NUEVA YORK . - Las personas obesas que entran en una tienda y reciben un folleto con algunas palabras asociadas con la salud gastan menos de un tercio en productos poco saludables comparadas con las que reciben el mismo folleto con otros textos.
Y ese folleto hacía efecto aún cuando las personas no lo recordaban mientras hacían las compras.
"Los indicios sutiles influyen en la conducta sin advertirlo. Afortunadamente, no sólo nos ayudan con los alimentos tentadores que nos rodean y dificultan el autocontrol, sino también nos recuerdan nuestras metas de salud y alimentación", dijo por correo electrónico Esther K. Papies, de la Universidad de Utrecht, en Holanda.
"Pequeños recordatorios alimentarios ayudan a resistir a las tentaciones de los comercios, los restaurantes y en casa". El equipo de Papies diseñó dos versiones de un folleto de recetas. Uno incluía palabras como "saludable" y "bueno para su silueta" y el contenido calórico de la receta, mientras que el otro incluía palabras como "pruébelo" y "receta nueva".
Los autores les entregaron los folletos a los clientes que entraban a un comercio de venta de alimentos; luego revisaron sus tickets de compra para saber qué habían comprado. Participaron 99 personas (42 con sobrepeso y obesidad y 57 con peso normal).
Los clientes con sobrepeso que habían recibido el folleto "saludable" gastaron 1,40 dólares en aperitivos poco saludables (galletitas, caramelos y patatas fritas). El otro grupo gastó 4,80 dólares. El tipo de folleto no influyó en la cantidad de dinero que gastaron en esos productos los participantes con peso normal, según publica el equipo en Journal of Obesity.
Treinta participantes dijeron que no le habían prestado atención al folleto. En ese subgrupo, no hubo relación entre el tipo de folleto recibido y el gasto en ese tipo de productos. Pero los clientes con sobrepeso que habían leído el folleto con el mensaje saludable compraron menos aperitivos sin importar si habían recordado o no el texto del folleto mientras hacían las compras.
"Lo más importante es que la persona advierta el mensaje de salud, que no debe ser amenazante", indicó Papies. Por ese motivo son útiles las frases como "un peso saludable". Añadió que las frases tampoco deben "impositivas" porque la gente puede sentir que le están diciendo qué hacer.
"Recomendaría carteles agradables, positivos, saludables en puntos críticos de un comercio y variar esos puntos para evitar que la gente se acostumbre; y a los compradores les recomendaría incluir esos indicios en la lista de compras", agregó.
Opinó que lo ideal sería contar con políticas para reducir los mensajes que promueven la compra de comida basura. Por ejemplo, se podría limitar la disponibilidad de esos productos y la publicidad infantil.
"Mientras tanto, los consumidores pueden utilizar recordatorios de sus metas", dijo Papies. Eso incluye no comprar comida basura para la casa y preparar alimentos saludables para el trabajo y la escuela.
"Es una gran noticia", sostuvo John Bargh, psicólogo de Yale University, New Haven, Connecticut, y que estudió cómo los factores inconscientes y automáticos influyen en la conducta, pero que no participó del estudio.