“Aprendemos sobre la masculinidad desde diferentes fuentes, especialmente de los medios y nuestras familias, pero éstas no siempre nos dan los mismos mensajes”, comenta
Andrew Smiler en su sitio web, destinado a difundir parte de la información que por años ha estudiado, con respecto a los hombres.
En forma más detallada, el psicólogo norteamericano acaba de lanzar este mes “Challenging Casanova: Beyond the stereotype of the promiscuous young male” (Desafiando a Casanova: Más allá del estereotipo del hombre joven promiscuo), donde intenta erradicar la idea de que los hombres, jóvenes y adultos, solo les interesa el sexo y dejan en último lugar de sus prioridades las relaciones amorosas y comprometidas. A eso se le suman sus columnas que esporádicamente publica en medios electrónicos, siempre en la misma tónica de la defensa masculina.
Por ejemplo, hace unas semanas comentó al The Huffington Post algunos de los principales estereotipos que se le achacan a los hombres y desprestigian, de esta forma, su naturaleza, resumiéndola en una personalidad insensible, preocupada solo de tener relaciones sexuales e incapaz de cambiar para mejor.
La culpa de esto, explicó el psicólogo, se debe a cómo se suele enfocar la atención en personajes mediáticos como el fallecido Charlie de “Two and a half men”, con sus características de Don Juan y bueno para nada serio, en cuanto a compromisos se trata.
Difamados, encasillados y con una inmerecida mala reputación, los hombres se han transformado en una imagen que para Smiler se aleja mucho de la realidad. Por eso enumeró varias malas concepciones que se tienen de ellos para desmitificarlas.
1.- “Los hombres son más asiduos a tener relaciones extramaritales”: El psicólogo no niega que esto sea cierto. Sin embargo, llama a reflexionar acerca de la idea de que si el sujeto en cuestión mantiene un affair fuera de su relación oficial, habría que preguntarse si su pareja de siempre y el trato con ella lo están llenando por completo.
“Todos hemos experimentado el entusiasmo de una nueva relación y pareja sexual, y ciertamente, hemos oído hablar de parejas que caen en la rutina y poco a poco se desconectan el uno del otro a través de los años”, comentó, haciendo un llamado a atreverse a hablar más abiertamente sobre cómo reavivar la llama.
2.- “Todas tenemos amigas que nos dicen que son abordadas por hombres casados cada vez que salen”: Si bien no se puede negar que algunos hombres comprometidos hacen caso omiso de su situación sentimental cuando salen solos con los amigos, Smiler recuerda que según los estudios, un muy bajo porcentaje de ellos tiene tres o más parejas al año. Esto quiere decir, según sus conclusiones, que los más picaflores no deben englobar una idea generalizada de la masculinidad.
En vez de fijarse en la cantidad de hombres emparejados que coquetean con otras mujeres, el experto pide apreciar el número de hombres que se mantiene fiel, en acciones y pensamientos, y que debieran sí ser la mayoría.
3.- Por un tema de evolución, los hombres deben esparcir su semilla en varias parejas para maximizar el número de descendencia, mientras que las mujeres deben escoger a una sola persona: Esta idea preconcebida no tiene fundamentos para Smiler, quien prefiere tomar en cuenta que igualmente, en términos de evolución, un niño que crece con sus dos padres tiene más probabilidades que otros, de vivir lo suficiente como para reproducirse.
Por otro lado, también el desarrollo biológico humano, a través de los siglos ha creado sistemas de apego entre los niños y sus cuidadores, realidad que se contrapone a la concepción de que un hombre deba ir de cama en cama, concibiendo guaguas.
4.- “La testosterona hace que los jóvenes y adultos sean calientes”: Smiler explica que si bien la hormona masculina en cantidad aumenta el deseo sexual, “estar caliente es distinto a ser promiscuo”. Por ende, es mucho más fácil para un hombre de líbido generosa, intentar tener varios encuentros sexuales con su pareja durante una jornada, que estar cada día buscando una nueva.
5.- Los hombres no cambian, así que si estás con uno, tienes que aguantarlo como sea: “Los hombres sí han cambiado”, refuta psicólogo, antes de comentar cómo en las últimas décadas, el sexo masculino dejó de creer que las mujeres debían conseguir trabajo, solo como un hobbie o para tener dinero extra en la casa. “Hoy, muchos hombres esperan que sus parejas tengan una carrera y mantener cierta igualdad en sus relaciones maritales”, e incluso que paguen algunos de los gastos en las citas. “Tal vez son nuestras expectativas, personales y culturales, sobre lo que es ‘típico’, las que necesitan cambiar”, agrega.
Ellos sí hablan de amorEn la misma línea, Smiler comentó en el sitio The Good Men Project que lejos de creer que los hombres son unos seres incapaces de hablar de relaciones y amor de una forma profunda y con contenido, ellos sí poseen una complejidad romántica que podrá salir a la luz siempre y cuando se lo pregunten directamente -tampoco saldrá siempre de forma espontánea como sí pasaría con una mujer-, y cuando sientan que la persona a la que le hablarán de sus sentimientos está realmente interesada en escucharlos.
Otros factores que abren el corazón varonil para hablar de afecto es el sentirse seguro de que no los tratarán de convencer de que están equivocados, y que la persona a la que le contarán sus cosas no es su pareja. Recién, bajo todos estos puntos “ellos te dirán que el amor es maravilloso”.
“Te dirán que es difícil concentrarse en casi cualquier otra cosa, que no pueden dejar de pensar en su amorcito, y que solo el pensar en ella les hace felices. Te dirán que (el amor) es la mejor sensación del mundo”, asegura Smiler, quien agregó: “También te dirán que esto no se trata de sexo, sino que de lo bien que la relación les hace sentir. No es que estén interesados en practicar el celibato, pero muy pocos hombres se involucran en una relación solo por el sexo”.