Ramón Navarro es el surfista profesional número uno de Chile y está entre los 24 mejores del mundo. Para tener esa categoría debe cuidar su cuerpo y también prepararlo para enfrentar las olas grandes que persigue por los cinco los continentes. Por esta razón, tiene un entrenador con el que se ejercita dos o tres veces por semana durante las pretemporadas, además de correr las olas de Pichilemu, donde vive.
Sin embargo, también ha probado otras técnicas para entrenar su cuerpo, como el Método DeRose. "Es demasiado bueno. Ayuda a tener firme todos los músculos y a poder tener una elongación completa de todo el cuerpo", describe.
El Método DeRose es relativamente nuevo en Chile. "Hace cinco años de que llegamos", cuenta por su parte Gabriel Beilinson, instructor y director de la
escuela que se ubica en Santiago, la única que imparte clases en el país. Sin embargo, en el resto del mundo se conoce desde hace más de 50 años.
Su presencia es especialmente fuerte en Brasil, país de origen de Luís Sérgio Álvarez DeRose, quien lo sistematizó en la década de los '60. "DeRose cuenta con innumerables reconocimientos otorgados (medallas y certificados) por parte del gobierno brasileño y entidades culturales en diversos países, por la calidad de vida que le ha dado a las personas", afirma Beilinson.
Asimismo, hay escuelas que enseñan el Método DeRose en Argentina, España, Alemania, Inglaterra, Italia, Francia, Portugal, Estados Unidos y Australia, donde está recién comenzando.
Pero, ¿cuál es su objetivo? "Desarrollar la alta performance", responde Gabriel Beilinson. "Enseña un conjunto de técnicas y conceptos que favorecen el autoconocimiento, a conocerse uno mejor, tanto física, como mental y emocionalmente. Entonces, eso lo puedes empezar a utilizar a tu favor", agrega.
Según Beilinson, el Método DeRose propone una "reeducación comporamental", con énfasis en la buena calidad de vida, las buenas maneras, las buenas relaciones humanas, la buena cultura, la buena alimentación y la buena forma. Todo esto se enseña en dos líneas, una práctica y otra cultural.
"En primera instancia se empieza a entrenar el cuerpo (...) Se reeduca la respiración; se aprenden técnicas de limpieza del propio cuerpo, que son muy antiguas, muy efectivas y fáciles de hacer; se aprende cómo ganar más flexibilidad, más fuerza, equilibrio, coordinación, resistencia, concentración", explica el instructor.
Asimismo, a los alumnos se les sugiere una alimentación, pero son ellos quienes deben descubrir si lo propuesto es bueno o malo para su organismo. "Son cosas que cada persona sabe, sin embargo al sentirlas en su propio cuerpo empiezan a optar por aquello que les hace mejor y al estar en un grupo humano donde la mayoría cultiva hábitos de vida más saludables, también eso da fuerza", asegura.
Por otro lado, el Método DeRose también abarca aspectos culturales, como cursos de cocina, de administración del tiempo, y otros sobre concentración y meditación. Todo con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes lo practican, junto con su rendimiento. "Son técnicas bien fuertes que preparan a las personas para ser mejor en lo que hacen", resalta Gabriel Beilinson.
Y como se trata de un entrenamiento muy exigente, quienes lo realizan en su mayoría son personas jóvenes y sanas. "Sin embargo, personas que tienen más edad y que están en buen estado físico también pueden practicarlo", agrega el instructor.
Así como Ramón Navarro, también otros deportistas de elite -entre ellos la brasileña Isabel Clark, una de las mejores snowboarder profesionales del mundo- utilizan las técnicas del Método DeRose como complemento de su entrenamiento habitual. "Me sirvió mucho, sobre todo la mezcla completa que tiene; mente y cuerpo están como en una línea y eso es lo que más sirve para todo tipo de deportes", sostiene el surfista.
Si te interesa conocer más del Método DeRose, la escuela que hay en Santiago imparte clases de lunes a viernes, entre las 07:00 y las 20:00 horas. Se puede practicar las veces a la semana que tú quieras y lo interesante -según Gabriel Beilinson- es que es posible aplicar las técnicas en la vida cotidiana, ya que se enseñan reglas generales que permiten que las personas puedan seguir entrenando solas sin la necesidad de ser guiadas por un instructor. De hecho, Ramón Navarro asistió a unas pocas sesiones y ahora utiliza lo que aprendió para precalentar o elongar después de sus sesiones de surf.
"Es muy recomendable para toda la gente de Santiago, sobre todo para los surfistas que vienen los fines de semana a la playa. Si practican en la semana el Método DeRose, llegan al fin de semana con otra mentalidad y con otro estado físico. Entonces, es un muy buen complemento para todos los que practican algún deporte", asegura.