NUEVA YORK.- Cada vez más padres comparten la cama con sus bebés, según un nuevo estudio. Un equipo halló que en los últimos 20 años, esa costumbre se hace cada vez más común, en especial en las familias afroamericanas e hispanas.
Se trata de una práctica que genera polémica.
Algunas pruebas sugieren que las madres que comparten la cama con su bebé tenderían a prolongar la lactancia, mientras que la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés) no la recomienda porque es una costumbre que está asociada con un aumento del riesgo de que el bebé muera súbitamente, lo que se conoce como síndrome de muerte súbita del lactante o SMSL.
En Estados Unidos, cada año mueren unos 2.500 bebés por SMSL. "Observamos un aumento (de esta práctica) y, también, de la diferencia entre las etnias", dijo a Reuters Health la autora principal, la doctora Eve Colson, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
"Tenemos que avanzar para conocer por qué está pasando", agregó. Con su equipo utilizó la información de encuestas telefónicas nacionales realizadas entre 1993 y 2010 a unas 19.000 personas con un bebé en casa.
En ese período, la cantidad de participantes, generalmente las madres, que decían que habitualmente compartían la cama con sus bebés creció del 7 a casi el 14 por ciento. Aunque esas tasas se estabilizaron para los bebés blancos en 2001, siguieron aumentando para los bebés afroamericanos e hispanos durante el período estudiado.
En 2010, alrededor del 39 por ciento de los bebés afroamericanos dormía en una cama con otras personas, comparado con el 21 por ciento de los bebés hispanos y el 9 por ciento de los bebés blancos. La mayoría dormía con los padres, según publica el equipo en JAMA Pediatrics.
Estudios previos habían sugerido que las mujeres de distintas etnias tendrían distintas motivaciones para compartir la cama con sus bebés, según dijo el doctor Fern Hauck, de la Facultad de Medicina de University of Virginia, Charlottesville.
Explicó que algunas repiten una costumbre de sus padres o porque piensan que es lo más seguro para sus pequeños. Otras piensan que les facilitará la lactancia.
El equipo aclara que el grupo estudiado no es representativo de la población del país y que casi la mitad de los participantes tenía 30 años o más, tenía título universitario y ganaba unos 50.000 dólares al año.
El pediatra Abraham Bergman, del Centro Médico de Harborview, Seattle, escribe en un editorial sobre el estudio que considera "inquietante" que los autores asuman que compartir la cama con el bebé sea malo.
"Para mí, los datos no respaldan" la recomendación que desaconseja esa costumbre, indicó a Reuters Health. Indicó que la obesidad y el consumo de alcohol y drogas de los padres son factores que ponen en riesgo al bebé si comparten la cama.
"Hay que ser prudentes", insistió. Hauck, que también integra el grupo de trabajo sobre SMSL de la AAP, rebatió esa idea. "La recomendación de no compartir la cama con el bebé se realizó muy, muy cuidadosamente porque conocemos su impacto. Es algo emocional", dijo la especialista, que no participó del estudio.
Agregó que existe "evidencia de que dormir con el bebé eleva el riesgo de SMSL aun entre las mujeres que amamantan y entre las que se considerarían de bajo riesgo, que no fuman".
Para Colson, el estudio es "una oportunidad" para que los médicos conversen con las familias sobre esta costumbre, algo que parecería ser muy poco habitual.