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María Paz Epelman: “Los jóvenes no tienen conciencia de que están creando su ‘reputación digital’”

Esta ejecutiva afirma que los adolescentes no manejan el concepto de privacidad al navegar en redes sociales; se exponen sin filtro y van dejando una huella imborrable en internet. Adelanta que el nuevo desafío para los padres es la forma como los lolos se relacionan “sexualmente” en la web.

05 de Diciembre de 2012 | 15:19 | Por María José Errázuriz L.
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Hace algunos años el problema que enfrentaban los niños y adolescentes que navegan por internet era el grooming o el peligro de que un desconocido los atrapara en un chat y terminara extorsionándolos. Hoy existe más conocimiento sobre eso y el nuevo desafío es cómo los jóvenes se relacionan “sexualmente” a través de la red, sin medir las consecuencias de sobreexponerse.

Aunque aún no hay estudios en Chile que verifiquen la magnitud de este comportamiento, la periodista María Paz Epelman, vicepresidenta de Asuntos Públicos de VTR, empresa que ha desarrollado una intensa campaña sobre navegar seguro en la web, cree que los padres deben prepararse para enfrentar este tema y hacerlo ahora.

Hace algunos días dieron a conocer un nuevo estudio sobre usos y hábitos de los jóvenes chilenos en las redes sociales, el que determinó que el 100% tiene Facebook, un 31% ya está en Twitter y el 76% se conecta diariamente a su perfil.

Los primeros estudios apuntaron al nivel de penetración de internet y acceso a banda ancha, pero eso fue superado y hoy se concentran en temas de seguridad y hábitos como una forma de avizorar los comportamientos que los chilenos están teniendo.

“Hoy me asusta mucho menos lo que le puede ocurrir a un niño que ingresa a la web, porque los padres ya conocen de los riesgos, que los riesgos de tipo social y psicoemocional a los que se exponen los adolescentes en las redes sociales. Ya no es sólo ese ciberbullying que pudiera derivar en un suicidio, sino ese bullying más light, a partir de la exposición sentimental de los jóvenes, y que igual los puede terminar afectando fuertemente”, dice.

Agrega que la iniciación sexual se está dando ahora a través de la web, con las cámaras, entre pololos, amigos e incluso conocidos. “Es a la misma edad que nosotros o nuestros padres, pero a través de la pantalla y por eso tienen la sensación de que nada está ocurriendo. No visualizan los efectos de tener esas relaciones sexuales así, que envuelven una soledad inmensa en esos jóvenes”, dice.

-A modo de aproximación, ¿qué usos le están dando los jóvenes a la web?
“Los niños y jóvenes son mucho más sociales que otras generaciones. Comparten lo que tú hacías con tres amigos y tu familia con 500 personas; comparten sus fotos, actividades, estado emocional”.

-Sí, pero estamos hablando de un ser social bastante especial, porque nos son relaciones en persona, sino de forma abstracta.
“Sí, son relaciones irreales, pero los grados de apertura de información y acceso a la vida privada masiva; son mucho más públicos, por así decirlo, que otros. No es que no sean cuidadosos con su vida privada, sino que el medio hace que estén expuestos abiertamente y todavía no conocemos las consecuencias que eso va a tener en el futuro. Hay un cambio en los códigos sociales de los jóvenes”.

-¿Este comportamiento es igual en todos los estratos?
“Lo es, pero además, la mezcla que hay de grupos en esta red es mucho mayor”.

-¿Es más democrático?
“No sé si democrático, pero si más transversal. Son de menos ghettos, porque antes uno tenía los amigos del barrio y el colegio y hoy son los de tu colegio, del colegio de tus amigos y del colegios de los amigos de tus amigos. Eso expande más el círculo. Todos hacen lo mismo.
“Amplían las fronteras de sus barrios y con más de alguno de ellos se van a encontrar en algún momento, pero aunque no los vean nunca más en la vida le siguen compartiendo toda su vida en la red”.

-El promedio de amigos que tienen es 559, ¿qué está diciendo esto?
“Algunos tienen más de 800 porque incorporan a su red hasta los amigos de sus papás. Ahora, lo que está diciendo es que tratan de la misma manera a sus amigos que el círculo de amigos de sus mamás. No se complican”.

-¿Cuál es el efecto de esto? ¿Está exposición los hace más vulnerables en el plano emocional?
“Este fenómeno aún no lo hemos dimensionado porque no sabemos qué va a pasar en unos años más. El tema es saber qué va a pasar con estos jóvenes cuando sean grandes, cuando se reencuentren en otras etapas.
“Hay riesgos puntuales con la gente desconocida, por una parte, y conocida –su entorno-. Los hace vulnerable por la reputación futura que construyen. Es verdad que los padres se enteran a través de Facebook de cosas que de otra forma nunca sabrían, pero se enteran todos también. O sea, la mamá sabe si se emborrachó o no en una fiesta, porque lo exponen los amigos, pero lo sabe también gente no cercana”.

-¿Y eso es bueno? ¿Es bueno que los padres sean amigos de sus hijos en Facebook y lo conozcan todo? Un adolescente necesita hacer cosas a escondidas de los padres.
“Es fundamental ser amigo, porque cuando se hacen cosas que conocen 500 personas, no es entonces, a escondidas de nadie. Los jóvenes igual van a hacer cosas escondidas de sus padres, pero lo que hagan públicamente, lo deben saber los padres”.

