¿Podría una relación abierta funcionar? ¿Qué pasaría si, además, se trata de mantener así, con sus permisos y libertades sexuales, a la distancia?
Aunque parezca increíble, una mujer asegura llevar ya cinco años en un pololeo que podría escandalizar a muchos y que resultaría imposible, incluso, para los menos celosos.
“Cómo hago que (todavía) funcione mi relación abierta” se llama la columna que Kristine Deguzman escribió para
Em & Lo, un sitio web de dos sexólogas, Emma Taylor y Lorelei Sharkey, quienes han escrito ya varios libros acerca del sexo y son frecuentemente entrevistadas sobre temas amatorios.
En la página, Kristine no tiene reparos para contar su historia de amor, una bastante cuestionada por otros internautas, pero que, como asegura ella, le ha funcionado.
Llevaba dos años con su novio cuando se fue a estudiar a España. Y, como cuenta, se rieron de ella cuando comentó que sus estudios serían unas vacaciones amorosas, para luego retornar a los brazos de su novio, como si nada hubiera pasado.
“Estoy feliz de informar que tres años (y muchos hombres extranjeros atractivos) después, mi novio y yo seguimos juntos y tan enamorados como antes, si es que no más”, asegura la mujer, quien fue citada por varios blogs en 2009, cuando relató los pormenores de su viaje a Europa.
Pero hoy regresó a internet, para comentar cómo le fue tras volver a EE.UU., y cómo lo hace ahora, que su pololo tuvo que irse a trabajar a otra ciudad, dejando, nuevamente, la relación a distancia.
“En los dos años siguientes de mi viaje a España, nos mantuvimos generalmente en una relación monógama, aunque hubo un par de ocasiones en que él me dio permiso de besar a otros en alguna fiesta (y yo, del mismo modo, le devolví su cortesía)”, relató Kristine en su columna, que también fue republicada por The Huffington Post.
Si bien asegura que no tiene la receta para una relación perfecta, si ha querido compartir los puntos fuertes que le han ayudado a ella a mantener la suya, con todas sus características.
En primer lugar, asegura que
la comunicación es fundamental, y esto implica varias llamadas al día, y asegurarse de informarle a la pareja si hay alguna atracción importante hacia otra persona, casi como para mantenerla al tanto.
Además,
las citas con otros/as deben avisarse con anticipación, y los posibles pretendientes, hombres o mujeres,
deben saber que la persona tiene una pareja que vive en otra ciudad o país.
“Besar es como dar la mano.
No necesita ser revelado (a la pareja) a menos que conlleve a una cita”, dice la mujer, agregando que el
uso de preservativo es una obligación irrenunciable.
“Cuando imagino mi vida, él es el único que veo al final. Él siempre será la persona que elija a la hora de la verdad, y sé que él siente lo mismo. Así que, ¿por qué no divertirse con otras personas mientras?”, concluye.
Monogamia versus poligamia
En Em & Lo el tema de la libertad amorosa no es nuevo. Ya hace un tiempo publicaron los pros de ser un picaflor en el amor, no sin antes reflexionar acerca de las cosas buenas que trae la pareja única.
En cuando al amor libre, comentaron:
-Es natural: Existen teorías que afirman que la monogamia surgió en la historia de la humanidad de forma tardía, y como pretexto para que la esposa y los hijos pasaran a ser propiedad del marido.
Asimismo, como comentan las sexólogas, los términos de “adulterio”, “divorcio”, “prostitutas”, “infieles” o “mujeriego”, serían testimonios de que la variedad amorosa es parte de la cultura humana y hasta una necesidad.
-La variedad puede ser excitante: Mientras en la actualidad se diga que es normal que una persona fantasee con otra, aunque esté comprometida, y, para algunos, esto sea también una forma de infidelidad, “¿no sería mejor estar en una relación en la que está bien ser tal como eres, en vez de estar ocultándoselo a tu pareja?”, se preguntan.
-Los celos y los sentimientos posesivos son tóxicos: En una relación “no existe ninguna obligación de pasarle a la otra persona el poder de devastarnos completamente, si tienen un affair con un amante”, aseguran.
Los celos y el sentimiento de pertenencia hacia la pareja, según las sexólogas, a veces son los protagonistas de crímenes pasionales y maltratos de ambas partes.
En cuanto a la monogamia, señalaron:
-El sexo mejora con el tiempo: Mientras se va madurando, se suele generar un mayor sentimiento de seguridad frente al cuerpo, aceptando los rollitos de más y esas partes que tal vez en la juventud fueron una cruz. De esta manera, con el tiempo, se enfrenta la desnudez con la pareja con más propiedad, al mismo tiempo que ella conoce ya casi de memoria las cosas que prefieres. Esto incluye, por ejemplo, la posición para dormir que más les acomoda a los dos. La aventura -o mejor dicho, “partir de cero” con alguien nuevo- no siempre es la mejor opción.
-Tranquilidad en la salud: Al tener una relación monógama, se puede tener la paz de saber que no se deberían contraer enfermedades de transmisión sexual. En caso contrario, la pareja no estaría cumpliendo el compromiso de fidelidad.
-Engañar es adictivo: Son muy pocas las personas como Kristine y su pololo, que parecen estar por sobre cualquier sentimiento de celos.
Asimismo, como explican las sexólogas, la infidelidad es adictiva. Una vez que se hace, se querrá volver a sentir la adrenalina de volver a hacer algo que, al menos socialmente, no es bien visto.