Solo agua y un par de tazas de té al día componen la dieta de Naveena Shine, una mujer de 65 años, inglesa, pero que vive en Seattle, EE.UU., y que ha llamado la atención de los medios de diferentes países, porque pretende seguir con esta rutina por cien días, como parte de su experimento "
Living on Light".
Las razones que tienen a Shine tan decidida son las de probar que un ser humano puede vivir solo tomando agua y tomando la energía para vivir de los rayos solares, tal como lo hacen las plantas. Pero el asunto que más preocupa la opinión pública es que no ha querido prestar atención a las advertencias de los médicos ni mucho menos ha aceptado realizarse exámenes médicos para revisar si su salud se ha deteriorado.
Hasta la semana pasada, la mujer llevaba 41 días de experimento y ya había bajado 14 kilos. Pero este martes, ya anunció que esperaba incluir jugos, caldos y sopas a su dieta, pero que luego retomaría el ayuno.
Según comentó a
The Guardian, "Living on Light" partió por un “llamado” que la inspiró a dejar de comer. “Llegó como una idea que se transformó en algo muy poderoso, así que supe que tenía que hacerlo”, explicó, asegurando que había escuchado de un amigo que habría sobrevivido sin comida por tres años.
Los cuestionamientos y críticas hacia su experimento se han acrecentado, sobre todo cuando ella misma comenta en los videos que ha subido a internet, que ha presentado mareos al agacharse y al ponerse de pie y que, incluso, pasó unos días vomitando bilis. Con todo, insiste en decir que está en buenas condiciones.
“Si empiezo enfermarme, a caerme por todas partes y a sentirme realmente mal, o cualquier cosa que sea muy evidente, sabré que esto no va a ninguna parte y podré detenerme, algo que de hecho haría (en caso que pase). Pero hasta ahora, nada de eso ha sucedido”, aseguró Shine, quien, al menos, ha decidido incorporar suplementos vitamínicos al agua que bebe diariamente.
Ante esta noticia, el doctor Ronald Hoffman aseguró al medio inglés que si Shine continuaba con este experimento, su organismo comenzaría a fallar y ella podría morir. Asimismo, agregó que era “ilusorio pensar que alguien podía escapar a las leyes de la biología”, refiriéndose al hecho de que los seres humanos necesitan energía de la grasa, proteínas o carbohidratos para poder vivir, a diferencia de las plantas.
La mujer inglesa se defendió, diciendo que “los doctores no tienen mucho que decir sobre esto, porque no está dentro de los paradigmas médicos”.
Respiracionismo, una práctica con cuatro muertes a la fechaShine asegura que lo suyo llegó por “inspiración” y no por seguir una creencia en particular. Sin embargo, menciona en su página a Jasmuheen, una australiana que se hace llamar “embajadora de la paz” y que jura haber vivido por años sin alimentarse.
Las supuestas capacidades de Jasmuheen, cuyo verdadero nombre es Ellen Greve, fueron puestas a prueba el año 1999, en el programa “60 minutos” (en su versión australiana), donde esta vocera del “Respiracionismo” (movimiento que busca alimentarse solo de la luz solar) debía pasar diez días sin alimentos.
Pero Jasmuheen solo llegó al cuarto día, porque los productores decidieron suspender el experimento, debido a que la salud de la mujer presentaba deshidratación, estrés y presión arterial alta.
Tanto sus enseñanzas como las del “Respiracionismo” han cobrado ya cuatro vidas. La última ocurrió en 2012, al sur de Suiza, donde una mujer decidió seguir las ideas de Jasmuheen, tras ver el documental “Am Anfang war das Licht” (Al principio fue la luz), donde se entrevistan a varios personajes que dicen vivir sin comida ni agua.
La mujer suiza quiso seguir al pie de la letra las reglas de Jasmuheen -quien indica que ni siquiera se debe tragar saliva, sino que solo se debe recibir la energía del sol-. Y pese a la petición de sus hijos para que volviera a una rutina normal de alimentación, la suiza continuó haciendo lo que llamó un “ayuno voluntario”.
Pero pronto dejó de contestar el teléfono. Preocupada, su familia la visitó en su casa y la halló muerta. Según la autopsia –y al igual que los casos registrados en Alemania, Reino Unido y Australia-, la mujer murió de hambre.