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Ya entregó su memoria y está a la espera de que le comuniquen la nota. Pero, la verdad es que no tiene mucho tiempo para preguntarse cuando le darán su título de ingeniera comercial de la Chile, porque está full en la campaña.
Pese a todos los sinsabores que su estreno en política, y el de su padre, le pudieron haber dejado, Ignacia va hoy de candidata a diputada por el distrito San Miguel, Lo Espejo, Pedro Aguirre Cerda como independiente en cupo UDI y, como la lógica del binominal impone, tratará de desbancar al diputado RN Pedro Browne.
De sólo 27 años, la segunda hija de Laurence Golborne fue la que más se involucró en la fallida campaña presidencial del ex ministro y empresario. Ha dicho que la noche del 30 de abril, cuando su padre debió bajar su postulación, ha sido una de las pocas veces que lo ha visto llorar. Y también no se ha contenido cuando Allamand fue derrotado por Longueira en las primarias del sector: “justicia divina” fue lo que puso en su twitter.
A casi tres meses de la elección parlamentaria, Ignacia parece querer dejar atrás los malos ratos y seguir adelante pensando en qué puede hacer por aquellos que sufren y cuyas necesidades conoció en la campaña de su padre.
-¿Teniendo tantas opciones a tu edad, por qué estás metida en esto?
“En la campaña presidencial recorrí el país y eso te cambia un poco. No habría sido viable olvidarme de todo y hacer como que no pasara nada en Chile. La experiencia me cambió; estar con personas que se te acercan y te dicen, con fe e ilusiones, que necesitan ayuda y tienen esperanza de que los puedes ayudar, de que se necesitan nuevos políticos, me impactaron. Y bueno, fueron lo suficiente como para decir que si me daban la oportunidad, no me podía negar”.
-Tu corta experiencia en estas lides no ha sido ni feliz ni amable, insisto, ¿por qué meterte en esto?
“Porque no puedes dejar que las cosas malas sobrepasen todo lo bueno que sí se puede hacer. En todo orden de cosas, siempre van a haber cosas buenas y malas, pero si no dejan entrar gente buena que quiera hacer las cosas distintas, seguirán estando las cosas igual y que es lo que hace que la gente esté desencantada con la política y ciertos grupos.
“Lo más fácil sería decir ‘estoy harta de todos y me voy’, pero también con eso permites que sigan los mismos de siempre, haciendo lo mismo de siempre, perpetuando el círculo que no te gusta”.
-¿Ni siquiera el desprestigio de la clase política fue suficiente para frenarte?
“El desprestigio de la clase política se debe a la poca cercanía que tienen muchos político con la gente; perdieron el foco de por qué están en política, pero no son todo. Yo viví el lado malo, pero en eso encontré gente que es valiosa y se puede rescatar un grupo grande. Obviamente, los cambios se pueden hacer desde adentro”.
-¿Tienes capacidad de olvidar rápido? Porque fue la UDI la que bajó a tu papá y hoy eres candidata en su cupo.
“No tiene que ver con olvidar. Creo que no soy rencorosa, porque con eso no se gana nada, pero hay que aprender de todo. Seguir pegada en eso, en rencillas sólo te amarga y yo soy más relajada. Hablé, en su momento las cosas que tenía que hablar, y eso lo doy por superado”.
-Debes saber que para las mujeres la política es un camino difícil. ¿Lo tienes claro?
“Sí, hay sólo 16 diputadas de un total de 120, o sea, claramente es un camino difícil, pero, en general, siempre para las mujeres, cualquier tipo de trabajo es más cuesta arriba porque se es madre, esposa también. Quizás para mí es más fácil porque no tengo familia, pero efectivamente todo es más complicado. En los mundos donde dominan los hombres se necesitan más mujeres que quieran entrar y hacer el cambio; si son jóvenes, mejor. “Hay que clavar banderas porque pensamos de forma distinta”.
-Muchos dirán que tienes otro hándicap en contra que es ser joven.
