Charla gratuita |
Si te interesa saber más sobre este tema, el próximo 22 de agosto se realizará una charla sin costo en la Clínica Sara Moncada. El único requisito es inscribirse previamente en los teléfonos 3478041 o 3478021. |
- Labioplastía: básicamente, es el retiro quirúrgico del exceso de tejido de los labios menores. "Se dibuja la zona que se va a cortar y se retira con un láser o bisturí eléctrico. Luego se hace una sutura especial para cerrar la herida", dice el ginecólogo.
- Lifting de labios mayores: a veces los labios mayores de una mujer están flácidos, y cuelgan, incomodan y estéticamente se ven feos. En esos casos -explica Jack Pardo- se hace un retiro con una sutura hacia el medio, de manera que quede en un pliegue y la cicatriz no se note. "Con eso queda un aspecto más plano y menos molesto", asegura.
- Lipoaspiración del monte de venus: algunas mujeres sienten una especie de abultamiento en su zona púbica, el cual es provocado por una acumulación de grasa, la cual se retira con una lipoaspiración. "A veces esa misma grasa se usa para inyectarla en los labios mayores después de la cirugía, para darle un aspecto más juvenil a la vulva", señala el médico.
- Perineoplastía: consiste en la corrección del periné, zona que está entre la vagina y el ano, y que en ocasiones sufre desgarros durante los partos. Generalmente se realiza al término de los rejuvenecimientos vaginales o prolapsos.
- Himenoplastía: esta cirugía repara el himen para dejarlo "intacto". Jack Pardo cuenta que es una operación que personalmente vio hacer en Estados Unidos a niñas musulmanas que estaban prometidas para casarse y que antes habían tenido relaciones, por lo que tenían que demostrar que eran vírgenes. "Pero en Chile nunca una mujer me ha pedido que le haga una himenoplastía, lo que a mí me parece bastante bien y que habla bien de nuestra sociedad", opina.
Las razones para recurrir a ellas
El especialista explica que las cirugías íntimas femeninas no son operaciones inducidas por el médico, es decir, las pacientes que se las hacen conocen los procedimientos y llegan a la consulta con la idea clara de lo que quieren. "Es una cirugía que nace de la propia voluntad de la paciente (...) Las mujeres que las buscan tienen el problema, investigan en internet (...) Tienen la idea totalmente clara y las únicas dudas son cuánto demora la operación, el tiempo postoperatorio, cuánto cuesta, etc.", afirma.
Respecto a las edades de las pacientes, Jack Pardo indica que varía según sea la intervención. En el caso de las labioplastías, el rango va desde los 11 o 12 años, hasta mujeres de 55 a 60, con un promedio de 28 a 30 años.
"He operado niñitas de 11, 12, 14 años con bastante frecuencia. Sienten la incomodidad y además tienen vergüenza muchas veces de mostrarse desnudas frente a sus compañeras de colegio, por ejemplo cuando tienen que ducharse después de las actividades deportivas", relata el ginecólogo.
Así, quienes recurren a las labioplastías lo hacen principalmente por un motivo estético que, la mayoría de las veces, se asocia a una molestia o incomodidad cuando visten ropa apretada o hacen deporte.
Por otro lado, las pacientes que consultan por sensación de amplitud vaginal y buscan un rejuvenecimiento de esa zona, principalmente son mujeres que completaron su etapa reproductiva, es decir, dejaron de tener hijos y están empezando a preocuparse más de ellas. "Tienen entre 40 y 43 años", señala el médico.
En su caso, la principal razón que tienen para someterse a una cirugía íntima es la disminución del placer sexual durante la penetración. "No sienten roce en la vagina, por lo tanto perdieron la capacidad de tener, por ejemplo, un orgasmo vaginal o el disfrute del coito", explica Pardo.
Un dato importante de tener en cuenta es que las cirugías íntimas femeninas son cubiertas por las isapres y Fonasa, pero sólo en el caso de las que tienen que ver con incontinencia urinaria y prolapso. En tanto, aquellas cuyo objetivo es exclusivamente estético, como la lipoaspiración del monte de venus, deben costearse en forma particular.
En el caso de las labioplastías, el especialista sostiene que la cobertura depende de la institución de salud. "En los casos más severos como las niñas de 12, 14 o 16 años y que tienen un problema emocional asociado, muchas veces haciendo un buen informe previo que lo presentan en la isapre y enviando además el tejido que uno extrajo a anatomía patológica, he tenido la satisfacción de que las isapres sí les han cubierto", cuenta.
"A mí me parece que salvo en los casos en que (el procedimiento) es muy estético y no funcional, la labioplastía debiera ser cubierta por las isapres porque es tan molesta como un tumor que produce incomodidad local en la zona vaginal", concluye el ginecólogo.