Hasta el 2008,
Arden Leigh calificó su vida como “miserable”. Siendo una mesera, veía a su lado pasar hombres que le atraían, pero que para ella, eran solo un sueño, porque aseguraba, eran inalcanzables.
Con un currículum amoroso distante del de ‘maestra de la seducción’ que hoy -a sus 27 años- asegura tener, recuerda que su primer beso lo dio a los 17 años, casi como mutuo acuerdo entre ella y su mejor amigo, un gay declarado. “Me enamoré de hombres que no sentían lo mismo por mí. Pero decidí que ya era suficiente, descubrí el arte de la seducción, y todo cambió”, aseguró esta neoyorquina, conocida ‘dominatrix’ del sadomasoquismo, que por estos días publicita en medios ingleses y estadounidenses su reciente publicación: “The New Rules Of Attraction: How To Get Him, Keep Him, And Make Him Beg For More” (Las nuevas reglas de la atracción: cómo alcanzarlo, quedarse con él y hacer que ruegue por más).
Según ha comentado, tras perder 9 kilos, y estudiar cientos de libros referentes al tema, “logró convertirse en una “profesional de la seducción” y hoy vive como nunca soñó, convencida de que “ningún hombre es inalcanzable” –tras unos romances con conocidos músicos y personajes de tv- y de que debe cambiar de alguna manera, la mentalidad pasiva que suelen tener las mujeres cuando quieren conquistar.
“Siempre se les dice que usen el lápiz labial, la ropa interior y el dormitorio como tácticas, y aunque me encantan esas cosas, si solo eso tienen en su arsenal, no van a llegar muy lejos (…) Las mujeres tienen que ir tras el hombre que quieren, dejar de perder su tiempo preocupándose de descifrar algún mensaje de texto que él le envió, y concentrarse en las debilidades de un hombre y descubrir qué lo puede dejar de rodillas”, aseguró este mes al The Sun.
Preocupada por este tema, ya había señalado a xojane.com que se sentía muy frustrada por las cosas que, en su aprendizaje, vio en textos dedicados a mujeres, dando consejos para sus relaciones. “Leí de todo, ansiosa por absorber cualquier conocimiento que me ayudara a conseguir el hombre (o los hombres) de mis sueños. Y lo que encontré fue que los libros para mujeres (…) eran los más patéticos, privadores de derechos y antifeministas que podría haber esperado”.
“La mayoría de ellos insistían en que debería permanecer pasiva con el fin de llamar la atención de un hombre, que debería salir y sentarme en un bar a esperar que un hombre se acercara a mí (…) o que debía ser solamente ‘yo misma’, pero que eso significaba ir al gimnasio, vestirme de cierta forma y usar maquillaje. Había una seria desconexión ahí”, agregó.
En cambio, comentó que sus maestros -perfectos expertos en conquista- le enseñaron que debía ir directo a lo que quería, empoderada con una imagen que ella eligiera, y caminar segura hasta un hombre para saber decir algo “lindo e inteligente”. Y sobre todo, no temerle al rechazo.
“A menudo, las mujeres tienen que hacer frente a las inseguridades, mostrándose más sutiles y seguras. Deberían
crear un club de fans para ellas mismas, transformarse en personalidades, en un ídolo para ser adorada”, dijo Leigh a los medios, comentando, además, que a sus alumnas más osadas –del
Siren Seductions, su escuela para seductoras en Nueva York- incluso les ha animado a tener un personaje tipo burlesque, al más estilo de Dita Von Teese.
Asimismo, recomendó a las enemigas de los tacos, amigarse con ellos, y sentir que son parte de su cuerpo al caminar. Eso, comenta -junto con preferir el vestuario de un solo color- hará que todos se den vuelta a mirarla.
“Habla como un hombre”, sentenció, antes de explicar: “
No les hables de tu pasado y de lo mal que estabas antes. Piensa antes de hablar y ve al grano, a los hombres no les gustan las quejumbrosas”. Ser grave, según sus observaciones, lo único que hace es espantar pretendientes.
“También debes
crear las instancias para conocer al hombre que te gusta, yendo a los lugares a los que él suele ir. Anda a ese bar o restaurante cuando sepas que él está ahí, y proponte alejarlo de sus amigos para poder estar a solas. No es acoso, es solo ser proactiva.
La vida es demasiado corta para estar esperando que alguien nos encuentre”, señaló.
A eso agregó
mejorar el tono de voz o el acento cuando, con una mano en el corazón, se note que sea muy desagradable. Y no dormirse en los laureles, una vez que se logró salir con alguien y enamorarlo. La idea es no dejar de seducirlo, con las técnicas amatorias, cuidándose de conservar la línea y arreglando la pieza para que ésta también sea un lugar atrayente para la pareja. Para Leigh,
las sábanas feas y ordinarias, así como los pelos de las mascotas, deben estar prohibidos ahí.
“Gracias a las técnicas, aprendí que ningún hombre es inalcanzable para mí, así que no me complica admitir que me volví una ninfómana. Simplemente me encanta el sexo, especialmente ahora, que puedo tener a cualquier hombre”, dijo, sin tapujos la mujer.
A aquellas que puedan sentir antipatía por su trabajo como seductora renombrada, les dijo que solo están celosas, porque ella les está recordando las tareas pendientes que tienen en cuanto a ponerse las pilas en el amor y la conquista.