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¡Asexual!, ojo, no confundir con sin deseo sexual

Es una opción que gana terreno, pero no en Chile. Y dista mucho de ser una disfunción, según ellos.

12 de Julio de 2013 | 15:40 | Emol
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No es celibato ni frigidez. Es elegir vivir sin sexo. La elección es mundialmente conocida hace más de una década con el movimiento de “Asexuales” que nació en Estados Unidos y que se ha desarrollado con fuerza en Francia, España y también en Argentina.

En Chile la opción no ha prendido. ¿Una moda? ¿Un hábito? Se dice que es una orientación sexual que no pasa por ser hetero, bi u homosexual, simplemente son quien deciden no llegar al acto sexual.

“La asexualidad no es hacer nuestra vida sea peor o mejor alguna, sólo se enfrentan a una serie de desafíos diferentes que la mayoría de la gente sexual”, escriben en su sitio.

Sin embargo, proclaman que existe la libertad absoluta para pertenecer a esta comunidad asexual, donde no existe la prohibición de sentir o dejar de lado la atracción erótica, ya que el amor y las parejas entre asexuados ocurre aunque está claro que no hay interés por el placer sexual.

“Existe una considerable diversidad entre la comunidad asexual, cada persona asexual experimenta cosas como las relaciones, la atracción y la excitación un tanto diferente. Algunas personas asexuales tienen el deseo de formar relaciones amorosas más íntimas y otras no”, describen.

A diferencia de la gente sexual, afirman, los asexuales se dan pocas expectativas sobre la forma en que las relaciones va a funcionar.

“Muchas personas experimentan atracción asexual, pero nos sentimos ninguna necesidad de actuar para satisfacer esa atracción. En cambio, sentimos un deseo de conocer a alguien, para estar cerca de ellos en todo lo que funciona mejor para nosotros”.

Aceptan la masturbación pero sin sentir deseo de tener sexo en pareja. Eso que quede claro. Aunque son majaderos en recordar que lo más común es tener un excitación escasa o nula, cuestión que no les interesará corregir.

De todas maneras, en la web oficial declaran que no existe una prueba de fuego para determinar si alguien es asexual. Para seguir el movimiento en las redes sociales, está la fans page de la REVA.

El trastorno: anafrodisia

Muchos tienen a confundir la asexualidad con la anafrodisia. Quienes han tomado la primera opción, rechazan toda coincidencia.

La palabra anafrodisia se refiere al bajo deseo sexual y las pocas ganas de intimar. Según explica María Inés Zavala, terapeuta sexual y directora del Centro Integral de Sexualidad (sexualidadfemenina@gmail.com ) es frecuente en personas que nunca piensan en el sexo, no tienen fantasía eróticas, o siempre están pensando en otras cosas, como “la comida”.

Quienes padecen de esta disfunción obviamente presentan excusas para no tener relaciones sexuales: trabajo, dolores de cabeza, los niños, etc. Y no se trata de estar en medio de una crisis de pareja sino que evaden cualquier situación o conexión con deseo sexual.

“Hay personas que sus intereses están enfocados hacia otras esferas de sus vidas, que los mantiene contentos, felices y satisfechos entonces dejar de sentir deseo sexual”, afirma la terapeuta.

¿Qué lo origina? La experta, explica, que se debe a una mala o inexistente educación sexual, o bien, por haber vivido experiencias de violencia sexual.

Entonces, se vive el sexo con culpa, vergüenza y trauma. Aunque también es posible que el deseo sexual baje cuando en la pareja falta la comunicación, las peleas son frecuentes o simplemente, se prioriza por la crianza y alguno de los dos tiene además, baja autoestima y terror al fracaso sexual, al placer y al éxito coital.

El mismo cuadro se verá cuando se toman algunos medicamentos que bajan los niveles de las llamadas hormonas del amor: estrógenos y testosteronas.

Por lo tanto, la anafrodisia puede ser una opción solo cuando las personas que diagnosticadas con esta disfunción, deciden no realizar una terapia para solucionar su condición de bajo deseo permanente u ocasional.

Pero hay que tener claro que si la pareja no se conforma se requerirá una íntima y adecuada comunicación junto con solicitar ayuda para que el o la amada acepte la diferencia de tiempos o el otro, se anime a adentrarse en los por qué de su falta de deseo sexual.

Y finalmente, acepte re-erotizarse. Aunque también puede ocurrir que ambos estén de común acuerdo que el sexo no es un tema y pasar a ser muy buenos compañeros de vida, como amigos y a veces como hermanos. Se apoyan, se ayudan, se necesitan.

“En algunos casos puede ser una relación patológica, pero el problema lo será solo cuando uno de los integrantes de la pareja tenga una libido mayor, generado rabias, rencores y temores que terminarán con la vida en pareja sino serán asexuales”, acota la especialista en sexualidad que desarrolla talleres de pareja.