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ASUNCION. — José Manuel Riella, de 103 años, vistió su impecable camisa blanca y sentado en su silla de ruedas en el patio de su casa, se unió por esta vida y la eternidad con su amor de siempre: Martina López, de 99.
"Ambos estaban casados por la ley civil desde hace 40 años pero les faltaba la unión religiosa, que se concretó el sábado pasado en su vivienda en la colonia Prosperidad, San Pedro", a unos 340 kilómetros al norte de la capital paraguaya, relató a AP el cura Christian Paiva, quien ofició la ceremonia.
El párroco, de 38 años, contó que por su avanzada edad Riella "tiene algunos problemas orgánicos, por ejemplo escucha poco; pero todavía reconoce a sus familiares más cercanos. En cambio, la mujer es muy guapa porque aún se encarga de las tareas domésticas".
La pareja tiene 8 hijos, 50 nietos, 35 bisnietos y 20 tataranietos, acotó el sacerdote. En las comunidades rurales de Paraguay es muy común que las parejas vivan en concubinato.
La ley civil paraguaya, al cumplirse cinco años de convivencia, convierte esa unión en legal y legítima. A Riella y López les tomó cuatro décadas concretar su unión religiosa.