Los médicos de cuatro sociedades científicas llamaron hoy a la calma a las chilenas luego de que se produjera un inusual aumento de consultas por el uso de anticonceptivos.
Esto a raíz de que se conociera la alerta, en Canadá, respecto de la venta de AC del laboratorio Bayer (Yaz y Yasmin) que fueron vinculadas a la muerte de 23 canadienses.
Los cuestionamientos a las pastillas conocidas de tercera y cuarta generación también se han levantado en Europa. De hecho, Francia pidió a la UE tomar cartas en el asunto.
Los médicos chilenos señalaron en declaración pública hoy que se ha generado una alarma pública injustificada a partir de esa noticia relativa al consumo de anticonceptivos que contienen drospirenona.
Con el objetivo de tranquilizar a las mujeres que consumen anticonceptivos y evitar que saquen conclusiones erróneas, cuatro sociedades científicas – entre ellas la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología (Sochog), la Sociedad Chilena de Endocrinología Ginecológica (Socheg), la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología Infantil y Adolescente (Sogia) y la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva (Socmer) – explicaron el verdadero alcance científico de la información que se generó en Canadá y los riesgos reales asociados al consumo de anticonceptivos, especialmente aquéllos que contienen drospirenona.
Señalan que según información proporcionada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la Agencia Norteamericana Food and Drug Administration (FDA) y la Agencia canadiense Health Canada, el riesgo de hacer un tromboembolismo venoso al consumir anticonceptivos compuestos por drospirenona (también llamados de tercera o cuarta generación) es entre 3 y 4 por cada 10.000 mujeres por año.
Agregan que al consumir anticonceptivos compuestos por levonorgestrel, este número se reduce a 2 por cada 10.000 mujeres por año. En ambos casos se trata de un riesgo bastante menor, si se compara con la posibilidad que tiene una mujer sana de hacer una tromboembolia venosa durante el embarazo y puerperio que es de 3 a 5 veces mayor de lo que se observa respecto del uso de anticonceptivos orales.
En la declaración afirman que el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) ha recibido desde el año 2003 hasta el 17 de junio de este año, 434 notificaciones reportadas para productos que contienen drospirenona. De este total sólo 13 de ellas reportaron reacciones adversas de trombosis venosa y ninguna con desenlace fatal.
Destacan que el riesgo más alto sólo se presenta en los tres primeros meses de uso de un anticonceptivo, los cuales desaparecen por completo al cabo de un año. A su vez, este mismo fenómeno explica por qué es peligroso dejar un tratamiento abruptamente y tomar otro sin previa consulta médica.
Importancia de la orientación médica
En Chile, afirman, las normas de regulación de fertilidad establecen claramente cuáles son las condiciones de riesgo y de uso de los anticonceptivos orales, entre ellos la trombosis venosa.
Por tanto, en el comunicado sostienen que los médicos y matrones (as) están en conocimiento de casos que tienen mayores riesgos y pueden orientar a la mujer si tiene alguna duda. La tromboembolia venosa es un evento que se asocia mayoritariamente a inmovilización por yesos, grandes cirugías, reposo en cama, viajes largos, tabaquismo, dislipidemias, obesidad, mayor edad y trastornos de la coagulación, conocidos como trombofilias.
Al igual que la recomendación que realiza la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las principales sociedades científicas internacionales, las cuatro entidades científicas chilenas que participan de este comunicado instan a que los profesionales facultados para recetar anticonceptivos consideren estos riesgos al consensuar el uso (indicar, iniciar, mantener, cambiar o suspender) de un determinado tratamiento anticonceptivo y que la usuaria sea instruida sobre el oportuno reconocimiento de efectos no deseados.
Asimismo, llaman a las usuarias a no automedicarse.Mientras la mujer toma anticonceptivos siempre debe asesorarse con algún ginecólogo o matrón (a), de manera que estos profesionales puedan evaluar si existe algún mayor riesgo en la toma de estos fármacos.
Falencias del estudio de Canadá
Los médicos chilenos afirman que según informaciones difundidas recientemente desde Canadá, médicos y farmacéuticos habrían reportado 600 reacciones adversas entre 2007 y febrero de 2013, incluyendo 23 muertes, relacionadas con un anticonceptivo oral combinado, sin mencionar el número de usuarias de ese fármaco e incentivando la notificación de uno solo de los fármacos de la clase, o sea, sin que se pueda comparar con el resto de los anticonceptivos hormonales disponibles.
La misma agencia, agregan, reconociendo las limitaciones del informe, recomienda no cambiar de prescripción sin una razón justificada, acogiendo la recomendación de la FDA de los Estados Unidos de diciembre de 2012 para el mismo producto.
Luego de hacer una exhaustiva revisión de los informes de muertes en Canadá, las sociedades científicas que participan de este comunicado han encontrado usuarias con morbilidad importante, obesidad mórbida con peso superior a 125 kg en los informes en que este dato está disponible (7 de los 23 casos).
"El informe carece de información con respecto a otros potenciales factores de riesgo. Estos últimos estudios adolecen de muchas fuentes de error, especialmente sesgos de selección", dicen.