¿Qué duerman en sus propios dormitorios? ¿Qué se vistan solos? ¿Qué sean independientes en sus estudios? ¿Qué elijan lo que quieren comer? ¿Qué coman dulces?.
Preguntas que marcan estilos permisivos y otros, autoritarios.
Pero son también una muestra de las decisiones y circunstancias que se enfrentan hombres y mujeres cuando existen niños que educar y formar para la vida.
Cada familia es un mundo, pero a veces solo son islas que divagan en un mar de posibilidades, donde lo habitual es ceñirse a los hábitos que se inculcaron en la familia de origen. Para revisar cómo se educa a los hijos y evaluar el cómo se está haciendo, la norteamericana
Christine Gross-Loh, publicó el libro “Parenting without borders” (Avery). Una invitación a ir más allá de las limitaciones de nuestras fronteras.
La autora durante dos años realizó esta investigación, basada en estudios académicos, conversaciones con padres de familia, expertos y su propia experiencias como padres norteamericanos en Japón.
A través de su relato y con ejemplos o anécdotas entretenidas, enseña las múltiples formas en que los padres crían a sus hijos en países como Alemania, Francia, Italia, Finlandia, Japón y Suecia, entre otros.
Se podría decir que es también una ventana hacia lo que significa vivir en un mundo globalizado que amplía la propia perspectiva de cómo es la sociedad en que se vive.
Aunque también invita a la reflexión, el cambio y la decisión de comenzar a borrar antiguos y dogmáticos paradigmas de crianza, y preguntarse: ¿Eres un buen padre realmente?
“La familia es importante en la formación de una persona y tienes que tomar conciencia de que eres su soporte y que de eso dependerá cómo será ese niño cuando sea un adulto. Es tiempo de cambiar y darse cuenta que en otras partes del mundo las cosas son distintas y funcionan mejor que en tu país”, comentó la autora.
Los secretos del libroLa señora Gross-Loh, aparte es madre de cuatro hijos, doctorada en historia japonesa y coreana por la Universidad de Harvard, y autora de los títulos “The Diaper-Free Baby” y un libro de arte “Paper Suncatchers”, que expresan conceptos alternativos de crianza.
Además, difunde sus opiniones como columnista en medios como Newsweek, Huffington Post y Mothering.com, entre otros.
“Crianza sin Fronteras”, fue publicado la semana pasada y ha causado furor en los medios del globo porque dio a conocer cuáles son las mejores estrategias multiculturales para criar a los niños y explica sus por qué. Tal como una guía cultural de experiencias efectivas.
“Cuando nos fuimos a vivir a Japón me di cuenta que los niños eran amables, maduros y podían manejar una gran cantidad de cosas por su cuenta. Tenían una gran seguridad emocional. Eso me hizo darme cuenta, de que nuestra manera de criar no era la única forma y no, necesariamente la mejor manera”, contó a la prensa norteamericana.
Lo más impresionante es una de las lecciones que da Gross-Loh, que indica que el estar demasiado involucrados en sus asuntos va en detrimento y menoscabo de los chicos. Muy al contrario de lo que se piensa.
"Me enteré de que podía ser más relajada porque hay muchas maneras de ser un buen padre. Y muchas de ellas implican mucho menos participación de lo que creemos que debemos hacer", afirmó.
Su explicación se basa en que al estar tan metidos se descuida la auto confianza y la auto responsabilidad.
“Esas son el tipo de ideas que veo que se fomenta en otros países que no están siendo fomentadas a su vez por muchos padres en los EE.UU. No es culpa nuestra. Nos han dicho que es bueno cuidar de nuestros hijos y ayudarles a salir adelante", aclaró en el sitio web.
Conclusiones reveladorasChristine Gross-Loh da a conocer, por ejemplo, que en Estados Unidos están muy centrados en el aseo, la protección de los niños, el cultivo de todo sus talentos únicos y en asegurarse de que son felices.
“Pero a veces les dan el mensaje de que no tenemos fe en su fuerza y capacidad de resistir ni crecer con sus errores. Nuestras expectativas son muy altas en algunas zonas y baja en las demás”, dijo.
