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WASHINGTON.- Las personas que pasaron seis horas por día leyendo informaciones sobre el atentado de la maratón de Boston resultaron más traumatizadas que aquellas que se hallaban en el lugar, afirma un estudio publicado en Estados Unidos.
Los autores del trabajo, publicado en los Proceedings of the National Academy of Sciences, estudiaron las consecuencias psicológicas de una exposición reiterada a la violencia en los medios de comunicación tradicionales o digitales luego del atentado de Boston, el primero cometido en suelo estadounidense luego de los del 11 de septiembre de 2001.
El 15 de abril pasado tres personas murieron y 260 resultaron heridas (varias de ellas debieron ser amputadas) tras la explosión de dos bombas que explotaron cerca de la línea de llegada de la maratón de Boston.
Las imágenes más crudas del hecho fueron censuradas o maquilladas por los medios de comunicación, pero numerosas fotografías fueron colocadas en las redes sociales por testigos, explicó a la AFP Roxane Cohen Silver, coautora de esta investigación.
"Lo que nos llamó la atención fue el impacto de estas imágenes, incluso entre las personas que no estaban presentes ese día", dijo esta profesora de psicología de la universidad de Irvine, en California.
"La cobertura mediática provocó más reacciones de estrés agudo que la experiencia misma del atentado", agregó.
El estrés agudo es producto de un conjunto de síntomas, entre ellos un estado de hipervigilancia permanente.
Los investigadores preguntaron a los 4.675 participantes en el estudio cuál había sido su nivel de consumo de medios de comunicación en las dos a cuatro semanas siguientes al atentado y cuál era su estado psicológico.
Los testigos del atentado o las personas que conocían a otras presentes en el lugar el 15 de abril registraron más signos de estrés que aquellos que no estuvieron en la maratón.
También se mostraron más proclives a consultar notas de prensa sobre el tema. Pero el resultado fue el inverso al tomarse en cuenta las personas que consultaron documentación sobre el tema más de seis horas por día, que resultaron nueve veces más afectadas por el drama que aquellas que lo hicieron durante una hora al día.
"La cobertura mediática provocó un grado mayor de estrés agudo", concluyó Roxane Silver.