"No tengo tiempo para nada" y "las horas se me pasan volando" son dos frases muy comunes de escuchar en la actualidad, cuando pareciera que lo que dura un día no es suficiente para cumplir con todas las obligaciones que tienen las personas. Así, es habitual que al llegar la noche muchos se acuerden que algo le faltó hacer y lo dejen para el día siguiente que -obviamente- también estará copado.
Denise Scarbro, autora del blog Peel the onion (Pelar la cebolla) -cuyo objetivo es entregar guías para vivir una vida feliz- se refiere precisamente a este tema en su última columna publicada en "The Huffington Post". Bajo el título "Jugando con burbujas: cómo lograr que las cosas se hagan", la bloguera orienta a quienes se sienten abrumados por la cantidad de responsabilidades que tienen que cumplir y les entrega algunas claves para retomar el control.
Lo primero que les propone Scarbro es que imaginen que se encuentran en una habitación llena de burbujas que flotan a su alrededor y en cuyo interior están encapsuladas todas las tareas que deben hacer. Cada burbuja -explica- tiene adentro un reloj de arena y a medida que ésta va cayendo, el globo se hace cada vez más pesado. "Tu trabajo es hacer algo con ellas antes de que la arena termine de caer y las burbujas se vayan al piso debido a su peso", agrega.
La cantidad de arena en cada reloj depende de la urgencia de la tarea, de manera que las burbujas caen a diferentes velocidades y desaparecen una vez que la tarea se cumple. "Es nuestro objetivo limpiar la habitación de todas las burbujas", plantea.
El problema es que la cantidad de burbujas que hay en la habitación imaginaria es variable: a veces hay muchas y otras sólo unas pocas. Además, puede ocurrir que aparezcan nuevas justo cuando se ha terminado de limpiar las otras. Es en ese momento en que -afirma Scarbro- las prioridades pueden cambiar. "Burbujas que antes caían rápido y estaban listas para golpear el suelo, ahora están arriba cerca del techo. Cuando esto ocurre, necesitamos cambiar nuestro foco y redirigir nuestros esfuerzos. En otras palabras, necesitamos adaptarnos a la situación", sostiene.
Para lograr que este "juego" funcione a la perfección y que quienes se sienten agobiados puedan retomar el control de su tiempo, la bloguera sostiene que hay cuatro consejos que hay que poner en práctica. Estos son:
1.- Hacer una lista: no basta con enumerar mentalmente las cosas que se deben hacer, sino que es necesario escribirlas de forma física en un papel, ya que así es más fácil conceptualizarlas. "Los ítems ya no serán burbujas abstractas flotando por la habitación", dice Scarbro.
2.- Priorizar: lo siguiente es revisar la lista y determinar qué cosas son las más importantes. Es útil preguntarse: ¿cuáles burbujas caen más rápido al suelo?, ¿cuáles pueden regresar al techo para hacerme cargo de ellas más adelante?
3.- Elaborar una línea de tiempo: seguramente habrá ítems de la lista que interesen más que otros, pero lo importante es asegurarse que ninguno de ellos llegue al suelo en su burbuja y ésta reviente. "Determina qué burbujas necesitan ser atendidas primero. Ordena tu lista por hora, día, semana o mes, el criterio que más sirva para ayudarte a atraparlas", aconseja la bloguera.
4.- Iluminarse: las personas tienden a poner demasiada presión sobre sí mismas, lo que puede llegar a convertirlas en sus propios enemigos. Por esto, la recomendación de Scarbro es ser realista con el tiempo que cada uno tiene. "Sólo hay 24 horas en un día y, a menos de que hayas estado expuesto a rayos gamma o hayas sido alcanzado por un rayo, probablemente no ere un superhéroe", afirma.
Según Denise Scarbro, si las personas se plantean su día como un juego de perseguir burbujas, podrán ver sus obligaciones desde una perspectiva un poco más manejable, ya no experimentarán tanto peso sobre sus hombros y se sentirán más en control. Por esto, reitera que quienes se sienten abrumados deben detenerse e imaginar que cada una de sus tareas flota en una burbuja. "Decide lo que necesita ser hecho, atrapa esa burbuja y ¡diviértete!", concluye.