Analiza también la falta de presencia de los padres en la crianza debido a que valoran más su libertad, pero que en otros países es normal tomarse un año o dos para vincularse con su bebé y luego, beneficiarse del cuidado de los niños, su salud y de vivir en una sociedad favorable a los niños.
Para revisar algunas de las máximas de enseñanzas acá van las que destacan:
1. Alemania, críticas constructivas: Educan a los pequeños para que acepten observaciones y críticas frente a sus trabajos y comportamientos. Los halagos “falsos” dicen que no ayudan y que esa sería la razón de que alemanes tiene más carácter y son más tolerantes a la frustración, porque saben que errar es humano y que con esfuerzo lograrán lo que anhelan.
2. Finlandia, colegios flexibles: La "preparación para la escuela" no se trata de que el niño esté listo para la escuela, sino que la escuela está dispuesta a cumplir con el niño.
3. Japón, dormir con los padres: Los niños lo hacen hasta que tienen la edad en que quieren sus propios dormitorios. Y esto, no los hace más dependientes, al contario, “caminan a la escuela por su cuenta, llevan sus bolsas y hacen solos sus tareas. Mientras que en Estados Unidos, (que duermen solos desde que nacen) tenemos la tendencia a pensar que hay cosas que no pueden manejar durante el día, pero les pedimos que hagan algo diferente por la noche".
4. China, profesores creativos: Existe la delicada danza de enseñar a un niño a mantenerse motivado y deseoso de aprender. “Usted no hace la meta demasiado inalcanzable, pero sí anima a que lleguen a la manzana."
5. Japón, la independencia y libertad: Un maestro japonés le aconsejó: "Dejad que los niños lo resuelvan, son ellos quienes buscan solución a sus problemas”, cuando intentó meterse en una pelea de sus hijos en el parque. “Sentí que los desacuerdos forman el carácter. A pesar de que en Estados Unidos la independencia, la autonomía y la libertad se presumen, los niños de Japón están siendo criados con mucho más de estas cualidades", dijo Gross-Loh.
6. Noruega, fomentar el riesgo: Un investigador noruego le dijo que la mejor manera de mantener a los niños seguros es realmente dejarlos tomar algunos riesgos, como trepar a un árbol, ya que les ayuda a formar un buen juicio.
7. Suecia, aprender el autocontrol: Un padre sueco le enseñó: "Yo no quiero controlar mis hijos. Quiero que aprendan auto-control por sí mismos”, y que todo lo que hizo desde el momento en que sus hijos eran jóvenes se orientó a ayudar a perfeccionar este control interno.
8. Francia y Japón, ojo con el consumo: Es impropio excederse en las compras con los niños. A diferencia de Estados Unidos, donde los padres están presionados con los mensajes de la publicidad, el consumo y el comprar todo lo que piden los chicos está limitado porque no creen que consentirlo los hace buenos padres.
9. Corea del Sur, Suecia, comer sano y que ellos elijan: En Corea la alimentación es un ramo en el colegio y la casa, donde la comida es saludable. El cocinar y comer es un proceso lento y que se disfruta en familia. Niños y adultos comen lo mismo. En Suecia, padres cocinan con los hijos educándolos en los alimentos saludables y los chicos elijen qué comer. Si no quieren comer, que no lo hagan pero hasta la próxima comida.
10. Suecia, Noruega y Finlandia, jugar al aire libre: A pesar de sus bajas temperaturas los niños se la pasan en los patios y jardines sin que los adultos los vigilen. Y sin que hayan mayores niveles de accidentes, pero si una tasa más alta de felicidad infantil.
11. Finlandia, más recreos intermedios: El tiempo de juegos es primordial cada 45 minutos de clases hay un recreo de 15, y hasta los 11 años no tienen tareas para la casa. E incluso, en época de pruebas, son ellos los que eligen el día para ser evaluados.
12. Francia, saber esperar con paciencia: Dice que los papás franceses frustran adrede para que sepan que no siempre se tiene lo que se quiere de forma inmediata y hay que saber esperar. De esa manera, según ellos, aprender la satisfacción que viene después de la espera y el buen trabajo realizado.