Descubrir que existen las tareas, los uniformes, los horarios y las calificaciones, puede ser algo no muy grato para cualquier niño que está acostumbrado a ir al jardín infantil y luego jugar en su casa, sin mayores responsabilidades. Es el momento en que empiezan a conocer las normas y los hábitos.
Y es que pasar desde las salas acogedoras de la pre-escolaridad a un colegio con niños de todas las edades, autoridades y estrictas normas, es un proceso que debe ser acompañado de cerca por los padres de los niños. Así se facilita la adaptación a la nueva etapa.
El paso del jardín infantil al colegio “puede ser un proceso absolutamente normal y sano para los niños en tanto hayan podido desarrollar las habilidades cognitivas y socioemocionales necesarias para enfrentar la nueva etapa”, afirma la psicóloga del
Centro de Terapia del Comportamiento, María Luisa Mella.
“Realmente se concreta un período de autonomía en los niños. Si bien en el jardín comienza el proceso de sociabilización y de separarse un poco de los papás, igual, generalmente, son puertas abiertas, en que los papás están muy integrados”, señala la psicóloga infantil
Maribel Corcuera, agregando que “en el colegio se las tienen que arreglar por sí mismos”.
Es importante que a los niños no les tome por sorpresa el cambio. Hay que conversar con ellos un tiempo antes y explicarles que comenzarán una nueva etapa. Se recomienda llevarlos al colegio donde estudiarán una semana antes para que se familiaricen con el ambiente y, de ser posible, que conozcan al profesor o profesora que estará a cargo.
“Hay que ir muy coordinados en la casa con lo que va a ocurrir en el colegio. Por ejemplo, lo que van a tener que hacer en el colegio es ir al baño solitos, ponerse el delantal, ordenar sus materiales, etc. Entonces para que el niño no tenga un choque tan grande, la idea es que esas cosas las empiece a hacer en la casa”, recomienda Corcuera.
Lo mismo sucede con los hábitos, ya que es un tanto brusco comenzar a levantarlos temprano sin previo aviso o acostarlos mucho antes de lo normal para que asistan a su primer día de clases. Los padres deben contarle al hijo por qué se está preparando y cuál es la importancia de aprender a hacer las cosas por sí mismo.
Otro espacio para que los menores se acerquen e involucren con su ingreso al colegio, es llevándolos a comprar el uniforme y los útiles escolares, y que sean ellos quienes opinen sobre los productos que quieren. Además, deben aprender a cuidarlos, pero sin amenazarlos en caso de que pierdan alguna pertenencia.
Superar el miedo Es normal y frecuente que tanto niños como padres sientan temor de iniciar esta nueva etapa. Sin embargo, hay que tomar todas las medidas para controlarlo y concretar un buen trabajo. En caso de que sean los papás quienes estén nerviosos por el futuro comportamiento de los niños, no transmitirlo es la mejor opción, porque ellos son los principales orientadores de sus hijos.
“Padres demasiado ansiosos, temerosos o sobreprotectores infunden ansiedad y temores a los niños que resultan perjudiciales. Detrás de un niño seguro, confiado y con buena autoestima, hay una pareja de padres que transmite seguridad, confianza y aceptación al niño”, sostiene María Luisa Mella.
De la misma manera, los niños comenzarán a jugar grupalmente en el colegio, por lo que es labor de los padres acostumbrarlos a estar en contacto con otras personas. Protegerlos en exceso será dificultoso para la sociabilización del niño. “Es muy bueno llevarlos a las plazas, a lugares donde sabemos que se va a juntar con otros niños para ver cómo se desenvuelven con sus pares”, dice Maribel Corcuera.
Si el niño se muestra ansioso, con insomnio, poco apetito o inquieto, los papás deben escucharlo y mantener una conversación donde el pequeño sienta comprensión. Además, llevarlo donde un especialista ayudará a definir si se trata de un cuadro de timidez o inseguridad.
Primer día en la sala de clases El despertador suena y la primera jornada escolar ha comenzado. Una forma útil de mantener calmado a los niños es contemplar el tiempo necesario para alcanzar a ordenar la mochila, vestirse adecuadamente y desayunar sin prisa.
Luego, el camino al colegio debe ser natural y no poner nervioso a los niños con bromas o alarmarlos con posibles problemas. Hay que motivarlos y darles la certeza de que al final de las clases volverán a casa para estar con los padres.
Para todos los niños que inician su escolaridad, sobre todo para quienes nunca asistieron a un jardín infantil, es fundamental enseñarles patrones de comportamiento, para que no sea un choque entre la libertad de acción en el hogar y las restricciones del colegio.
Algunas de estas pautas consisten en que “los niños deben acatar instrucciones y órdenes; deben atender y mantener su concentración con la finalidad de lograr el aprendizaje de conocimientos determinados y también deben lograr la adaptación a un grupo de pares, que la mayor parte de las veces, es un grupo nuevo para ellos”, expresa Mella.
Al finalizar el día, existe la posibilidad de que el niño no quiera regresar al día siguiente, por lo que ser comprensivo, pero determinante hará que el menor aprenda que debe asistir diariamente, pero que no es un castigo hacerlo.