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María Francisca Correa: "El sistema educacional debe ser profesional desde la cuna"

En medio de las denuncias de abusos sexuales en jardines, la vicepresidenta de la Junji adelanta que ya se ha fiscalizado un 90% de los recintos particulares que no están certificados por el organismo. Agrega que se trabaja en un proyecto de ley que haga obligatorio el empadronamiento y la aplicación de una serie de normas que buscan prevenir estos hechos.

23 de Agosto de 2012 | 08:11 | Por María José Errázuriz L.
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Foto de Macarena Pérez.
El golpe fue brutal. Para los padres de los niños del jardín infantil “Hijitus de la Aurora”, nada será igual después del pasado 8 de junio, día en que se conoció de los abusos sexuales cometidos por el hijo de la dueña del lugar a un grupo de pequeños.

Por eso, hace algunos días, el asesor presidencial José Miguel Izquierdo, padre de una de las niñas abusadas, creyó necesario hablar públicamente del caso y con ello, aseguró, romper el “círculo de silencio” que protege a los pederastas. “La única forma que tenemos como sociedad de hacer que los niños no sufran más este tipo de abusos es atrevernos a romper el círculo de silencio que protege a los pederastas. Todos los pederastas tienen círculos de poder y de silencio que los protegen”, dijo en la revista “Qué Pasa”.

María Francisca Correa, vicepresidenta ejecutiva de la Junji, ha vivido este caso de cerca. A los pocos días de hacerse pública la denuncia se presentó en el jardín infantil con un grupo de fiscalizadores quienes constataron que, entre varias irregularidades, una de las más importantes es que el acusado –‘profesor de computación’- no cuenta con ningún grado académico que lo faculte para trabajar con niños.

Desde entonces Correa se ha abocado a generar un proyecto de reforma -en conjunto con el Ministerio de Educación y que debería estar listo a fines de año-, que buscará hacer obligatoria la certificación de todos los jardines infantiles y salas cunas por la Junji, cuestión que en la actualidad no ocurre ya que el empadronamiento es voluntario.

Licenciada en Artes de la UC, ex presidenta de la federación de estudiantes de esa casa de estudios (en realidad, la única mujer que ha ocupado ese cargo), se vinculó al mundo preescolar al comenzar a hacer clases de arte en un colegio. De ahí derivó a temas de gestión de jardines, y debido a su experiencia, fue seleccionada por la Alta Dirección Pública para hacerse cargo de la Junji justo hace un año.

Madre de 4 hijos, reconoce que en el tiempo que lleva en el puesto, el tema de los abusos sexuales es el que “más me ha remecido”. “Es un tema que uno nunca quisiera abordar siendo mamá y teniendo hijos; el abuso a un menor es uno de los actos más cobardes que pueda existir”, dice.

A la luz de los hechos, que no sólo remecen a este jardín sino a varios otros colegios, Francisca apunta como primera medida a tener presente por los padres el “creerles” a sus hijos cuando narran algún tipo de abuso y estar “atentos” a las señales de que algo anómalo está ocurriendo como cambios de conducta, no querer ir al jardín, no controlar esfínter, querer dormir vestidos, presentar infecciones urinarias recurrentes.

-El difícil decirlo pero, ¿es irreal pensar que existen establecimientos educacionales infalibles?
“Hoy nada es infalible. Esto puede ocurrir en un jardín o colegio, para también dentro del círculo familiar. Ahora, sí se pueden tomar medidas para evitar o prevenir que ello ocurra. Por ejemplo, hay que hacer una correcta selección de las personas que van a trabajar con niños, desde el momento en que entran a estudiar. No cualquiera puede trabajar con niños y hoy no existen filtros en las carreras al momento de ingreso y no sólo hablando de los educadores de párvulos, sino de los profesores de educación física o de computación. Después debe haber una nueva selección en el establecimiento educacional”.

-¿Qué dice la norma al respecto hoy?
“La norma dice que quienes pueden trabajar con niños, en jardines infantiles, tienen que ser educadores o técnicos de párvulos para optar a reconocimiento del Ministerio, pero si no se tiene certificación no rige. Es en esto precisamente que estamos trabajando para poder cambiarlo, pero, mientras, los niños siguen en las salas y no nos vamos a quedar con los brazos cruzados hasta que salga ley. Por eso estamos fiscalizando para poder informar a los padres cuáles cumplen y cuáles no con las normas que ya existen”.

