A escasos días de que se entreguen los premios Avonni 2012, Isidora Undurraga, su directora ejecutiva, adelanta que este año los ganadores están increíbles y que las sorpresas son muchas.
Para quienes conocen el valor de este premio a la innovación, saben que recibir el galardón puede consolidarlos en la ruta que han emprendido. Así lo pueden contar los creadores de la fundación Mi Parque, el arquitecto Alejandro Aravena con sus casas Elemental, o el empresario Fernando Fischmann, quien ha llevado sus Crystal Lagoons hasta la mismísima Dubai.
El premio, creado en 2007 por el Foro Innovación, cubre hoy 14 categorías en las más diversas áreas como agricultura, alimentación, salud, servicio, industria y debido a que aborda precisamente la innovación, a veces, las categorías mutan para hacerse cargo de lo nuevo que se genera en Chile.
El tema parece alejado de las preocupaciones del común de los mortales, pero está en la agenda de casi todas las instituciones públicas y privadas que piensan en seguir desarrollándose y creciendo.
Isidora Undurraga, historiadora de 28 años, que por el marketing aterrizó en este mundo, vibra con los premios.
-¿De qué estamos hablando cuando apuntamos a innovación?
“Para quienes nos movemos en esto entendemos innovación como una buena idea implementada en el mercado. Y para que ello sea así, esa buena idea tiene que tener una presencia en el mercado de a lo menos 3 años y ojalá, con ganas de salir para fuera.
“La innovación es, definitivamente, la herramienta que tienen las empresas para crear valor y por ello, todas debieran contar con un departamento dedicado a ello”.
-O sea, innovación no sólo tiene que ver con el uso de tecnología. La mayoría lo asocia a eso.
“La innovación tiene dos aristas transversales que tienen que ver con la tecnología y la sustentabilidad. Esa es la tendencia general con las que se están haciendo las cosas, más allá de que no sea un requisito sine qua non; la innovación tiene mucho de investigación aplicada y por eso, se relaciona mucho con la tecnología, pero ésta está al servicio de ella.
“Es más, puedes tener mucha investigación detrás, pero ese es el primer paso, porque para que haya innovación tiene que haber un producto que puedas ofrecer en el mercado y que alguien lo quiera comprar”.
-¿La innovación no es tal si alguien no lo quiere consumir?
“Es así, es más, tiene que ser un producto que debe permanecer en el tiempo. Nosotros, cuando evaluamos los premios, nos preocupamos precisamente de que esa innovación vaya a seguir presente en un año más, que no se desinfle en el camino. Se debe tratar de un proyecto que pueda escalar.
“La innovación tiene que ser viable. Muchos ven esto como el estar constantemente renovando sus productos, como Apple, pero hay otros que ven a la innovación como algo disruptivo que crea una nueva categoría en el mercado. Eso fue lo que hizo Fischmann con sus lagunas”.
-¿Cómo está Chile en este aspecto? ¿En qué pie?
“Los expertos señalan que estamos bien encaminados, pero no nos podemos dormir en los laureles porque el tema sigue siendo urgente. Es necesario que los empresarios asuman este tema, porque hasta ahora la innovación se está dando desde los emprendedores, los start up, pero no los grandes agentes.
“Las empresas más grandes aún no captan el concepto de que deben aplicar I+D (investigación + desarrollo)”.
Isidora se explaya: los jóvenes más que los pequeños empresarios son los que se aventuran a la innovación en Chile y “eso es porque ellos tienen mucho menos que perder. Ellos se atreven mucho más, en cambio, el emprendedor se queda en la zona cómoda; el joven es más inquieto, generalmente ha viajado y quiere desarrollar las ideas que vio en el camino”.
-¿Hacer innovación, entonces, implica salir de la zona confortable?
“Totalmente. Mark Alba, empresario de origen mexicano, dice en uno de sus libros que una de las formas de reconocer la innovación es ver algo y decir ‘era obvio’. No se trata de hacer cosas sofisticadas, sino que darle una vuelta de tuerca a algo que tenías al frente”.
-La innovación se da en no tangibles como la educación, lo social. ¿Cómo estamos acá?
“Las empresas hoy lo están haciendo en el área de sus RSE y ahí hay proyectos significativos. El país está consciente de que se debe seguir innovando en la educación y se está trabajando, pero hay mucho que hacer”.
-Hablas de que las grandes empresas están atrasadas, ¿algún sector en particular?
“No, hay de todo. Algunas si se atreven, pero lo que vemos es que algunos creen que no es necesario arriesgarse. Hay rubros como recursos naturales donde estamos posicionados a nivel mundial y muchas empresas de esa área creen que no es necesario agregarle más valor; ahí está el problema. La innovación debe ser constante, hay que aspirar siempre a querer ser el primero”.
-¿Cómo lo está haciendo el Estado en esto? ¿Hay políticas?
“Desde hace un tiempo están comprometidos con esto. El llamado es permanente desde ministerios como Economía o el trabajo que hace Corfo. Ellos tienen claro que es urgente innovar”.
-Una cosa es el discurso, ¿hay trabas a la innovación?
“Este gobierno ha estado trabajando en pulir algunas trabas, pero eso toma tiempo. Corfo ha sacado una gran cantidad de líneas de apoyo que fomentan la innovación y ahora está la ley de Propiedad Intelectual que fomenta a su vez la ley I+D que da beneficios tributarios, cuestión que puede ser fundamental. Fischmann ha podido patentar su invento en todo el mundo y por eso ha podido desarrollar sus lagunas en todo el mundo”.