Aunque te duele, has tratado de ser lo más respetuoso/a posible en tu ruptura amorosa, y apelando a todos tus recursos de madurez, has optado por dejar a tu ex en tu lista de amigos de Facebook. Es lo más civilizado, ¿no? Pero, ¿qué pasa con tu proceso de olvido? ¿Estás haciendo lo mejor para tu corazón?
Según un
estudio publicado hace unas semanas, éste es uno de los peores errores que puedes hacer para superar un quiebre amoroso.
Como parte de una investigación de la Brunel University, en Inglaterra, que fue dirigida por la psicóloga Tara Marshall, se informó que mantener a la ex pareja entre los contactos de Facebook atrasa la recuperación y hasta el crecimiento personal, después del quiebre.
De los más de 900 millones de usuarios que tiene la red social más popular de internet, la mayoría coincide en que usan esta red social para mantenerse en contacto con sus amigos y conocidos, y para hacer un seguimiento de sus actividades y ver en qué están.
Pero como señaló Marshall hace unas semanas a la revista Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking, no todos utilizan Facebook para monitorear los perfiles de su pareja actual, sino que, al menos un tercio, para revisar la vida de un ex, algo que no es posible -a menos que se manejaran contraseñas de correo electrónico- antes de la aparición de estos espacios sociales de internet.
Marshall le pidió a 464 personas, la mayoría estudiantes universitarias, que evaluaran el uso que hacen de Facebook y la evolución que han tenido tras terminar con sus parejas, preguntándoles directamente ¿con cuánta frecuencia miras el perfil de Facebook de tu ex? y ¿con cuánta frecuencia revisas su lista de amigos?
Además, se les hizo calificar su malestar actual con respecto al quiebre, los deseos sexuales hacia su antigua pareja, sus sentimientos negativos hacia él/ella y si han podido comenzar a interiorizarse en nuevos intereses, estando soltero/a.
Los resultados revelaron que aquellas personas que mantenían a sus ex entre su lista de amigos de Facebook y, por ende, espiaban sus perfiles, presentaban más angustia, anhelaban más volver, les costaba más superar el fin de la relación y hasta presentaban un menor crecimiento personal post quiebre, que aquellos que no.
“Por lo tanto, evitar la exposición a un ex, tanto online como offline, sería el mejor remedio para curar un corazón roto”, dijo Marshall. Asimismo, la psicóloga explicó una variante aún más peligrosa en esta práctica de mantener la amistad, aunque sea de forma virtual.
Según otros estudios, espiar a través de Facebook al ex es una variante muy moderada de lo que se conoce como intrusión relacional obsesiva, que es el término con el que se le conoce a la intromisión deliberada y continua en la vida privada de una pareja, ex pareja o con quien se espera algún día tener una relación.
Pero aunque ambos extremos, mirar en la red y romper la privacidad de alguien, parezcan dos extremos alejados, se ha descubierto que el solo monitorear las fotos e incluso provocar al ex con un nuevo estado de Facebook para sacarle celos, “están asociados al aumento de probabilidades de involucrarse en una intrusión relacional obsesiva de forma offline. Por ejemplo, apareciéndose en la sala de clases del ex o en su trabajo”.
Incluso, si no se llega a estos niveles de obsesión, hacer habitual el mirar sus fotos y saber dónde ha estado y con quiénes, puede evitar un pronto olvido, como explica Marshall. “Mirar las fotos de un ex en Facebook puede revivir el deseo por él, o ser desilusionante, al descubrir que el ex ya tiene una nueva relación”.
Solo unos pocos puedenSi bien a la mayoría pareció afectarles más mantener la relación online con su antiguo amor, en la investigación de la psicóloga, hubo un grupo para el que fue más perjudicial romper el contacto con el ex. Esto, porque se tendió a crear un “aura de misterio” en torno al personaje en cuestión.
Además, otras personas del estudio dijeron que ver las trivialidades que escribían sus ex parejas en la red les ayudó a dar vuelta la página más rápido, e incluso presentaron bajos niveles de angustia por la ruptura.
Según la explicación de la psicóloga, esta situación se puede deber a que ya antes de la ruptura, la pareja pudo haber tenido sentimientos más débiles hacia el otro, lo que les permitió terminar de manera más amistosa, como muchos quisieran.