Desde que aparecieron los ‘toy boy’ con los novios de Madonna, Demi Moore, Susan Sarandon, Sharon Stone y últimamente, Jennifer López la tendencia de tener un hombre más fresco y con todo en su sitio está en alza.
Atrás van quedando los prejuicios de lucir a una pareja 10 ó 20 años más joven, cuestión que, por cierto, nunca ha sido aplicado a los hombres.
Las celebridades de Hollywood llevan la delantera y ahora se les llama “cougars” (pumas en inglés), dispuestas a salir de cacería en cualquier momento. La pregunta entonces, es si las chilenas se sumarán a esta tendencia.
Los hechos dicen que el privilegio, al parecer, sigue siendo para unas pocas (quizás lo más cercano fue Paulina Nin con Giarcalo Petaccia). Es decir, sólo para aquellas que decidieron dar la pelea al envejecimiento y no tomarlo como una condena sino como una realidad que se acepta y no se combate obstinadamente.
Entre ellas están las mujeres sobre los 40, 50 años, regias, independientes, realizadas, separadas o solteras, que resolvieron dar la dulce revancha y salir del papel de víctima o mujer abandonada para buscarse un mejor pasar, ¡y, qué mejor! con un hombre guapo y sin tanto rollo mental ni físico, que uno mayor.
Para la psicóloga Nina Bascou, experta en temáticas de mujer y eros (ninabascoub@gmail.com) , el fenómeno se explica por un fuerte miedo a la muerte, pero que pasaría desapercibido con estos comportamientos colectivos destinados a negarla. Pero, afortunadamente, no en todos los casos.
“Todas las marcas del paso del tiempo tienen un sentido, por eso es distinto cuando una mujer de 50 años está segura de su encanto y atractivo porque tiene un sano cuidado de su apariencia y lo relaciona con su experiencia, con su sabiduría para mirar la vida, con su humor, con su capacidad de contención y no con tener unas arrugas menos. Entonces, esa mujer puede tener un gran poder de seducción, basado en su autoestima”, reflexiona.
Ahí está la clave. Más que parecer o ser una estrella de cine, afirma, cualquier persona podría estar con quien quisiera. Sólo sí… se sale de la pereza, se moviliza y emprende la campaña o cacería.
“Para estar abiertos al amor, es necesario sanar heridas anteriores, elaborar desilusiones, fracasos y experiencias de dolor de nuestra historia personal. Es el miedo y el dolor el que nos hace poner defensas y nos inseguriza. Por lo tanto, al primer amor al que hay que estar abierto es al de uno mismo”, aconseja.
¿Y qué hacer cuando la apariencia no nos gusta?
Recomienda no ser tan seria, usar el humor, el juego sobre todo si se incursiona en las páginas de citas. “Me parece interesante el desafío de conservar la seguridad personal, integrando la verdadera edad, pero mirándole el lado positivo a ser un poco más viejito: una conversación inteligente, la empatía, el humor, la ternura… pueden ser muy recursos de conquista tan potentes como unas curvas perfecta”, afirma.
No hay edad fija
Para la académica de la Universidad Diego Portales y magíster en estudios de Pareja y Familia, Eliana Heresi, aclara que dado el alargamiento de la vida, la probabilidad de llegar a una situación de viudez o divorcio, cuando aún quedan demasiados años por vivir, es una realidad frecuente.
“Es un fenómeno que se tiende a mantener en silencio, siendo poco público, ya que hay muchos prejuicios al respecto; sin embargo, las investigaciones señalan que se puede sentir amor en cualquier momento de la vida y que las parejas tardías, pueden llegar a ser tan o más felices que las parejas jóvenes”.
En ese sentido, aclara que llegar a los 50 años, no significa necesariamente declive, disminución de capacidades o falta de atractivo. Por el contrario, puede ser una etapa de mayor libertad personal.
“Esto ocurrirá en la medida en que hay mayor conocimiento de sí mismo, mayor seguridad emocional y menos temores”, dice.
Por tanto, llama a ver que la idea de rehacer la vida es siempre una posibilidad, independientemente de la edad que se tenga. “Quizá lo importante es poder distinguir con quién, cuáles son las expectativas que se tienen y buscar una persona con la que se pueda construir un nuevo proyecto de vida”, aconseja.