también tiene que involucrarse el Estado con las políticas públicas”.
Cosso concluye: “Por primera vez después de una prueba Inicia se está enfocando bien el problema. La responsabilidad no es sólo de los estudiantes, sino que también de las universidades que no están haciendo bien su pega y de un Estado que no se puede lavar las manos, que tiene que fiscalizar las carreras”.