“¡Te hiciste famosa en internet!”, le dijo una amiga a Caitlin Seida (24), a través de Facebook, acompañando la oración con un link. Cuando la mujer de Ohio fue hasta la página recomendada, se encontró con una fotografía de ella en el último Halloween, donde aparecía ella disfrazada de uno de sus personajes favoritos: Lara Croft de Tomb Rider. La imagen llevaba escrito encima “Fridge Raider” (Refrigerador Rider).
Para Caitlin, el tema de su peso dejó de ser un problema cuando aceptó que su síndrome de ovario poliquístico y sus complicaciones con la tiroides hacen de ella alguien “más grande”, como se describe. Gracias a la aceptación de su cuerpo, al momento de ver su imagen en el sitio -donde, según indica ella, se dedican a reírse de fotos de personas- encontró la situación divertida.
“¿Quién no se ríe de fotos desafortunadas de extraños que se visten mal? Desde luego que yo lo he hecho antes”,
escribió la mujer en Salon.com, sitio en el que publicó sus descargos, luego de que se le fuera la gracia y se dedicara a leer los comentarios que la gente, en su mayoría mujeres, hizo de ella.
“¡Qué desperdicio de espacio!”, “Terneros como ella deberían ser sacrificados”. “Cientos de mensajes llenos de odio, muchos de ellos diciendo que yo era un ser humano despreciable y que debería sentir vergüenza por tener la audacia de ir en público vestida como un personaje sexy de un videojuego. ¡Cómo me atreví a disfrazarme y divertirme! (…) Al revisar los comentarios, (sentí que) el mundo se derrumbó, llevándose mi corazón con él”.
Haciendo un mea culpa, asumió que cuando subió su fotografía a Facebook, no tomó las precauciones de hacer del contenido fotográfico de su perfil, visible solo para sus amigos. Sin embargo, fue esa misma red social la que le permitió dar con las personas que habían hecho escrito las palabras más crueles hacia ella.
Animada por una amiga fotógrafa, le escribió a casi todos los que fueron ofensivos al ver su fotografía, y no dudó en señalarles que eran unos idiotas y que lo mejor que podían hacer era borrar sus comentarios. Según explicó Caitlin, pocos se mostraron arrepentidos.
Por otro lado, y gracias a su trabajo como asistente legal, se dedicó a enviar notificaciones de violación de derechos de autor por su foto, a decenas de sitios en los que encontró su imagen puesta. Sin embargo, es consciente de que una vez subida una información a internet, es prácticamente imposible que desaparezca del todo. “Y es en parte por eso que decidí postear la fotografía en esta historia, en mis propios términos (…) esta vez, sin vergüenza”, señaló en su columna.
Como resultado de su experiencia, Caitlin explicó que supo valorar los comentarios positivos que algunas personas hicieron de ella, defendiéndola de los más brutales. Además, dice haber comprendido que podría estar dañando a alguien al reírse públicamente de la foto de una persona, que podría ser centro de burla en la web. “Cada uno de ellos es un ser humano real (…) Ya sé lo que es ser la persona que aparece en una horrible foto. No puedo provocarle esa pena a nadie más”, comenta.
Asimismo, la mujer dice haber recuperado parte de su autoestima, gracias a su amiga fotógrafa, con una sesión de fotos que la dejaron más contenta. “Me niego a desaparecer. Sigo corriendo en público. No escondo mis brazos flácidos ni mis tobillos gordos por miedo a ofender la delicada sensibilidad de alguien. Me visto de la manera que me haga feliz”, escribió, asegurando que para este Halloween volverá como Lara Croft en gloria y majestad. “Solo para mostrarles a los pesados el dedo del medio”, advirtió.