"A veces me cuesta leer en voz alta. Cuando me dicen ‘léeme este número’ en verdad tengo que decirlo muy, muy lento", confiesa María Ignacia, una joven universitaria que tiene dislexia. Agrega que sus papás se percataron que presentaba el trastorno cuando tenía alrededor de nueve años y afirma que es algo que le ha afectado en su aprendizaje.
"En general entiendo lo que leo, pero casi siempre repaso para entender mejor, porque a veces simplemente no entiendo nada", señala.
Para ella lo más complicado son los monosílabos, como la palabra "es" que suele confundirla con "se". "Como que no lo pienso, simplemente lo digo", explica. También mezcla algunos números, como el 5 y el 8, o le quita letras a las palabras. "En vez de 'este' digo 'ese'", añade.
Como ella, son muchas las personas -niños y adultos- en todo el mundo que padecen dislexia, la cual es un "trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico", según define la
Asociación Española de Dislexia y Familia (Disfam).
Sin embargo, se trata de una condición que no sólo afecta la capacidad para leer y escribir, sino que también influye en la comprensión, en la memoria a corto plazo e incluso en las nociones espacio-temporales.
Tomando en cuenta esto, el danés Christian Boer -quien también sufre el trastorno- diseñó un tipo de letra que -asegura- puede ayudar a los disléxicos a superar sus dificultades para leer. "La mayoría de las tipografías han sido diseñadas desde un punto de vista estético y las letras se ven muy similares", explica en su
sitio en internet.
"Es por esto que quisimos desarrollar una tipografía que las personas con dislexia puedan enfrentar más fácilmente, haciéndoles más sencilla la lectura", añade.
Boer bautizó su tipografía como Dyslexie, y afirma que para llegar a ella mezcló lo funcional con lo estético. "La letra resultante es la perfecta combinación entre forma y funcionalidad, para una lectura óptima y una apariencia bella: fácil para los ojos en más de una manera", afirma.
Pero, ¿qué la diferencia del resto de las letras? "Las características específicas de Dyslexie ayudan a que las personas con dislexia puedan distinguir más fácilmente las letras individuales. Esto reduce el número de errores al leer, así como también el esfuerzo que se necesita para hacerlo", sostiene.
En total son 10 las particularidades que tiene la tipografía diseñada por el danés:
1.- La base de las letras es ancha, lo que evita que los disléxicos las giren. "El peso de las letras en las palabras y oraciones es mayor en la parte inferior, lo que crea el efecto de una sola línea base", explica.
2.- Las partes abiertas de las letras son más amplias, de manera que no se confunden las que son parecidas y se hace más evidente la forma de cada letra individual.
3.- El uso de la tipografía semi-itálica hace que las letras se asemejen a las manuscritas y no se parezcan entre ellas.
4.- Los caracteres que se ven similares fueron adaptados cambiándole sus "colas", lo que también ayuda a resolver el problemas de las "letras espejo" (como la b y la d) y la rotación de ellas.
5.- Se alargaron los trazos de algunas letras, para evitar que su naturaleza cambie.
6.- Las mayúsculas y signos de puntuación en negrita marcan claramente el inicio y fin de una oración. "Esto hace que sea más fácil leer cada frase de manera separada", explica.
7.- Las letras que se ven similares (v, w, y) tienen diferentes alturas y sus propias características para evitar confusiones.
8.- Al ampliar el eje central de las letras, los espacios en ellas también se agrandan, lo que hace que sean más reconocibles.
9.- Surcos más profundos en letras como la n y la m hacen que éstas se vean con mayor claridad.
10.- Los espacios entre las letras y las palabras es más amplio, de manera que se destacan más.
Efectividad comprobadaChristian Boer también cuenta que el diseño final de Dyslexie es el resultado de años de investigación y desarrollo. Y agrega que una encuesta realizada en 2012 entre 250 usuarios de la tipografía -204 adultos y 46 niños- reveló que la experiencia con ella era bastante positiva.
"Casi ¾ de los niños indicaron cometer menos errores en la lectura cuando leían textos escritos en Dyslexie. También percibieron un aumento en su velocidad de lectura", afirma.
Algo similar ocurrió con los adultos. "Una persona que respondió que podía leer más rápido, comentó: 'Durante la lectura, ya no tengo la tendencia a leer la oración tres veces'. Otro afirmó: 'Las palabras me cautivan más'", cuenta Boer.
También se les preguntó a los participantes de la encuesta si recomendarían la tipografía a sus conocidos. "Llama la atención que más de un 90% contestaron con un 'sí'. Uno de ellos destacó: 'Un gran invento y después de 53 años con dislexia, resulta maravilloso leer ahora -algo que siempre me ha gustado- y pensar que puede ser tan sencillo'", sostiene.
Christian Boer afirma que Dyslexie sirve para propósitos educacionales, actividades comerciales o sólo para uso doméstico. En su sitio web se puede probar la tipografía con textos de ejemplo y también descargar el programa al computador. Eso sí, no es gratis: se deben desembolsar 9,95 euros (alrededor de $7.000) en caso de que se requiera para uso privado, valor que aumenta si es que el objetivo es usarla en colegios, negocios o páginas en internet.