María Paz afirma categórica que los padres deben poner como exigencia a sus hijos la amistad en Facebook u otra red social y que la negativa del hijo debe implicar el retiro del medio, o sea, negar el acceso a internet o smarthphone. La campaña que VTR realiza apunta a que los padres tengan claro que ellos proveen la tecnología, y ellos pueden limitar el acceso a ella cuando quieran. “Uno les entrega los elementos a los hijos, pero vemos una generación de padres ‘desempoderados’ que en todos los segmentos socioeconómicos, temen poner límites. Los padres deben establecer reglas; ellos son los que deben definir la edad en que sus hijos comienzan a interactuar en la red, no es algo que ocurre de manera inevitable. Son los padres quienes definen los dispositivos que van a usar, dónde, cúando, cuánto, cómo. Es lo mismo que dar un permiso para ir a una fiesta, pero los padres tienen pudor o susto de normar lo que se refiere al uso de tecnología. Los padres deben gobernar este espacio también porque esa es la mejor manera de prevenir y educar”, explica.

-¿Han pesquisado que los jóvenes para no ser vigilados por los padres en Facebook, tienen más de un perfil para evadirlos?
“Es algo que va en aumento; la cantidad de los que tienen más de 2 cuentas va en aumento. Por eso, nosotros planteamos que el uso de la tecnología debe ser materia de conversación permanente de los padres con sus hijos; porque finalmente ellos no podrán controlar lo que hagan en la casa del amigo o un cibercafé. Esto tiene que ver con la formación emocional y psicológica de los hijos e implica invertir tiempo; hay que educar para esta nueva vida digital al igual como se educa en otros ámbitos”.

-En los años que llevan haciendo el estudio, ¿han cambiado las percepciones de peligro de los niños y jóvenes?
“Totalmente. Ellos tienen claro que existe el peligro del grooming –un 87% declara saber que existe riesgos en internet- y por lo tanto, no están dispuestos a chatear con desconocidos porque saben que esa relación puede derivar en peligros. Pero aún así un 22% acepta a desconocidos como amigos en Facebook. Lo que no tienen consciente es el efecto de la exposición de su vida personal, del uso que otros pueden hacer de fotos personales, de que los amigos los expongan en situaciones que los denigran”.

-¿No comprenden que eso da pie para el bullying?
“No lo comprenden y tampoco lo ven como algo negativo. Cuesta mucho que lo perciban así”.

-El estudio dice que un 94% afirma nunca haber subido una foto sugerente a internet…
“Porque ellos no lo encuentran sugerente, o sea, las lolas no encuentran sugerente una foto en bikini. Es un tema de apreciación”.

-¿Tienen conciencia de lo que suban a la red nunca lo van a poder borrar?
“Tampoco y esa es una línea de trabajo importante. Nuestra campaña es decirle que lo que suban se queda ahí para siempre y que otros pueden hacer cualquier uso de ello. Basta con que cualquier la tome y la ponga en otras partes. Los padres suben fotos de sus guaguas y algunas pueden terminar en páginas de pedófilos. Todos deben tomar conciencia de lo que ocurre en la web.
“Los adolescentes tienen una cierta voluntad de exhibición; es una generación que se expone públicamente más tanto física como emocionalmente”.

-Los jóvenes están escribiendo su diario de vida en forma pública, ¿qué consecuencias tendrá? ¿no conocen el concepto de privacidad?
“No sólo ellos; los amigos contribuyen a hacer ese diario con contenidos que quizás el propio joven no pondría. Ahora, el tema es que ellos nacieron en un mundo en que las cosas son así, todo para ellos es público. Están inmersos en la cultura de la farándula y de los realities que exponen al desnudo todo; el internet es el medio y aunque ellos no van a ser famosos como los que viven de la farándula, igual van a estar tan expuestos.
“Hay cero pudor, el lenguaje con que se expresan no tiene límites, como tampoco sus opiniones sobre las instituciones”.

-Por eso hablas del currículum digital que están escribiendo.
“En Estados Unidos hace más de 5 años están trabajando en los colegios sobre este término, porque los adolescentes no tienen conciencia de que están creando su ‘reputación digital’. Les enseñan que el día de mañana la sociedad completa va tener acceso a todo; que cuando postulen a un trabajo, la empresa va a googlearlos; o sea, la sociedad completa va a mirar la identidad digital de los jóvenes. Todo lo que hagan ahora va a afectar su reputación cuando la necesiten, porque hoy no la necesitan.
“No se trata de no ser auténticos, se trata de que no todo lo que hacen en la vida es para publicarlo. Que el mundo privado existe y deben cuidarlo”.

-¿Los jóvenes se están escondiendo en el anonimato que posibilita la red para ser agresivos?
“No es una práctica, lo hacen todo a cara descubierta. El anonimato funciona más en redes de adultos como Twitter, pero en el mundo de los jóvenes, el bullying es al descubierto, porque es más fácil hacerlo virtualmente. Como no se da la empatía, la que se genera en la relación cara a cara, por internet se dicen unas cosas horrorosas. En eso también los adultos pueden intervenir orientando valóricamente. Pero para eso deben ser testigos de lo que allí se dice”.

-Hay un dato que sorprende: el 43% de los jóvenes comparte sus claves de accesos.
“Bueno, eso es un peligro que no dimensionan. Nuestra campaña está apuntando a eso, porque es un suicidio digital. Lo hacen porque es un acto de confianza, pero no avizoran lo que pasa cuando esa relación de amistad o pareja se rompe y el otro, utiliza sus claves para suplantarlos y afectar su imagen. Hay que insistir en que por eso las claves son secretas, no públicas, sino secretas”.
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