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Refutan teoría de 'más vale ser feliz que tener la razón' en una pareja

Un grupo de investigadores sometió a prueba a una pareja, pidiéndole al marido que le dijera que sí a todo lo que su esposa dijera, pero el experimento debió ser cancelado por "los resultados adversos graves” que estaba teniendo en el matrimonio y en la salud mental del hombre.

24 de Enero de 2014 | 15:59 | Emol
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EFE
Cuántas veces se le ha aconsejado a una pareja cultivar la paciencia, evitar una discusión, ceder, y guardarse su opinión por el bienestar conyugal. Queriendo probar la antigua frase de “más vale ser feliz que tener la razón”, un grupo de científicos neozelandeses sometieron a prueba a un matrimonio que terminó por contradecir el ancestral consejo conyugal.

Liderados por el doctor Bruce Arroll, y tras escuchar las quejas de pacientes por las constantes discusiones en sus relaciones, investigadores de la Universidad de Auckland le solicitaron a una pareja ser la protagonista de su experimento, que tenía como objetivo ver qué era más importante para que una relación amorosa marchara de maravilla, hacer valer la opinión (con las peleas correspondientes) o la armonía en la convivencia.

Para esto, se le pidió al marido -sin que la esposa lo supiera-, que estuviera siempre de acuerdo con todo lo que ella dijera y también accediera a lo que la mujer quisiera. Y paralelamente, ambos decían calificar de 1 a 10 la sensación de bienestar que iban sintiendo día tras día. Los resultados fueron dramáticos para él.

Tras 12 días de estudio, el esposo se sentó a los pies de la cama que compartía con su mujer y le contó todo. “La situación se había hecho intolerable”, aseguró Arroll en la publicación de su estudio, dado a conocer en el British Medical Journal (BMJ).

El doctor explicó que el hombre comunicó lo ocurrido al grupo de científicos, quienes decidieron poner fin al experimento, por "los resultados adversos graves” que estaba teniendo en la relación de la pareja y la salud mental del marido.

De hecho, las anotaciones acerca de su calidad de sensación de bienestar habían caído de 7 a 3 durante ese período, mientras que el de la mujer apenas se habían elevado de 8 a 8,5.

Según explicó el sujeto evaluado, en vez de mejorar las cosas en la pareja, el haber accedido y estado de acuerdo con todo lo que su esposa quería, había provocado que ella lo criticara cada vez más por las cosas que él decía o hacía.

“Esperábamos que ambas partes estarían felices mientras una de las personas estuviera de acuerdo con todo lo que la otra decía (…) Creíamos que íbamos a encontrar la fórmula para la felicidad conyugal”, dijo un poco en tono de broma Arroll.

Y si bien se dejó en claro que este experimento es apenas una muestra de lo que podría pasar, se concluyó que se necesitan los datos de varias parejas para determinar si efectivamente lo sucedido con este matrimonio neozelandés podría ser la regla.

Con todo, los investigadores acordaron que los seres humanos necesitan expresar su punto de vista y defenderlo para sentirse más plenos. Y aunque esto puede que no se dé siempre –o incluso se evite en algunas ocasiones para evitar una discusión- es un derecho que debiera existir para ser feliz.

Asimismo, se mencionó que el experimento sirvió como una prueba más de que cuando a una persona se le da mucho poder, suelen “asumir la posición alpha” –según explicó Arroll-, “y, al igual que los chimpancés, se vuelven muy agresivos y peligrosos”, informó Time.com.

Dato aparte, varios medios aseguraron que la pareja superó el impasse del experimento y se reconcilió.

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