Isara Soto: La joven corredora que se impuso en “Andes Infernal”
Hacer carreras aventura lo toma como un hobby, pero tiene claro que la cabeza, más que los pies, la llevarán muy lejos en esto.
07 de Enero de 2014 | 08:02 | Por María José Errázuriz L.
Si no corre, camina. Con sólo 26 años avanza a paso rápido para convertirse en una maratonista de aventura que ya superó su primera prueba, los "Andes Infernal".
De regreso en Santiago desde mediados de 2012, luego de haber vivido casi 5 años en Pucón donde estudió y trabajó como guía de turismo aventura, se declara absolutamente enjaulada en una ciudad de cemento.
Isara Soto, una de las únicas dos mujeres que terminó la carrera “Andes Infernal” y en la que se impuso en un poco más de 15 horas sobre un recorrido de 51 kilómetros -que parte en los 2.500 metros de altura y culmina en los 5.400-, declara que se siente domada por la ciudad.
Amante de la naturaleza, hoy trabaja como mensajera porque prefiere estar fuera de una oficina y poder caminar, caminar y caminar. En tiempos en que ocupa sus horas libres estudiando inglés, pues a fin de año parte a Nueva Zelanda, caminar es una forma de entrenamiento.
Con un pasado en el atletismo -corría en pista 800, 1.500 y 3.000 mts- en 2006 la invitaron a correr aventura y formar parte del equipo Fedem en el Columbia Challenge. Hoy es parte del club Running de The North Face.
Ése fue su inicio en pruebas de canopy, kayak y trekking que hoy consumen todas sus energías y la tienen con la mira en el Patagonia Run de abril, una carrera de 100 kilómetros en Argentina sin parar.
"Siempre fui corredora del montón, las que no despegan, y por eso me aburrí de la pista. Fue entonces cuando me invitaron a hacer aventura", cuenta.
-¿Nunca te dio, antes, por salir a trotar en las calles, hacer una maratón? "Sí, pero no me gusta mucho el cemento, lo encuentro fome y por eso, cuando tuve la oportunidad me fui a Pucón. Ahí, trabajando en agencias de turismo, escalaba el volcán Villarrica".
-¿Ya te acostumbraste en Santiago? "Un poco, ya estoy domada, pero no me gusta. Como mensajera camino por toda la ciudad y me siento libre, pero igual camino sobre cemento, lo que no es muy agradable".
-¿Entrenas en qué momento? "Estoy estudiando inglés porque en octubre parto a Nueva Zelanda tras ganarme una beca y eso hace que no lo esté haciendo intensamente. A veces ya ni entreno porque necesito dormir. "Caminar me permite tener fría la cabeza".
-¿Cuándo hiciste tu primera carrera de largo aliento? "El 2008 corrí con Joel Lizama y Eugenio Benavente el Desafío Perú. Ahí salimos segundos y fue súper alentador formar parte de ese equipo que ya había salido segundo en la carrera Desafío de los Volcanes.
"Ahí descubrí que era capaz de correr más de un día, a pesar de que hay descanso nocturno, pero pude andar por dunas, remar en el mar, correr por montaña y me fascinó".
-¿Cuánto es lo que más has corrido sin parar? "Es entre Desafío Aysén y Andes Infernal. En Aysén hicimos un trekking de 55 kilómetros y en Andes, el pasado 15 de diciembre, fueron casi 50 km. lo que implicó correr 15 horas. Ahora, como son carreras de mucho desnivel, se puede correr poco".
-¿Qué te impulsa a hacer estas carreras y no una maratón? "Correr en cemento es fome, sólo ves casas y autos. Correr en montaña, desierto, bosque, es ver animales, árboles, lagos, naturaleza, nieve, amaneceres increíbles. Es cierto que el desafío es mayor, que hay partes donde sólo puedes ir caminando rápido, pero es divertido y sólo necesitas tener cabeza".
-¿Qué es tener cabeza? "Ser fría, implica ponerse una meta y hacerlo, correrlo con la mente, enfocada, no con los pies. Si vas con los pies, éstos sólo te llevan; si vas con la cabeza, vas centrada en alcanzar el objetivo e implica no dejarse vencer. Uno tiene sus fortalezas, sabe qué cosas te cuestan, y la experiencia te enseña cómo y cuándo hacerlo lento y cuándo apurar. "Además implica haber estudiado la carrera, ver la geografía, todo el recorrido para ver cuánta agua llevar para cada tramo, qué peso llevar, cuánta comida. Sin logística te puedes equivocar, llevar poca agua o mucha comida. La logística se entrena tanto como el correr".
-¿Has estado en riesgo? "En una carrera casi nos morimos de hipotermia (se ríe). Noooo, sólo sufrimos mucho por el frío, pero más que eso, nada más. "Aunque los recorridos son accidentados, sé cuáles son los peligros, cómo enfrentar un risco".
A su pololo le gusta correr en pista, pero la acompaña, sobre todo en los períodos que debe bajar el entrenamiento por una periostitis por sobrecarga.
Su nuevo desafío es el Patagonia Run, por lo que se pondrá a entrenar con intensidad. Tiene claro que deberá levantarse temprano para hacerlo.
-¿Estás obsesionada? "No, sólo me gusta correr. No me vuelvo loca y no soy de las que se desesperan si no entrenan. Hago esto porque me gusta".
-¿Cómo explicas tus resultados? Sólo dos mujeres terminaron Andes Infernal. "Es que entrené mucho el tema de la altura, me preocupé de ir con dos amigos a dormir en altura, en carpa, en la Parva, para acostumbrar el cuerpo. Eso me dio la seguridad de que en los 5.000 no me iba a apunar. Además, en la carrera me preocupé de tomar mucha agua, subir con cuidado y bajar tranquilo. "La ruta pasa por Valle Nevado, hace cumbre en el cerro El Plomo y hay entrenamientos obligatorios antes; yo nunca lo hice entero, siempre por parte, pero lo logré. De las cuatro mujeres, una abandonó por frío y a otra no la dejaron pasar en el chequeo médico de los 4 mil".
-¿Te proyectas profesionalmente en esto? "Es difícil verlo en Chile como una profesión, si no es fútbol no hay ningún apoyo. Vivir del deporte no se puede así que me lo tomó como un hobby".