Los inmigrantes europeos fueron los primeros en revolucionar la gastronomía chilena e introducir en su cocina el sándwich, que con los años ha alcanzado una identidad propia y que los distingue fuertemente de otros en el mundo.
Si bien los hot dogs llegaron con los alemanes, los agregados chilenos han cambiado totalmente la idea original y la han hecho incluso más tentadora que ella.
Y en ese camino, lograron imponerse preparaciones ciento por ciento nacionales como el campestre chacarero, el Barros Jarpa o el Barros Luco, todos sanguches de renombre.
Sin duda un factor clave en este éxito es el pan. Con cerca de 100 kilos por persona al año, Chile es el segundo mayor consumidor de pan a nivel mundial luego de Alemania, y en ese panorama la marraqueta logra una posición aventajada.
La relevancia de este plato, nada de secundario en nuestra dieta, ha impulsado que en el último tiempo varias sandwicherías se hayan abierto paso y se haya consolidado la Feria del Sanguche -próxima a realizarse entre el 5 y 8 de diciembre- y que es una gran oportunidad para conocer todas las innovaciones que cada vez más cocineros emprenden.
Si de historia se trata, debiéramos tener algunos datos sobre la mesa, al lado de un pan:
- “Imposible comerlo solo”: México tiene el récord Guiness del sanguche más grande del mundo con ¡3.5 mts!. El sándwich contenía 500 kg de jamón, 130 lt. de mayonesa, 200 kg. de queso manchego y 52 kg. de lechuga.
-“ Cruzó todo el océano”: El sanguche llego a colonizar estas nuevas tierras en el libro de recetas de la cocinera Elizabeth Leslie (1787-1858) donde sugiere un sandwich de jamón como primer plato.
-"Aguanta cualquier guerra": En el año 2002 el Ejército de Estados Unidos inventó un sanguche sin fecha de caducidad que puede aguantar sin refrigeración ¡hasta tres años! Existen de pepperoni y pollo a la barbacoa.
-"Los Barros": El ex Presidente de Chile, Ramón Barros Luco (1910 - 1915) era un frecuente parroquiano de la Confitería Torres, del centro de Santiago, donde acostumbraba pedir que, entre dos panes tostados, le pusieran un trozo de carne con queso. Al ver esto, el público comenzó a pedir lo mismo diciendo "prepárame un Barros Luco". Años después, el abogado Ernesto Barros Jarpa, por considerar difícil de comer este sandwich, a veces la carne era dura, pidió en el Club de La Unión que la reemplazaran por jamón.
Como historia ya tienen, compártala con sus amigos, con un sanguche bien chileno en la mano.
Mis afectuosos saludos, Óscar Gómez, chef ejecutivo del restorán ICA.