Hace un par de semanas conocí finalmente San Pedro de Atacama. ¡Qué lugar más interesante! Gracias al chef de Casa Atacama, Sergio Alfaro, que es oriundo de Calama, logré conocer un poco más de lo que un simple turista puede hacerlo.
Sergio me llevó a conocer un poco de su historia y tradiciones, y logré llegar a algunos productos nuevos, como la harina de añapa -una vaina dulce que crece en la zona-, el cachiyuyo -una planta con hojas aterciopeladas de sabor salado- o el chañar fresco. Incluso conocí una bebida fermentada similar a la chicha, que se hace en base a la vaina del algarrobo. Se llama aloja (no sé si está bien escrito, pero así suena) y la hacen en la casa de su tío.
Dentro de las comidas de la zona probamos la patasca, que es un guiso de carne con choclo muy sabroso; un estofado de cordero con cachiyuyo, empanadas de charqui, mousse de rica rica, flan de chañar, en fin, tantos platos que confirman que hay muchos chefs y cocineros en regiones que realmente necesitan apoyo y ser reconocidos.
Cambiando de tema, estamos llegando al final del verano y empiezan a aparecer los duraznos, las ciruelas, las uvas en todas sus variedades, los tomates, los zapallos italianos y sus flores. Así que las recetas que voy a compartir hoy con ustedes son acerca del verano, sabores frescos y algunos de los platos más sabrosos que he comido.
Saludos, Matías Palomo, chef ejecutivo del restorán
Sukalde.
