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¿Por qué, cada vez más, las personas buscan su karma?

Es un concepto que viene de la India y se refiere a la ley universal que asegura, que cada acción tiene consecuencias. Es lo que conocemos en occidente, como causa y efecto.

07 de Enero de 2013 | 08:39 | Por Francisca Vargas V.
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“La palabra karma, simplemente, significa acción”, explica Caroline Ward, profesora australiana de Brahma Kumaris Escuela de Raja Yoga.

Dice que son acciones físicas, verbales y mentales, donde la experiencia que se tenga denotará el efecto o el tipo de karma que genere.

“El karma es un ejemplo especial de la ley de causa y efecto, que enseña por qué cada individuo posee una disposición mental, una apariencia física y experiencias únicas que son los efectos de las incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado”, plantea Ward, quien también es especialista en temas de liderazgo femenino y coach.

Añade, que esta sería la explicación del por qué todos somos diferentes ya que, según esta creencia, no existirían dos personas que hayan realizado las mismas acciones en vidas pasadas. “Por eso nadie puede tener los mismos estados mentales, experiencias y apariencia física que otro. Cada ser posee su propio karma individual”, dice.

De ahí que algunas personas disfruten de buena salud y otras sufran enfermedades sin cesar. Unas tienen un físico atractivo y otras no. Algunas siempre están alegres y se conforman con poco, mientras que otras suelen estar de mal humor y nunca están satisfechas.

Sin embargo, para comprender su significado, quien lea este artículo deberá al menos estar abierto a considerar la realidad de la reencarnación y que existen leyes divinas, espirituales como también leyes naturales que rigen los ciclos de la naturaleza y que dan un marco de comportamiento al igual que las leyes civiles.

La huella del karma

“El karma en sí mismo es neutral. Lo que hacemos, pensamos, decimos… todo viene de vuelta hacia nosotros y es frecuente que sea en los momentos más inesperados”, plantea la profesora de eneseñanzas espirituales.

En ese sentido, enseña que cada uno modela su vida de acuerdo a las acciones que realiza, pero que es frecuente que los humanos actuemos desde el odio, el apego y la ignorancia. De ahí que al karma se le llame la ley de compensación.

Por ejemplo, expone, si uno se enamora intensamente de una persona que ya tiene un compomiso y ésta se separa. La situación en términos karmáticos, supone que en algún momento, más que seguro él o yo, vamos a experimentar la misma intensidad de pérdida y dolor, como la pareja de mi amor que sufre por esa ruptura. Pero, también ella estará saldando algún tipo de karma relacionado.

“Las acciones que efectuamos dejan huellas o impresiones en nuestra mente muy sutil que, con el tiempo, producen sus correspondientes resultados. Nuestra mente es comparable a un campo de siembra y las acciones que cometemos, a las semillas que en él se plantan”, puntualiza.

Por lo tanto, según esta ley, las acciones virtuosas, rectas y en resonancia con la energía del amor, el respeto y la verdad son las semillas de la felicidad futura y se les conoce como dharma y las perjudiciales, las del sufrimiento, karma.

Pero, estas semillas permanecerían ocultas en la mente hasta que producen su efecto y eso ocurre cuando se reúnen las condiciones necesarias para su germinación. “Aunque desde que se realiza la acción original hasta que maduran sus consecuencias, pueden transcurrir varias vidas”.

Tipos de Karma

La profesora Caroline Ward dice que hay diferentes tipos de karma. Son individuales, familiares, colectivo, nacional y mundial. Además, se pueden distribuir en diferentes líneas: Físico, el estado del cuerpo, salud, enfermedad; Mental, estabilidad, confusión, felicidad, depresión; Financiero, estado de riqueza, abundancia o pobrezay Relaciones, fáciles o complicados, apegos y Cultural que indica el estado de compromiso con la historia colectiva de las almas de una tierra, raza, país, religión específica.

Sin embargo, enfatiza que para ella, el principal karma está basado en la crítica que pone la atención en evaluar qué está mal, qué es lo que no nos gusta, qué necesita ser arreglado, en lo que no estamos de acuerdo, en lo que no queremos.

“El karma, la consecuencia es tal que nuestro mundo interior se llena de la dureza de la crítica, la separación causada por los juicios, el peso de aquello que no está bien, quizás aquello empezó con la intención de ser mejores, pero muy rápidamente se ha convertido en algo como una plaga”, reflexiona.

Liberarse del mal karma

Las enseñanzas espirituales a las que se refiere la profesora, indican que uno no está condenado a un karma, sino que existirían tres caminos para liberarse.

El primero es sufriendo las consecuencias y aceptando la situación tal y como es. El segundo es ampliar la conciencia, estar atento y ser responsable de la vida que se lleva y no tomarla como una carga.

“Si yo he herido a alguien en el pasado, recibo heridas como retorno. Si no me doy cuenta de que éste es un retorno kármico y me siento con ganas de venganza y actúo nuevamente, entonces prolongo y aumento el karma”, ejemplifica la australiana que reside en Chile hace 17 años.

Y tercero, es conectar con la “Fuente” de todo, “Dios” el “único”, para que la bondad sea reforzada a tal nivel que se pueda experimentar la existencia como una imagen de lo divino.

“Esto para que cuando aparezcan cuentas kármicas, podamos vivir a través de ellas, pero sin sufrir. Si estamos con EL, conectados con nuestra propia belleza y fuerza, reconocemos la cuenta pero no nos involucramos en ella”, alienta.

Por lo tanto, para tener una vida en el dharma, sin generar nuevos karmas habrá que estimular los pensamientos positivos, el ver más allá de lo aparente y comprender, que todo lo que sucede alrededor tiene una explicación espiritual que es posible descubrir para salirse de la rueda del karma y vivir en el dharma.

Cuando hayamos eliminado de nuestra mente el aferramiento propio y demás engaños, nuestras acciones serán puras. Como resultado de estas acciones, nuestras experiencias, nuestro mundo, cuerpo y disfrutes, y los seres que nos rodean, también serán puros. No quedará ni el menor rastro de sufrimiento, impureza ni dificultades. De esta manera, encontraremos la verdadera felicidad en nuestra mente.

Los 10 secretos para limpiar el karma

Quienes deseen transmutar su karma deben seguir estos pasos:
1.- Aprende a guardar silencio en los momentos de mayores turbulencias.
2.- Evita juzgar a las demás personas.
3.- Enfoca tu atención sobre las cosas que más te agradan.
4.- Mantente quieto, es en vano luchar (recuerda que sólo es una prueba).
5.- Ten esperanza, lo que parece real es sólo un mal pensamiento producto de tu imaginación. ¡Cámbialo!
6.- Perdona, suelta y libera.
7.- Habla siempre en positivo.
8.- Medita por lo menos dos veces al día (5 minutos sería muy buen comienzo).
9.- Visualiza situaciones agradables para ti y todos tus seres queridos.
10.- Otorga Amor sin importar lo que recibas.
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