“No sé si es un hándicap en contra, yo lo veo de manera positiva y la mayoría de la gente en la calle me dice ‘qué bueno que entre gente joven’. Hay una percepción de que se necesita una renovación; no creo que porque todos sean viejos hay que sacarlos, pero hay muchos que llevan demasiado tiempo, han perdido el foco de para qué están ahí y quizás si hay que sacarlos. Hay otros que son mayores, que lo han hecho bien, y su experiencia sirve.
“Hay que permitir un recambio generacional”.
-¿Estás preparada para el bullying en política? Ya se señaló que eres candidata sólo porque eres ‘hija de papá’.
“ No me afecta mucho. El tema de ser hija de papá es algo que me habría pasado también en la empresa privada porque la figura de mi padre es muy fuerte y es difícil descolgarse de ella, pero eso no quiere decir que no tenga las ganas y condiciones para llevar adelante una diputación. Estoy orgullosa de ser hija de mi padre, pero eso no me determina”.
-¿Viéndolo fríamente, ser hija de Golborne es una ventaja o una desventaja?
“Una ventaja, para mí es algo positivo porque él es lo mejor que hay. Tengo claro que los que no apoyaban a mi papá tampoco van a votar por mí, entonces, para que hacerse rollo. Uno no le puede caer bien a todo el mundo y eso hay que tenerlo claro”.
-¿No es una presión tener que demostrar que eres mucho más que sólo ‘hija de’?
“Quizás esa presión la he tenido siempre. Ahora mi padre está más expuesto, pero yo estudié ingeniería comercial y él era una persona muy importante en el mundo de los negocios, entonces, la presión estaba. Para mí esto es un tema de una meta que superar, pero no tiene que ver con llegar a ser como él porque somos personas distintas, en distintas épocas. La vara se me pone alta, pero es inevitable y no voy a vivir deprimida por eso”.
-Karin (la señora de Golborne) te dijo que si aceptabas ser candidata tenía que ser bajo tus condiciones. ¿Cuáles fueron?
“La principal fue el apoyo de la candidatura no sólo monetario, sino que con equipos, con todo el trabajo distrital. Si bien soy independiente, necesitaba que el partido me ayudara con las bases a armar la campaña territorial, porque sin ellos no se podría hacer nada”.
-¿No pusiste como condición que si eras electa tenían que dejarte en libertad por ser independiente? Eres bastante más liberal que la columna vertebral de la UDI.
“Sí, obviamente, ellos saben mi posición en muchos temas, y en eso no hay mucho que darle vuelta. No soy dogmática, no creo que el mundo sea blanco o negro y estoy abierta a escucharlos. Les dije que no podía a priori tomar posiciones en leyes específicas, que necesitaba estudiarlas y no tengo problemas en sentarme a conversar con ellos”.
-¿Tu padre no te intentó frenar en esta aventura?
“No frenar. Cuando llegaron las primeras ofertas, sólo me dijo que no era lo que le habría gustado pensando más como padre protector, porque ve lo difícil que es el camino y que lo había visto en la Ena o la Karla. Pero se siente orgulloso de que me haya atrevido a tomar este desafío y me apoya 100% a pesar de las aprensiones que tiene”.
-¿Qué ‘armas’ estás dispuestas a usar en política?
“Tengo claro cuáles no. No voy a usar nada que reditúe voto fácil, nada que sea por aparecer 5 minutos en la tele. No estoy dispuesta a entrar en críticas y peleas sólo por estar en campaña porque eso lo único que hace es dañar la imagen de los políticos y la gente se desencante.
“Hay muchas personas que están dispuestas a todo, pero tiene que ver con su objetivo. Estar en esta candidatura no es por obtener un cargo político que implique honores, sino que voy por lo que se puede hacer desde ese cargo, por las personas que puedes ayudar. Hay muchos que se creen el cuento y se les suben los humos a la cabeza, pero yo no quiero caer en pequeñeces”.