Al salir de vacaciones solo quieres descansar y divertirte. Encontrar nuevas aventuras y emociones, por lo que conocer a alguien puede ser ideal para lograrlo. Pero ¡cuidado! Puedes entramparte en una situación de la que será muy difícil salir. No dejes que este tipo de romances arruine tu regreso a la rutina.
Lo primero es no idealizar los buenos momentos ni la intensidad y fluidez de la relación. Ten en cuenta que ambos tienen todo el tiempo del mundo para dedicarlo a disfrutar y pasarlo bien. Sin embargo, cada uno tiene su propia rutina durante el año y la magia podría quedar atrás.
Alejandra Godoy, directora del centro clínico Centro de la Persona, la Pareja y la Sexualidad (CEPPAS) y doctorada en Psicología Clínica en Alemania, explica que “los neuroquímicos que nos inundan cuando estamos recién conociendo a una persona nueva, llevan a que nuestras emociones sean muy intensas y a que perdamos un tanto nuestra capacidad de percibir objetivamente”.
El nuevo estado en que te encuentras al iniciar tu amor estival provoca que “todo se amplifica a nuestros ojos y vemos a ese otro como más bello, más simpático, etc., por lo que hay que recordar que, con el paso del tiempo y en otras circunstancias, probablemente ya no nos parezca tan así y nos demos cuenta - tarde - que no habíamos encontrado el amor de nuestra vida”, añade Godoy.
Claro que es posible que un amor surgido durante tus semanas de vacaciones pueda estabilizarse y sortear todo tipo de dificultades, pero comenzar pensando que acabas de conocer al amor de tu vida, puede ser peligroso. Hacer presión para saber qué pasará al finalizar el verano solo opacará los días y te involucrarás demasiado sin disfrutar del amor.
Conócete a ti misma y si te sientes capaz de afrontar el día final de las vacaciones sea cual sea la decisión que tomen, estás en condiciones de comenzar a deleitarte con tu romance veraniego. Quizás el acuerdo sea no continuar juntos o la distancia impida el desarrollo de la relación. Lo mejor es ser más racional y realista.
Godoy advierte que es necesario “tomarnos el tiempo necesario para evaluar el contexto total en que nos encontramos y para prever las posibles consecuencias a futuro de nuestras decisiones respecto de esa persona que acabamos de conocer”.
Si ambos acordaron dejar a un lado los compromisos, no lo olvides a mitad de camino. Ser sinceros es el mejor camino para evitar futuros conflictos. Si tú eres la de la idea de algo libre y ligero, hazlo saber.
Jamás debes buscar seguridad prometiendo o haciéndole prometer al otro cosas que, lo más probable, se alejan bastante de la realidad. La espontaneidad siempre es mejor y, si el interés entre ambos es genuino y natural, obtendrás mejores resultados. No pienses cuánto falta para la fecha de término, pero ten la seguridad de que llegará.
El verano ofrece un sinnúmero de entretenimientos, paisajes, bailes, atardeceres y espacios para escapar de las altas temperaturas. Además puedes lucir coquetos accesorios, vestidos y trajes de baño. ¡Ojo! Ellos también tuvieron tiempo para producirse y pensar en panoramas. Mira más allá de la perfección que todo puede aparentar.
Alejandra Godoy sostiene que hay que protegerse. “Por sobre todo, una buena dosis de autocuidado y de autorespeto. Como nuestro corazón puede desbocarse de manera peligrosamente intensa en estas circunstancias, no debemos perder de vista la necesidad de controlar nuestros impulsos y de ser capaces de postergar su satisfacción”, recomienda.
El regreso a la rutina
Cuando ya perdiste el juego y te rehúsas a dejar atrás el verano y el amor que encontraste, empieza a buscar nuevos focos de atención. Recrearte, salir, ocuparte de tus asuntos y recordar el verano como una buena experiencia, te ayudará a salir adelante.
El paso de intercambiar datos personales no es señal de que todo va viento en popa. Muchas veces queda en una mera formalidad por la ‘buena onda’. Un ‘te llamo’ no significa estar en contacto hasta que realmente suene el teléfono.
Si él no te llama durante algunos días, toma la posibilidad de intentarlo tú. Si notas lejanía o indiferencia, ¡aléjate! Es una buena señal de que el romance tuvo el título correcto. Un amor de verano. De todos modos, está la opción de mantener algún grado de amistad o simpatía.
La psicóloga Alejandra Godoy comenta que el sufrimiento “probablemente se debe más a nuestro ego herido que a la profundidad de un dolor real”. Frente a esto, aconseja que te preguntes “¿cuánto conocimos verdaderamente a esa otra persona?; ¿habría podido funcionar ese amor en otras circunstancias tan distintas a las idílicas propias de las vacaciones?; ¿le dimos a entender al otro desde un comienzo que lo que pretendíamos era una relación a largo plazo y no una simple aventura de verano?”.
Durante el año hay muchas responsabilidades que cumplir y actividades que hacer. Seguir sufriendo por el fallido romance que tuviste en el verano no hará que él ni las vacaciones regresen. Ten esto presente cuando disfrutes de tu nuevo amor de verano. Nadie quiere resultar herido al estar de vacaciones.