Francisca explica que parte de las reformas en marcha apuntan a establecer una supervisión de las personas que trabajan con niños para “profesionalizar” este mundo preescolar. “El sistema educacional debe ser profesional desde la cuna” y para eso se debe exigir que quienes estén en las salas de clase sean profesionales.

-Ustedes informaron, a raíz de estos hechos, que van a fiscalizar todos los jardines infantiles. ¿La ley los faculta a eso?
“La ley dice que la Junji debe velar por la educación parvularia en Chile. En ese sentido, podemos entrar a todos los jardines y fiscalizar, pero las atribuciones que no tenemos son para sancionar. Los hallazgos de irregularidades las derivamos a otras entidades como la Seremi de Salud, Inspección del Trabajo o la municipalidad que podrían dictaminar la prohibición de funcionamiento.
“Esta política partió en marzo de este año y, por primera vez, se están fiscalizando todos los jardines amparados en esta ley; antes se hacía sólo con los que tenían empadronamiento o se rigen por la ley del Código del Trabajo que obliga a la empresa a habilitar una sala cuna o jardines”.

-¿Por qué no pueden sancionar?
“Nosotros no podemos clausurar directamente un jardín porque hoy, para poder abrir un establecimiento no se requiere de una autorización de la Junji. Hoy, cualquiera puede instalarse si cumple con las exigencias de la municipalidad como patentes y la autorización sanitaria. No necesita acreditar que tiene un proyecto educativo, ni que tenga el personal contrato y con título necesario.
“La reforma que estamos estudiando con el Ministerio es que exista una autorización previa para que el jardín obtenga la patente”.

-¿Se puede avanzar hacia el empadronamiento obligatorio?
“Sí, en eso estamos trabajando con el Ministerio, pero esto es materia de ley que debe ser aprobada en el Congreso".

-¿En qué cambiaría la situación tener un jardín empadronado? Porque eso tampoco los va a hacer infalibles.
“Nosotros tenemos que hacer todo lo posible por proteger a los niños al máximo y hay que tomar una serie de medidas, no sólo el empadronamiento. Desde ya estamos haciendo un llamado a que todos los jardines se certifiquen con la Junji que acredita que cuenta con todos los permisos necesarios para poder funcionar y además, certifica que va a haber un proyecto educativo. Los jardines infantiles no son guarderías por lo que se debe conocer en qué van a trabajar con los niños en la sala, cómo se va a enseñar. Esto es básico. Además, se debe certificar que el personal es idóneo y que se cuenta con la cantidad necesaria por salas, las que además deben estar contratadas porque se debe facilitar el vínculo del niño con su educador. También debe existir una política de buen trato y familia porque es necesario que los padres participen activamente en el proceso, esto gracias a una política de puertas abiertas”.

-¿Qué capacidad real tienen de fiscalizar todos los jardines infantiles?
“Hoy somos capaces de fiscalizarlos a todos, con más de una visita al año y si se presentan denuncias, tenemos la capacidad de hacer fiscalizaciones de urgencia. Este año se tiene proyectado hacer 8 mil fiscalizaciones de un total de 6 mil 200 jardines en Chile. Tres mil de ellos dependen de la Junji directamente o vía transferencias; 2 mil 200 son particulares de los cuales sólo 900 están voluntariamente empadronados y los mil restantes dependen de Integra. Llevamos un 40% fiscalizado y cuando tengamos toda la información la haremos pública.
“No existe un registro fidedigno de la cantidad de jardines infantiles particulares que existen y hemos solicitado a las municipalidades que nos hagan llegar sus registros. Ahora, por datos hemos llegado a jardines fantasmas que no tienen siquiera patente”.

-¿Se avanzará a normas más estrictas que se aplican en otros países como que los niños deben estar permanentemente a cargo de dos adultos?
“En la guía de empadronamiento de la Junji eso se establece (una educadora y técnico) y si se está certificado debe cumplirse. Pero se deben regular otros como qué pasa cuando se trata de talleres extras y anexos al trabajo en sala”.

-¿Se avanzará en otras normas como la que aplica Inglaterra donde los padres, para participar de actividades en los colegios de sus hijos, deben presentar una autorización de la policía?
“Bueno, primero, eso ratifica lo que dicen las cifras del Sename, que señala que la mayor cantidad de casos de abusos se dan en el círculo familiar.
“Segundo, ya se promulgó la ley que crea el Registro Nacional de Pedófilos que podrá ser consultado por todos quienes quieran contratar personal para sus establecimientos educacionales”.

-Perdón, ese registro nació cojo, porque no considera a quienes fueron condenados antes de la dictación de ley.
“Es un avance que exista un registro, por algo había que partir”.
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