6 locos de tamaño adecuado, apaleados, 1 ½ taza de harina, 1 taza de pan rallado, 1 clara de huevo, 1 hoja de laurel, 5 bolitas de pimienta negra, sal y aceite de oliva.
Apalear los locos y extraerle las uñas. En una olla de presión cocinar en agua fría (sólo taparlos) con sal, las bolitas de pimienta y la hoja de laurel por 20 minutos, hasta que estén tiernos.
Escurrir y guardar el caldo para utilizar posteriormente en algún consomé o sopa marina.
Cortar los locos en tres rodajas para que queden más finos y pasarlos por la clara batida, luego por el pan rallado y finalmente la harina, sacudiendo suavemente el exceso. Freír en abundante aceite caliente y una vez que estén ligeramente dorados, estilar sobre papel absorbente.
Servir de inmediato sobre una base de lechuga y con limón a gusto.