No existe casi nadie que -al intentar una dieta- no haya contado cada caloría que tenía el alimento que se llevaba a la boca. 56 la manzana, 100 el plátano, 22 la sandía.
Ahora, vivirse la vida en ello parece ser una adicción tan importante como la adicción a la comida.
Aunque no está dentro de los trastornos alimentarios reconocidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la permarexia está siendo considerada por los expertos como un pre trastorno alimentario.
Así lo señala el psicólogo de Clínica Santa María, Raúl Carvajal. “Efectivamente, es una preocupación en las consultas porque hay personas que están manifestando una cierta obsesión por controlar en detalle lo que comen en términos calóricos porque piensan que todo engorda”, explica.
La permarexia está definida como la preocupación obsesiva de contar las calorías, saber cuántas tienen cada alimento y elucubrar cómo quemarlas, sin que la mayoría de las veces, se llegue a concretarlo.
No está muy lejana de otro trastorno, la ortorexia, que es la obsesión por comer sólo alimentos sanos.
“No es que coman sano sino que su preocupación está más bien en el pensamiento, ya que no hay cambio de conductas como ocurre en un trastorno como la bulimia o la anorexia, que comen en exceso y después vomitan o simplemente no comen”, detalla el psicólogo.
Es decir, el llamado pre trastorno mental se manifiesta cuando comenzamos a llevar la cuenta, controlar datos y seguir cuanta dieta se nos cruza, con las consecuencias de subir y bajar de peso en forma permanente por el efecto rebote.
“Hay una base bien obsesiva de saber y de controlar aquello que ingiero, pero me da la sensación que es cuestionado como diagnóstico porque no hay un cambio de conductas sino que queda sólo en el pensamiento”, aclara.
De todos modos, el especialista dice que si se está llegando a ese extremo, hay que ponerle atención, ya que quienes se encuentran en este camino lo pasan mal y pierden el sentido del disfrute por la comida.
“Por eso se dice que es un paso previo a un trastorno alimentario como tal, ya que no es una visión sana de controlar el peso haciendo dieta y ejercicios, la preocupación es solo mental”, afirma el especialista.
Mujeres más propensas
De acuerdo a las estadísticas que menciona Raúl Carvajal la población femenina es que lidera la prevalencia de trastornos alimentarios, donde ellas tiene el mayor riesgo de caer en la permarexia por sus características personales y sobre todo, quienes tengan un pensamiento obsesivo podrían desarrollar este tipo de lógica en el comer.
Agrega también que quienes son más propensas al pre trastorno son las niñas adolescentes que no quieren engordar y comienzan a contar las calorías de todo lo que comen, sintiéndose culpables por comer algo calórico sintiendo gran ansiedad y correrían el peligro de desarrollar un trastorno serio en su alimentación.
“Pero hay que saber que ellas se pueden liberar fácil de esta obsesión, cuando se ponen a practicar algún deporte, porque se dan cuenta que estando en forma a través de los ejercicios pueden comer lo que quieran y dejan de preocuparse tanto”, aclara.
Consejos para evitarla
Lo primero, es que quien esté teniendo está dificultad de no poder dejar de contar y se sale del ahorro natural de calorías en ciertos alimentos para poder “chanchar”, habrá que tomar ciertas medidas.
“Sólo si está demasiada preocupada y le genera dificultades aunque sea solo en el pensamiento es aconsejable que tome una terapia para determinar su relación con la comida”, afirma el psicólogo de Clínica Santa María.
Lo segundo que recomienda es acostumbrase a anotar o escribir cuando está preocupada para que vea la lógica de su pensamiento, y lo saque de su cabeza, lo comparta y hable para que pueda aterrizar la mirada.
“Tomar el problema como problema y no normalizarlo ni decir que no tienen importancia, porque si lo paso mal es importante”, aclara. Y sobre todo, revisar la intensidad de la conducta y el pensamiento.
En ese sentido, alienta que cualquier persona que quiera mantenerse en un peso saludable tiene que tener una conducta efectiva y acceder a una pauta de alimentación saludable donde los ejercicios son parte de la dieta.
Pero ojo, que no hay que considerarse permaréxica por preocuparse de las colorías, ya que el pre trastorno se “diagnosticaría” cuando las características descritas llegan a extremos obsesivos y límites.